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Y llegamos al sexto mes de este año. Se ha confirmado algo que se esperaba: aún no sabemos cómo está estructurado ese programa de gobierno para combatir las distorsiones y reimpulsar la economía.
A la vez, tenemos la buena noticia de que Rusia prepara un programa millonario de financiamiento para estimular la inversión de sus empresas y ayudarlas en ese difícil asunto que es manejarse dentro del sistema monetario cubano.
La dolarización de la economía avanza y acompaña la expansión de tiendas entregadas a empresas extranjeras con el permiso de vender en dólares físicos y con tarjetas de “dinero real”.
Mientras, los jubilados y pensionados mal viven con ingresos mensuales que apenas les alcanzan para comprar unos 15 huevos al mes.
Al final, cabe preguntarse nuevamente: ¿Cuál es el programa? ¿De qué distorsiones se habla? ¿Cuáles son las metas a conseguir, en qué tiempo?

Los “problemas propios”
Por lo pronto, sabemos que, aun con los parques fotovoltaicos que se instalan, no tendremos la energía suficiente para crecer sostenidamente y a la vez satisfacer la demanda de la población, aun cuando hayamos perdido en unos pocos años casi 2 millones de personas.
Sabemos además que no parece que el turismo pueda echarse arriba la tarea de empujar la economía, de jalar esos otros carros que supuestamente deberían engancharse a la “dinámica de un sector sin dinámica”.
Una buena parte de ello tiene como causa el bloqueo estadounidense y su fiel acompañante: los “problemas propios”, unos de tipo regulatorio, otros de gestión y otros de concepción.
También sabemos que recuperar la industria de la caña de azúcar no será posible en los próximos tres años, porque no solo no existen los recursos que necesita ese sector, sino también porque se ha vaciado de personas. Esa industria trabaja hoy con tecnología obsoleta y, por otra parte, no hay incentivos para los productores de caña: un precio que los estimule a producir.

La agricultura, mal
De la agricultura poco hay que añadir a lo que ya es de conocimiento público, a lo que los resultados muestran y que parece que estos seis primeros meses no cambiará.
El atraso tecnológico en nuestro sector agropecuario va de la mano con un sistema empresarial estatal que no parece capaz de responder a las necesidades del sector y del país.
Y, si bien es cierto que es posible un esfuerzo puntual en cultivos de ciclo corto, sectores como la ganadería vacuna y la porcina demorarán años en recuperarse, incluso si se utilizan tecnologías como la inseminación y el trasplante de embriones.
Lo que todavía resulta difícil de entender es la resistencia de los decisores a estimular la inversión de capital nacional y de las pymes en el sector, más aún cuando casi a diario se les pide y a veces se les exige a las pymes que produzcan.

La industria, mal
En el sector manufacturero no azucarero, la situación es muy difícil, afectado por los cortes de electricidad, la carencia de combustible, los niveles mínimos de inversión, el vaciamiento de personal calificado, las dificultades en acceder a financiamiento externo por varias razones, la obsolescencia tecnológica en muchas industrias que ni siquiera son 1.0 en un mundo que avanza a pasos acelerados hacia las industrias 4.0.
En el sector el esfuerzo doméstico no será suficiente; sin embargo, no hay señales claras de una política industrial que arroje un poco de luz sobre el futuro de la industria nacional, con excepción quizás del sector biotecnológico y de la industria del níquel.

Sistema empresarial exhausto
Hoy, más que nunca, sabemos que el sistema empresarial nacional está prácticamente exhausto, tanto el sector empresarial estatal como el no estatal. Porque al agobio que genera la persecución de la Administración Trump se suma ese otro que viene con la inercia de culturas no desaprendidas, a la resistencia a poner en práctica regulaciones que le permitan a las empresas estatales “ser empresas”, a los prejuicios que hacen del sector no estatal un blanco de ataques ideológicos que pretenden convertirlo en el principal responsable de la desigualdad y la pobreza.
Así se elude la responsabilidad que el propio Estado tiene en ello por la insuficiencia de las políticas adoptadas.
Todo ello tiene un impacto negativo directo en nuestra sociedad, algo que lamentablemente se confirma en ese flujo migratorio que nos ha privado de casi 2 millones de cubanos en unos pocos años y que se refleja en el descenso de nuestro país en el Índice de Desarrollo Humano, del lugar 51 en 2011 al lugar 85 en 2024.
Cuba: Evolución del Índice de Desarrollo Humano |
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2011 |
2013 |
2015 |
2017 |
2019 |
2022 |
2024 |
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Cuba |
51 |
59 |
68 |
73 |
70 |
83 |
85 |

