Décadas de óxido cubren el casco, los muebles están destruidos en su otrora lujosa sala principal, sus poderosos motores son irreparables. Pero desafiando los pronósticos, el icónico yate que alguna vez perteneciera a Josip Broz Tito volverá pronto a la vida.
Este imponente barco que recibió a celebridades de Hollywood como Elizabeth Taylor o Sophia Loren, a unos 70 líderes mundiales y que llevó a Tito río arriba por el Támesis para su histórico encuentro con Winston Churchill, será transformado en un museo flotante.
Tito, líder de Yugoslavia durante 35 años, prefería viajar en barco y no en avión y lo usó no solo en Europa sino también para ir a África, Sudamérica y Asia. Se hizo famoso en 1953 cuando llegó en este a Londres, como el primer líder comunista que visitaba Gran Bretaña desde la Segunda Guerra Mundial.
El barco, llamado Galeb, o Gaviota, está anclado en el puerto croata de Rijeka, sobre el Adriático. Tiene una turbulenta historia y fue hundido dos veces desde su lanzamiento en 1938. Cuando se frustró su compra por parte de un magnate griego que había mostrado interés, la nave estaba destinada a ser desmantelada.
Pero las autoridades de Rijeka, que será capital de la cultura europea en el 2020, decidieron renovarlo con una inversión de 5,4 millones de euros (6,4 millones de dólares).
“Galeb tiene una historia muy interesante y turbulenta”, dijo el alcalde de Rijeka Vojko Obersnel. “Por su puesto la parte más interesante de su historia es cuando perteneció al presidente Josip Broz Tito”.
La decisión de renovar la nave de 5,100 toneladas y 106 metros (350 pies) ha enfurecido a los nacionalistas croatas.
Esos sectores acusan a Tito, quien encabezó un gobierno comunista en lo que era Yugoslavia hasta su muerte en 1980, de haber forzado a Croacia a unirse a la antigua federación de seis repúblicas conocida como Yugoslavia.
El barco es un símbolo de la bien documentada vida lujuriosa de Tito y muchos en Croacia quieren destruirlo.
Pero Obersnel dijo que la renovación seguirá adelante. “Primero que nada, es nuestra historia y no podemos cambiarla”, dijo. “Durante ese período, se puede hablar de cosas buenas y de otras tal vez no tan buenas. Pero es nuestra historia”.
El dilapidado barco fue trasladado a un muelle aislado, con la proa que apunta hacia el centro de Rijeka, un viejo puerto que ha pasado a ser una de las principales atracciones turísticas de Croacia.
“La idea de la renovación es convertirlo en un museo flotante que exhiba su historia más que nada, todas las etapas de su vida, que fueron muchas y muy interesantes”, comentó Kristina Pavec, del Museo Municipal de Rijeka, que supervisa el proyecto.
Los lujosos salones y escaleras están cubiertos por muebles rotos de la década de 1960. Las alfombras y el empapelado de las paredes están destruidos. El enorme armario donde Tito tenía sus corbatas, sus zapatos y sus uniformes militares está vacío. El colchón de su cama permanece allí, pero la cama no. En la cabina de mando del capitán se observan mapas navales agitados por la brisa.
En la era de Tito, el barco pertenecía a la academia naval yugoslava. Después de la sangrienta desintegración de Yugoslavia en los años 90 perteneció a Montenegro antes de ser vendido a Croacia en 150,000 dólares.
Fue construido en Génova, Italia, como barco de carga para transportar frutas tropicales desde África. Durante la Segunda Guerra Mundial los nazis lo usaron como nave auxiliar. Fue hundido durante los bombardeos aliados de Rijeka hacia el final de la guerra.
Fue totalmente reconstruido y usado como nave de capacitación por la academia naval yugoslava. Se le agregó un sector VIP para que funcionase como residencia flotante de Tito durante sus frecuentes viajes al exterior. Normalmente había unos 200 tripulantes y 20 invitados importantes, incluida una orquesta que los entretenía durante las fiestas.
Entre los líderes mundiales que estuvieron en el barco figuran Nikita Jrushchev, Moamar Gadafi, Gamal Abdel Nasser e Indira Gandhi. A Tito le encantaba asimismo recibir actores de cine como Sofía Loren, Elizabeth Taylor y Richard Burton, que hizo de Tito en una cinta filmada en 1973 en Yugoslavia.
AP / OnCuba