El mayor costo de cualquier decisión, ya sea política, económica, personal, administrativa, jurídica, etc., es el costo de la misma en términos de confianza perdida. No he encontrado ninguna unidad de medida que me permita cuantificar la pérdida de confianza; sin embargo, sí es posible identificar y de alguna forma medir ese costo en actitudes y comportamientos de los seres humanos.
Por lo general, el costo en confianza de una mala decisión se transforma en actitudes negativas: indiferencia, incredulidad, incertidumbre, miedo, pérdida de perspectiva, renuncia a hacer y a participar, apatía, etc.
La pérdida de confianza y su correlato, la incertidumbre, destruye los incentivos positivos y estimula el abandono, las soluciones individuales, una de las cuales es la emigración, tanto la geográfica, como la laboral.
Entre 2021 y 2023, la pérdida de profesionales en el sector de la salud fue de 89 954 personas, en la educación 32 789, 4 375 en el sector de la ciencia e innovación, 51 492 en el agropecuario. Hay que recordar que la formación de un profesional tarda entre 15 y 17 años.
Por eso me cuesta tanto pensar que quienes toman las decisiones le dan poco valor a la confianza, a la palabra empeñada, a las “reglas de juego” adoptadas que establecen ciertos compromisos por los cuales las personas toman determinadas decisiones, arriesgan recursos, proyectan el futuro de ellos mismos y de sus familias.
La confianza lo es todo. En la relación de pareja, cuando se decide crear una familia, se hace sobre la base de la confianza. Cuando se decide afincar los pies en un pedazo de tierra y echar raíces, lo que sustenta esa decisión es la confianza. Cuando se decide apoyar un proyecto social y/o político, la confianza tiene un peso decisivo.
Lo que sustentó la Revolución cubana en esos primeros años donde se libró una guerra sin cuartel defendiéndonos de las agresiones orquestadas por los gobiernos de Estados Unidos fue, sobre todo, confianza.
Cuando se invierte en un negocio, lo primero es la confianza. El dinero es confianza —inscrita en una tablilla de arcilla, en un pequeño disco metálico, en un papel, en un billete de banco, en una tarjeta plástica—. El crédito, del latín credere, que significa creer, es confianza; la inversión es y no es más que confianza en el futuro; el comercio, ya sea al por mayor o al por menor, también lo es. El valor de los bonos y de las acciones es, en buena medida, confianza, seguridad en que la inversión en esos valores tiene una garantía, ya sea dada por el Estado o por alguna empresa.
La relación sana entre los tres grandes y únicos actores de una sociedad, a saber, el estado, las familias y las empresas, solo es posible en base a la confianza.
El marco institucional dentro del cual esos tres actores desarrollan su actividad debe, primero que todo, garantizar esa confianza. Si falla, la opacidad se enseñorea dentro de esas relaciones, la incertidumbre crece y las palabras se convierten en recipientes vacíos de contenido real.
Se ha sostenido en las tribunas, una y otra vez, que no hay una guerra contra las mipymes ni contra el sector no estatal; sin embargo, si se hace un balance de las medidas —resoluciones, decretos, decretos leyes, circulares, indicaciones, etc.— que durante este año se han ido adoptando, la conclusión es otra diametralmente diferente.
La Resolución 56/2024, regalo de fin de año, hay que situarla junto a las otras que han ido encerrando al sector no estatal en una jaula regulatoria cada vez más estrecha.
Como las otras, horada el cimiento más importante de cualquier economía: la confianza, y afecta directamente a un sector que hoy emplea al 35 % de los ocupados de los cuales dependen numerosas familias. ¿Cuánto nuevo desempleo generará esta medida? ¿Tiene el Estado una opción para esos futuros desocupados? ¿Se convertirán algunos de ellos en esa figura que hoy eufemísticamente llamamos “deambulantes”?
Ese sector genera el 15 % del PIB. ¿Tiene capacidad el sector empresarial estatal para suplir esa pérdida, si hoy sabemos que la tasa de inversión alcanza apenas el 10 % del PIB, cuando la misma debería estar al menos en el 25 %?
¿Cuál es el sucedáneo con el que cuenta el Estado cuando hoy sabemos que alrededor del 50 % del sector empresarial estatal se encuentra en un estado realmente vulnerable, y el 22,5% de esas empresas están en pérdidas, siendo las empresas municipales de comercio y las del sector agropecuario la mayoría de ellas? Parece un contrasentido que, ante esta realidad, se apruebe una resolución que crea un intermediario con ineficiencia demostrada.
