Con el 68 por ciento de los votos a favor, el presidente Nicolás Maduro logró imponerse con comodidad a su principal rival Henri Falcón, un ex militar disidente del oficialismo quien obtuvo 1,8 millones de votos frente a los 5,8 millones que beneficiaron a Maduro, del total de 8,6 millones de votos válidos.
Esta reelección que le garantiza seis años más de mandato a Maduro, llega con alrededor del 54 por ciento de abstención, una cifra contrastante con los récords de participación electoral en los últimos 20 años donde ha habido en Venezuela casi 20 procesos de este tipo. En las últimas presidenciales de 2013 fue a votar casi el 80 por ciento del censo electoral.
“El pueblo de Venezuela se pronunció y les pedimos a todos y a todas, nacionales e internacionales, que respeten los resultados electorales, que respeten al pueblo de Venezuela que decidió y decidió en paz”, pidió Tibisay Lucena presidenta del Consejo Nacional Electoral de Venezuela al confirmar los resultados con el 92,6 por ciento de la transmisión de los datos.
“Este proceso no fue real, no lo reconocemos y exigimos que se convoquen nuevas elecciones”, declaró Henri Falcón, el único candidato opositor que no se sumó a un boicot promovido por gran parte de las fuerzas antichavistas congregadas en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Maduro calificó de “día histórico” su victoria y la presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente Delcy Rodríguez celebró los resultados: “¿Quién fue el gran derrotado de hoy? La abstención. Dijimos que la votación de hoy pasaría a la historia como una votación antiimperialista”, aseveró.
En los últimos cinco años, el gobierno del mandatario izquierdista, que se identifica como el heredero político del fallecido presidente Hugo Chávez, ha superado con éxito momentos difíciles, especialmente durante los cuatro meses de protestas antigubernamentales del año pasado que dejaron más de 120 fallecidos y varios cientos de heridos y detenidos.
“El gran perdedor es el gobierno con esta participación tan baja”, afirmó el director de la encuestadora local Delphos, Félix Seijas, al reconocer que a pesar de todas las acciones del oficialismo para presionar a los empleados públicos y a los sectores pobres–programas de venta de alimentos subsidiados, el llamado “carnet de la patria” y los diferentes bonos entregados en los últimos meses– no tuvo un mayor éxito para movilizar a todo el electorado.
Con el colapso de la industria petrolera, corazón económico del país, sumado a la desbocada inflación del 13,776 por ciento, según estimaciones de congresistas opositores, a la cada vez más creciente escasez de alimentos y medicinas y a la severa recesión, el panorama económico y social para el gobierno tiende a complicarse.
Si bien el sólido respaldo que obtuvo siempre Maduro de las filas del chavismo le había garantizado la estabilidad política, con los resultados del domingo surgen dudas sobre si podrá mantener esos apoyos.
“Su piso político se ha movido”, dijo Seijas a The Associated Press, y agregó que los resultados revelan que las aguas internas del chavismo “no están calmadas”.
A pesar de los resultados, Maduro aseguró que el chavismo es un “bloque compacto, unido” y desestimó la posibilidad de divisiones dentro de sus filas. “Somos la fuerza política más poderosa y grande de Venezuela por largo”, sostuvo.
A los sectores adversos al gobierno tampoco les fue bien en las elecciones. Ante la pérdida de confianza entre sus seguidores y las fracturas internas, el panorama para la coalición tampoco resulta fácil.
El dirigente opositor y diputado Juan Pablo Guanipa afirmó que a partir del lunes la coalición aspira a lograr una “gran unidad”, a la que tal vez podría sumarse Falcón, y así reorganizar sus fuerzas.
AP/ OnCuba
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Incuestionable victoria de civismo del pueblo venezolano, con su abstención superior al 50%, que sumados a los votos de los candidatos opositores dejó a Maduro con menos del 30% del apoyo popular. Patéticas las palabras de Delcy, del propio Maduro y de los acompañantes y observadores, que llegaron a decir que habia sido alta la asistencia a las urnas. Han quedado en ridiculo y han perdido toda la credibilidad que les quedaba, eso sin profundizar en los mecanismos coercitivos para que su gente fuera a votar. Junto a la crisis económica, el rechazo internacional y esa falta de brújula hacia un puerto seguro, augura dias mas tristes para esa rica nación arruinada. Y dolorosamente mueve a risa el mensaje del gobierno y partidos cubanos alegando una ¨contundente¨ victoria de Maduro. La soberbia y la terquedad no son buenas consejeras.
me gustaria saber cuales son los por ciento de abstencionismo en los procesos electorales de otros paises de latinoamerica, creo que una comparacion nos daria mas elementos de juicio para sacar conclusiones y comentar con mas base. saludos