Hechos y resultados
Si todo esto ocurre y todo esto se sabe, ¿cómo es posible que se siga demorando una reconsideración profunda y suficientemente crítica de esa realidad que, a la vez que descalifica a los responsables, cuestiona la viabilidad del camino elegido, ese que hay que defender con hechos y resultados?
Vuelvo a subrayar que no dudo del tremendo esfuerzo que las personas responsables de tomar esas decisiones han hecho y hacen y de la presión a la que están sometidas. No están de brazos cruzados, trabajan, y mucho. Pero, lamentablemente, los resultados obtenidos no acompañan el esfuerzo realizado.
Días atrás, el periódico Juventud Rebelde publicaba un artículo, luego reproducido en Cubadebate, en el que el autor hace un pequeño listado de las razones por las cuales el Estado cubano pierde.
Lo reproduzco a continuación:
—Cuando toma decisiones sin suficiente consenso que no dan en la diana de la solución de los problemas.
—Cuando establece disposiciones, sin medir todos los alcances y condicionantes, que luego deben ser revertidas.
—Cuando se adoptan normas que luego son violadas sin que se ejerza suficiente control.
—Cuando en un escenario donde se favorece y requiere la convivencia y articulación de diversos actores económicos se pierde la capacidad de concertación.
—Cuando se evade el fisco, importante mecanismo de redistribución de la riqueza.
—Cuando se falla en la atención diferenciada a los más impactados por la crisis.
—Cuando se difumina su capacidad reguladora.
—Cuando adopta medidas para proteger la capacidad adquisitiva de las familias de menos ingresos que terminan por perjudicarlas.
—Cuando anuncia medidas circunstanciales que se extienden en el tiempo y permanecen sin explicación alguna.
—Cuando graves problemas demoran su solución y la forma de comunicarlos no contribuye al entendimiento público.
Además…
Podría agregar que el Estado cubano también pierde cuando:
- Demora en tomar decisiones.
- No enfrenta sus propios errores y elude la autocrítica.
- Se conforma con informes que evidentemente no responden a la realidad.
- Practica la comunicación del triunfalismo.
- No rinde cuenta de forma transparente al pueblo.
- Permite que el equipo de gobierno falle una y otra vez y no toma las medidas adecuadas.
- Repite una y otra vez fórmulas desgastadas y pretende obtener resultados diferentes.
- Confunde la vida en las redes sociales de Internet con las redes sociales de la realidad.
Y si las urgencias son tan urgentes, si llevamos años listando trabas y ahora persiguiendo distorsiones, ¿es necesario esperar a un congreso del PCC para lograr enrumbar la economía, la sociedad, la política y la ideología en función del crecimiento y el desarrollo de nuestro país?
¿Acaso no es esa la distorsión de todas las distorsiones?
Estoy totalmente de acuerdo con el. Estamos parados y sin esperanza de nada. En fin la Revolución dentro de la Revolución está totalmente perdida. Todo da mucha pena.
Lamentablemente el pueblo – el revolucionario, el fidelista, – coincide 100 x100 con el contenido del analisis del Profesor Triana. Consientes del trabajo que hacen ntros dirigentes, del impacto del bloqueo, pero como dice Raúl se reconocen los esfuerzos pero se premian los resultados y el Congreso PCC de 2026 solo ajustará lineamientos y directivas.
Indudablemente que cada vez el profesor Triana se supera exponencialmente, cada palabra aquí expresada contiene información veraz avalada por el conocimiento de la economía y la realidad cubana, mientras la dirección del país no haga lo que sabe que tiene que hacer nos hundiremos en un abismo sin retorno, nunca es tarde pero el tiempo no perdona ni la falta de esperanzas que pasará la cuenta más temprano que lo deseado.
Triana se las sabe todas, lo que no advierte es que el bloqueo es la variante transversal a toda la economía cubana y no se les puede pedir peras al olmo, como es eso de pedirle a Cuba una industria del 4.0 por ciento.?!!!. Es muy fácil criticar desde afuera del gobierno, quisiera verlo de Ministro de Economía!!!
Criterio erroneo
Estoy esperando ver el día en que:
-el gobierno se reúna con un Consejo asesor de la economía donde estén presentes los representantes de todas las opiniones, se escuche y valoren estrategias más efectivas,
-se reduzcan la cantidad de macro estructuras, personas y logística que “atienden” un mismo sector de la economía y al final el resultado es cada día peor, ¿No es una distorsión? ¿Cuándo las rendiciones de cuenta a la ANPP van a incluir los gastos financieros y logísticos de éstas estructuras?
Excelente artículo. Cerrar lo ojos ante el cúmulo de ineficiencias en todos los ámbitos de la vida económica del país, justificar con el bloqueo las pifias de las decisiones erróneas adoptadas cuyo exponente máximo es la debacle del “ordenamiento” , retomar practicas de antaño como los esquemas de financiamiento, por citar algunos ejemplos, muestran la inexistencia de ideas nuevas y el temor a liberar las fuerzas productivas.
Nadie pone el dedo en la llaga de verdad, cuando el asunto se pone serio todos los que tienen que ver con el empiezan a pasar la bola, el problema es que aquí no se trabaja de verdad y si se hace la gloria se la lleva otro y las personas se cansan porque no prosperan, existe mucho sociolismo, además el que sabe no habla pues el que habla no sabe.
¡¿Pero, hacia dinde vamos!?