Tampoco es posible pensar en la inversión extranjera. Los flujos de IED están muy lejos de ser los necesarios y mucho más cerca de Haití que de República Dominicana, lo cual es, al menos en buena parte, el costo de la confianza perdida.
El sector no estatal en su conjunto representa hoy el 44 % de las ventas minoristas y las mipymes son el 25 %. ¿Tiene el comercio estatal capacidad para suplir el déficit de oferta que todas estas resoluciones generarán? ¿Tendrá además ese comercio estatal la habilidad suficiente y la autonomía necesaria, así como los incentivos mínimos para encontrar los mejores proveedores?
Lo que he aprendido de los hechos, luego de observar pacientemente ese sector desde hace unos cuarenta años, es que tiene una demostrada capacidad para ser ineficiente. Ni siquiera en los tiempos de las “vacas gordas” de la ayuda soviética lo logró.
Cuba enfrenta hoy una coyuntura crítica, factores externos sobre los cuales no tenemos capacidad para influir y una multicrisis interna causada por errores, tanto en la adopción de políticas, como en la conducción de las mismas, así como en el momento de adoptarlas, conforman los rasgos esenciales de la misma.
La utilización indiscriminada del bloqueo inhumano al que las administraciones norteamericanas nos han condenado, como casi única explicación de nuestros problemas, ha reforzado la convicción de esas administraciones de que, incrementándolo, alcanzarán el objetivo de destruir nuestra independencia.
Construir confianza es indispensable si queremos salir exitosos de este reto. Destruirla con medidas que desconocen el momento histórico que vivimos y el que se nos aproxima, que convierte en enemigos a los que un día reconocimos como parte indisoluble de nuestra sociedad, es entregarnos mansamente, consciente o inconscientemente, a los propósitos e intereses de aquellos que desde hace seis décadas nos declararon sus enemigos.
La esperanza va de la mano de la confianza. Si la confianza está renga, la esperanza escasea. Venga la esperanza, sin ella no hay porvenir.
No sé qué pensar. Lideres afirman gobernar con el oído pegado a la tierra. Otro dice contar con la ciencia. No veo ni una cosa ni la otra. Los economistas plantean una cosa y el gobierno decreta otra diametralmente opuesta. Yo veía el futuro con cierto optimismo, enganchado en una nube, vivía engañado. Muy a mi pesar ya estoy convencido que el gobierno es incapaz de sacarnos de esta situación.
En la arena internacional no pinta nada bien. La nueva administración norteamericana podría desembarcar sus tropas y nadie en este mundo reaccionaria. No quiero pensar que hasta el pueblo desearía que pasara
La inepnitud gubernamental es tanta que le están facilitando las cosas. Ya estoy sospechando que lo mejor es la multiplicidad de partidos. Una sola voz totalitaria y por demás errática es demasiado para nuestra resiliencia y resistencia. Verdaderamente no ponen una. Están de más. No resuelven nada. Por el contrario empeoran las cosas.
Triana lo estoy viviendo en carne propia, me caen un batallon de inspectores aconpañados de un policia, con arrogancia y pocos cooperativos a buscar la minima cosa para poner multas
Efectivamente las MIPYMES vienen siendo como especie de unas gallinas d huevos d oro con las cuáles no saben q hacer…
No se entiende la obstinación por seguir apostando por la empresa estatal socialista cuando ni siquiera en los 80 producía con eficiencia. OJO no es lo mismo producir q hacerlo con eficiencia…..
El imperialismo ensañado con nosotros bloqueándonos hasta la asfixia total y el gobierno cubano cooperando. Y lo peor es que dicen que están luchando contra el bloque. Y mucho peor es que sea cierto que piensen que lo están haciendo. Dios mío.
Profesor la persistencia en el sin sentido degrada la esperanza y compromete la credibilidad de un proyecto de vida o de sobrevivencia tan importante para mirar futuro, nadie duda que este nuevo “ordenamiento” traerá cierres en el sector privado y alejará aún más los posibles inversionistas de rango medio y bajo que muy poco a poco han creado un tejido empresarial y de negocios que reconfiguro el comercio en estos últimos años, persistir en los monopolios estatales es condenar al persistente fracaso una sociedad ya de por si colapsada.
No hay esperanza donde no se ofrecen resultados, y el equipo de gobierno de “La Continuidad” persiste en la muela y el triunfalismo insultante, del que el común de los cubanos ya esta mas que saturado.
