La basura no es el problema

El ser humano ha utilizado su capacidad de imaginación para convertir “el problema de la basura” en el “negocio de la basura”.

Basurero en Centro Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.

Basurero en Centro Habana. Foto: Otmaro Rodríguez/Archivo OnCuba.

Hay dos características del Homo Sapiens que lo diferencian radicalmente del resto de los seres vivos conocidos hasta hoy. La primera es la capacidad de imaginación y de construir lo imaginado; la segunda es su capacidad para generar deshechos que atentan contra la naturaleza y contra su propia existencia.

Sí, la basura ha acompañado al hombre desde que prácticamente se diferenció del resto del mundo animal, y lo interesante es que mientras más grande ha sido esta diferencia, más ha crecido su capacidad de generar deshechos de todo tipo. A diferencia de los animales, esos deshechos cada vez tienen más dificultades para integrase en la naturaleza y se hacen también cada vez más agresivos para la humanidad.

Desde los primeros asentamientos, ocurridos con la revolución agrícola hace ya miles de años, hasta las mega ciudades contemporáneas, los deshechos, basura, residuos sólidos o como se les quiera llamar, han sido el producto “natural” del desarrollo que la humanidad ha experimentado. Así, la cantidad de desechos sólidos per cápita puede tomarse hoy, aunque parezca kafkiano, como un indicador que refleja la “riqueza” de las naciones: a más riqueza, más basura podría decirse; ojo, al revés no funciona igual.

Pero el ser humano ha utilizado su capacidad de imaginación para convertir “el problema de la basura” en el “negocio de la basura” y le ha dedicado ingentes esfuerzos, con buenos resultados, a este propósito. Tan es así que hoy la basura se ha convertido en un “recurso exportable”. También se le ha dedicado un esfuerzo significativo en términos de regulación.

Digamos que su evolución ha sido como sigue: resultado del propio desarrollo de la humanidad, gran problema para la propia humanidad, buen negocio para una parte de la humanidad. Esto es de forma general, está claro que donde es un buen negocio a escala nacional generalmente es en los países altamente desarrollados.

Se conoce como RSU, esto es residuos sólidos urbanos. En Cuba, aún no hemos llegado a convertir el problema en un buen negocio a escala nacional, aunque a escala individual centenares de personas viven hoy “de la basura”, siendo la imagen más conocida los llamados “buzos” que andan por las calles buscando en los contenedores. En la dimensión nacional, la experiencia de la Empresa de Materias Primas, que ha exportado diversos tipos de chatarra no es para nada despreciable.

Foto: Otmaro Rodríguez.
Foto: Otmaro Rodríguez.

En la Cartera de Oportunidades de Inversión Extranjera del año 2014 aparece la “oferta” a los inversionistas extranjeros de un negocio de reciclaje de Residuos Sólidos Urbanos (RSU = basura) cuya ficha técnica se reproduce a continuación.

SISTEMA INTEGRADO DE GESTIÓN DE RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS (SIGRSU).

El objetivo principal del proyecto es la reducción gradual hasta sus niveles mínimos, del volumen total de residuos generados que hoy se envían a vertederos o rellenos sanitarios, evitando un impacto negativo al medio ambiente y la salud humana, mediante un SIGRSU, el cual comprende todas las etapas del proceso, comenzando por su correcta selección, recogida, tratamiento, reciclaje y valorización energética para generar electricidad, calor y producir abono orgánico, enviando a los Rellenos Sanitarios sólo los residuos no reciclables inertes sin posibilidades de valorización, aunque en etapas posteriores pudieran estudiarse algunos usos de esta fracción inerte.

Actualmente no existe en el país un SIGRSU. El alcance del proyecto abarca todo el país, ejecutado por etapas. Se comenzará en la zona occidental, en específico en la provincia La Habana ya que los niveles de generación por tipo de residuo se estiman en 2 585,01 toneladas/día. Se prevé su ampliación como primera prioridad con la ubicación de plantas similares en la zona central y oriental.

Modalidad: Empresa Mixta

Monto inicial de la inversión: 115 millones en la primera etapa de USD en la inversión de una Planta Integral de Procesamiento de RSU que incluye varias líneas y el mejoramiento del sistema de recolección y vertido.

Contraparte Cubana: Unión de Empresas de Recuperación de Materias Primas (UERMP) adscrita al Grupo Empresarial de la Industria Sidero Mecánica (GESIME).

Localización La Habana.

Potencialidades del mercado:

El mercado de los productos resultantes se destinará:

Las materias primas secundarias: a la Industria nacional y el excedente se exportará. Hoy se procesan 16 familias de productos siendo los fundamentales: chatarra de acero, hierro fundido, acero inoxidable, cobre, aluminio, bronce, plomo, papel y cartón, plásticos, envases de cristal, vidrio, chatarra electrónica y otros.

El gas que se genere es demandado por el Sistema Electroenergético Nacional para la generación de energía.
El abono que se genere podrá ser consumido en su totalidad por el Ministerio de la Agricultura.

La ficha en sí misma ya es un caso de estudio, pero hoy no es este el asunto.

En la Cartera de oportunidades de Inversión Extranjera del año 2015 aparece el mismo negocio, pero esta vez se extiende a todo el país, el monto total de la inversión se estima en 1000 millones de dólares con una primera etapa en La Habana, el resto de la ficha es prácticamente igual.

