Dos mujeres declaradas culpables de intentar tener relaciones sexuales entre ellas “en público” fueron azotadas este lunes 3 de septiembre en el Estado nororiental de Terengganu en Malasia. Las imputadas, de 22 y 32 años, fueron azotadas seis veces cada una en el tribunal superior de la sharia. El azote se llevó a cabo en la sala del tribunal y fue presenciado por unas 100 personas.
Las mujeres en Malasia ya han sido azotadas por delitos sexuales en el pasado, por causas como adulterio”, pero Amnistía Internacional asegura que esta es la primera vez que dos mujeres han sido azotadas por intentar tener relaciones sexuales. El tipo de castigo es regional. En la provincia de Aceh, en Indonesia, en 2017 dos hombres homosexuales fueron azotados 83 veces cada uno después de que se los encontrara teniendo relaciones sexuales.
“El castigo fue impactante y fue un espectáculo” dijo al diario inglés The Guardian Thilaga Sulathireh, una activista del grupo de derechos en Malasia “Justice for Sisters” que estuvo en la corte este lunes.”Este caso muestra una regresión por los derechos humanos, no solo para las personas LGBT+ sino para todas las personas porque el castigo corporal afecta a todos”, completó Sulathireh, quien además se mostró preocupada de que el caso sentara un peligroso precedente para la creciente vigilancia de la moral y las identidades sexuales en Malasia.
Los agentes encargados de hacer cumplir la ley de la sharia en Terengganu identificaron a las dos mujeres que intentaban participar en actos sexuales en un automóvil en abril. Fueron multadas por el alto tribunal de la sharia el 12 de agosto, después de que se declararon culpables de cometer musahaqah (relaciones sexuales entre mujeres). Pero los jueces ordenaron que se les azotara seis veces y que además se les impusiera una multa de 3,300 ringgits malasios (unos 700 dólares).
De conformidad con la legislación de Malasia, cada Estado tiene la facultad de promulgar leyes basadas en las pautas de la sharia (el cumplimiento de los mandatos del Corán). Los principales organizaciones internacionales de Derechos Humanos habían instado previamente al gobierno malasio a abandonar el caso, que según ellos constituía una verdader tortura, según el marco jurídico internacional. El veredicto, dijo Graeme Reid, director del programa de lesbianas, gays, bisexuales y transgénero de Human Rights Watch, también a The Guardian, fue el último golpe para la comunidad LGBT de Malasia, que esperaba una mejor protección bajo el nuevo gobierno: “este enjuiciamiento y castigo solo alimentará la reciente ola de homofobia y transfobia en Malasia y en Asia”.