Muy buen análisis y un magnífico artículo sobre el costo de la pérdida de la confianza en términos económicos y políticos. Creo q los decisores residen en una suerte de limbo ajeno a las realidades y penurias de la población. Hay medidas erróneas q tienen un costo en vidas humanas… Esas nunca se deben adoptar xq la vida del ser humano es el mayor tesoro de la sociedad.
La destrucción de la confianza ocurrio hace mucho tiempo. A esta altura del play, lo que se ha destruido es la credulidad, la excesiva candidez, que no es una virtud dino un vicio, dado que se ha otorgado a gobernantes, a gerentes del Poder, una sustancia tan peligrosa como el Uranio.
El Che, con su agudeza visual y su fino humor inteligente, expresó algo semejante al artículo del Dr. Triana, ello ocurrió en carta a Fidel el 25 de marzo de 1965…les sugiero la lean
Buenas noches, donde se pudiera consultar esa carta del Che, de la que usted comenta le hizo a Fidel en el año 1965???? y muchas gracias en avance
Muy buen análisis y certero amigo Triana
Tengo 72 años, mi futuro es de 5 minutos, la confianza la perdí totalmente con mi jubilación. Cada vez que viene algo pienso lo peor y al final me superan.
Estimado profe:
Nuevamente tocó una arista vital de todo.
Hace tiempo que, con mis palabras, vengo hablando del aspecto moral, ético, de coherencia, de honestidad entendida como hacer lo que se dice y decir lo que se hace, que viene faltando en muchas políticas criollas.
Yo trabajo a la vez en un empleo estatal y en uno privado. Con eso sobrevivo por ahora.
Tengo la oportunidad de comparar entornos, prácticas, conozco muchas personas, en varias provincias o ámbitos, pregunto y escucho, leo comparo, calculo…. y creo que esto me da cierta objetividad al analizar las cosas.
Ayer mismo dijo emocionado un cuadro partidista en la TV, sobre los resultados positivos en su entidad, que el PCC y el gobierno les habían dado la tarea de recuperar la parte estatal, el sector para el Estado. Circulan en grupos de empresas estatales de Telegram y se publican en Cubadebate comentarios que demandan la eliminación de todo el sector privado, firmados por “Pablo”, otros que acusan a todos los “mipimeros” de delincuentes y extravagantes, etc. Esto viola las reglas de estos sitios para comentar, denigra a todos un sector, y se publica una y otra vez. Esto es subido a esos grupos de Telegram por alguien de esos colectivos, y se mantiene. En cambio, cualquier comentario que aclare inconsistencias, pregunte por temas tabú (base tributaria imponible al GAE o ficha de costo de bodegón Gaia o Bar Efe, referencia a videos de fiestas lujosas,) es automáticamente eliminado, no sale. Se quita de los grupos de Telegram. Esto da la línea editorial del medio u orientación política a las entidades estatales.
Lo cierto es que, en el peor momento para impulsar formas de propiedad que requieren de cierta conciencia colectiva, en el momento que no se tienen divisas, la infraestructura está dañada, existe malestar social, se está cerrando el paso a las nuevas formas productivas que pueden mantener al menos la isla a flote.
Porqué? Porque TRD no puede vender el pollo a 6000 pesos si no topamos al privado para que no lo pueda vender a más de 3100. Porque las instalaciones MINCIN no tienen casi nada atractivo que ofertar y necesitan obligar a los privados a que les vendan para así existir. Porque el personal de las importadoras y firmas cubanas necesita ser intermediario para mantener su nivel de vida. Y así sucesivamente, esto no responde a leyes económicas ni de bienestar social, pues si no se puede pagar el pollo a 3100, menos se podrá a 6000. Si el zapato del niño era caro, más caro será tras pasar por más actores, márgenes comerciales y asumir en el visto más barrigas y buroes. Además buroes acostumbrados a no pagar, a no responder, todo les da lo mismo,no les pasa nada… Nada de lo anterior es marxista ni patriota ni responde a ninguna teoría lógica.
Responde a intereses de grupos de poder que realmente existen en Cuba y no son precisamente la mayoría de los mipimeros o TCP ni obreros o campesinos o veteranos. No es un argumento subversivo, yo creo en los valores de la Revolución. Quiero que vuelvan.
Pero esta gente no piensa como país. De hecho les estorban los veteranos de todos estos años, los emprendedores que no sean como Gaia, Efe, Marea, Katapulk, de las familias… Les estorba usted, les estorba Everleny, Carranza…
Les estorbamos los que son como yo, que ni nos vamos ni nos plegamos ni nos pasamos al otro bando ni robamos. En fin todo les molesta.