 

En la Cartera de oportunidades de Inversión Extranjera 2017-2018 vuelve a aparecer el mismo negocio, esta vez se aclaran que son cinco proyectos, el monto de la inversión baja a 700 millones. En la ficha se declara:

“El alcance del proyecto abarca todo el país, ejecutado por etapas. Se comenzó en la zona occidental, en específico en la Provincia de La Habana. Corresponde en esta nueva etapa ubicar plantas similares en la zona central y oriental, dándole prioridad a las provincias de Matanzas, Villa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba”.

Tal pareciera que ya hay un proyecto funcionando en La Habana, sin embargo La Habana sigue sin solucionar la recogida, el procesamiento y la utilización posterior de los RSU.

Algo que llama la atención es que quien responde por la recogida –y de hecho quien tiene el problema de forma directa: la dirección de comunales de la capital– no aparece como promotora de ningún proyecto de inversión extranjera. También es cierto que una parte importante de este asunto puede resolverse con inversión nacional, quizás no toda estatal en especial a nivel local.

Foto: Otmaro Rodríguez.
Foto: Otmaro Rodríguez.

La historia de la basura habanera se remonta al ya casi olvidado vertedero de Cayo Cruz, bien cerquita de la Bahía de La Habana, una de sus principales fuentes contaminantes en un tiempo. Luego de que se cerrara, aparecieron otros vertederos que ya hoy son famosos: el de 100 y Boyeros, que increíblemente y para pesar de los vecinos de los barrios circundantes sigue vivo, el de las ocho vías, ambos con un impacto contaminante muy grande sobre la cuenca acuífera de Vento; y luego del período especial un par de decenas más que por suerte se fueron cerrando años más tarde. Hoy existen además otros muchos vertederos “clandestinos” producto de esa combinación terrible que es la indolencia ciudadana y la poca capacidad de las organizaciones a cargo de la recogida de dar un servicio adecuado.

Llamo la atención sobre el hecho de que:

La quema de RSU genera además gases contaminantes nocivos a la salud humana.

La Habana genera entre 20,000 y 25,000 toneladas de RSU diariamente

El vertedero de 100 y Boyeros ha acumulado en estos años más de 40 años explotación más de 70,000,000 de metros cúbicos de RSU que “regalan” su contaminación al suelo, subsuelo, aguas superficiales y subterráneas y al aire que respiran todos los habitantes de sus barrios circundantes[1].

Es cierto, como afirmara el presidente Diaz-Canel, la basura es un asunto urgente a solucionar, porque “afea” la ciudad, por la gran fuente de enfermedades que puede ser, por lo que significa en cuanto a vectores que genera. Pero la manera en que nos deshacemos de la basura en los vertederos en también un gran problema.

Foto: Otmaro Rodríguez.

La historia moderna de la recogida de desechos sólidos en la capital pasa por la experiencia de la ya extinta empresa Aurora, fundada en diciembre de 1997 y que durante varios años exhibió resultados bastante buenos, lamentablemente hoy ya no es así. La basura, ese gran negocio que muchas mafias del mundo se disputan, que hoy es objeto de serios empeños empresariales con enfoque de responsabilidad social y cuidado medio ambiental, que permite recuperar y volver a usar una parte de lo que el ser humano convierte en inservible, un “recurso” no natural que puede generar ingresos y ahorrar importaciones, sigue siendo en esta nuestra capital, un gran problema.

Pero, como dijimos, la basura es también un gran negocio. Hoy la tendencia es convertir la basura en energía, hay países incluso que están importando basura para producir energía.

La conversión de basura en energía como tendencia

En África, la de Addis Abeba es la primera planta que convierte basura en energía, pero no ocurre lo mismo en otros países. En Europa existe una cierta tradición de quemar residuos para obtener electricidad. Francia cuenta con 126 instalaciones de este tipo , mientras que Alemania tiene 99, e Italia, 40.

En Noruega también se utilizan estas plantas con un doble fin: eliminar basura y obtener energía. Constituyen un arma más del país para lograr el ambicioso objetivo que este tiene: reducir a la mitad sus emisiones en 20 años.

Incluso en el ámbito privado han surgido iniciativas para transformar basura en energía. La empresa Impact Bioenergy ha creado con este propósito una máquina relativamente operable en un hogar (uno grande, eso sí). Sus creadores señalan que puede reciclar hasta 25 toneladas y proporcionar 37 MWh y 20.440 litros de fertilizante.

Estudiar la “cadena productiva de la basura” es más que necesario. Incentivar empresas y combinaciones de empresas que permitan aprovechar el recurso basura, es una vía para “salir del problema y entrar en el negocio”. Fórmulas hay muchas; desde empresas locales hasta alianzas público-privadas, por ejemplo, entre

los gobiernos locales y cooperativas de reciclaje que se encarguen de la “recogida personalizada” y su procesamiento a escala pequeña y mediana, hasta esas otras grandes empresas que podría reciclar y producir energía.

Sin embargo, llevamos años convirtiendo en problema una oportunidad. Los intentos de aprovechar esa oportunidad ya tienen más de una década.

La basura no es el problema, más bien es un recurso. El problema en realidad es otro.

 

 

[1] Para la redacción de este artículo he utilizado datos e ideas del trabajo titulado El adecuado manejo de los residuales sólidos en La Habana. Una necesidad para el desarrollo sostenible”, CEEC, 2013. Alejandro Louro.

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