Facebook atraviesa los mayores problemas en sus catorce años de historia. Ahora se enfrenta a la renuncia de los dos fundadores de Instagram, la red social que compró en 2012 por 1,000 millones de dólares.
En abril de este año la empresa recibió la renuncia del creador de WhatsApp, la aplicación que habían obtenido en 2014. Jan Koum, su fundador, habló de su preocupación por el manejo de la información de Facebook.
“Estas salidas resultan preocupantes y se unen a las criticas que desde hace dos años han caído sobre esta red social por descuidar datos de sus usuarios y los escándalos por no prevenir la injerencia extranjera a través de su red”, comentó.
Por su parte, el director general de Instagram, Kevin Systrom, dijo en un comunicado que él y Mike Krieger, director de tecnología, planean tomarse un descanso “para explorar nuevamente nuestra curiosidad y creatividad”. La salida de ambos genera incertidumbre sobre el futuro de esta aplicación, la mejor adquisición que Facebook ha tenido hasta el momento.
“Para construir nuevas cosas debemos dar un paso atrás, comprender qué nos inspira e igualar eso con lo que el mundo necesita; eso es lo que planeamos hacer”, aseguró Systrom, quien agradeció la oportunidad de haber sido parte del equipo de Facebook y dijo seguir “entusiasmado” por el futuro de esta red social.
El CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, calificó a Systrom y Krieger de “extraordinarios líderes de productos” y dijo que deseaba “ver lo que construyen a continuación”.
Instagram fue fundada en 2010 como una aplicación para compartir ubicaciones, pero cuando se cambió para compartir fotografías el uso de la plataforma se volvió muy popular. Desde entonces, el servicio ha crecido a más de mil millones de usuarios.
El nuevo escenario pone en duda el desarrollo de Instagram y complica al negocio de Facebook, una empresa que anunció una reducción en sus ventas de anuncios digitales y en la cantidad de usuarios nuevos.