Están felices con los disidentes, ciclones, Trump, guerras, heladas en Canadá o sequías en Panamá, cualquier desgracia justificante.
Callan los “errores” o regalos pero describen con lujo de detalles las libras de chícharo y arroz que robó un bodeguero en unos meses.
Es un recordatorio de que la ley es para los humildes y los individuos no especiales.
Para qué ver series Netflix, si ésta tiene más suspense y giros inesperados de la trama.
Exelente comentario
Porque darle a los niños un “refresco en polvo” (con múltiples productos químicos…) si lo único que beneficia al organismo, de “eso”, preparado, es el agua?
Ahhh y cuesta!
Cuando en Cuba habían más reses que habitantes, las reses tenían agua y yerba, tenían sexo organizado pero natural…. habían campesinos con una o pocas vacas, ganaderos, algún sistema de recolección de la leche, fábricas de lácteos y producción artesanal, el que necesitaba algo se informaba y compraba con quien lo produjera o vendiera, No habían 300 empresas, institutos, ni interferencias desde “arriba” , me cuentan que había carne… y era hasta barata, se ha ido construyendo todo una súper estructura en torno a la ganadería,, para “organizarla y desarrollarla” que nos ha convertido en vegetarianos!!!
Saliendo del pasado, el correo electrónico replicó el correo postal aportándole velocidad, los programas de cálculo no cambiaron las matemáticas, las agilizaron, la Inteligencia artificial no es más que hacer coincidir en un instante todo el conocimiento registrado de miles o millones de experiencias anteriores de hombre.
Que tiene todo esto en común, la simplicidad del razonamiento, la participación y acumulación del cono cimiento anterior, y en última instancia, a semejanza con la selección natural, base de la evolución, todos participan pero se queda lo que funciona mejor, lo que da resultado.
No por pesimismo, por evaluar con objetividad, ¡estamos auto condenados a seguir cantando y bailando en la pista del fracaso! asegurado está, que nuestra Creatividad continuará pariendo piruetas absurdas!
No hay que olvidar la frase dicha un sinnúmero de veces por cuadros de turno de que “las mipymes son un mal necesario” en esa afirmación se sintetiza la filosofía de nuestro “glorioso” partido, mientras yo no pueda dar de comer juego a medidas “capitalistas”, pero, sin soltar mucho la soga, el ojo bien atento a enriquecimientos, no importa , lícitos o ilícitos, mano dura con los infractores, no así con la empresa estatal socialista crónicamente ineficiente, gritar en cualquier tribuna lo abusivo de los precios de los privados, sin mencionar apenas los precios de espanto de entidades estatales ya sea en divisa o en moneda nacional. No se engañen el partido está por encima de todas y todos incluida la constitución y como tal ejerce un control, sin contraparte alguna,
al manipular las mentes con un triunfalismo barato a toda hora y en todo momento, grita y expresa victorias por venir , beneficios por venir, bienestar por venir , todo es una chimenea que solo echa humo , muchos miran cándidamente por algo que nunca llegará y muchos , muchísimos se van buscando otra esperanza. Quizás un día, no tan lejano, el glorioso partido este por encima de un ejército de decrépitos ancianos…. ah y de la constitución.
Todo se entiende y encaja perfectamente, no desde el analisis económico o social, sino desde mantener el control del poder a toda costa.
Excelente análisis profesor pero no hay realmente nada que hacer. ¿De qué sirve la evidencia de que en los últimos dos siglos no hubo un solo país en este ancho mundo que aumentara su PIB en un solo dólar combatiendo la riqueza? ¿Y quién si no el audaz y experimentado revolucionario de cien batallas Deng Xiao Ping inició la senda que sacó a China de sus hambrunas masivas y recurrentes aún en fechas tan increíblemente cercanas como la década de los 60 y llegó al punto de decir categóricamente en 1992, tras actuar enérgicamente en consecuencia y ver los primeros resultados tangibles que han asombrado al mundo desde entonces, que “enriquecerse es glorioso”? Pero NO, al parecer el paradigma kafkiano de quienes rigen lo que queda hoy de nuestra economía parece ser por el contrario ir hacia atrás. Me recuerdan al inefable YOGUI.
Profe, cuando comencé a estudiar economía en la UH tenía la idea que transformar todo ese exceso de aplicación de herramientas políticas aislando el resultado económico favorable para la economía de Cuba. En ese momento de 1997 existía una doble circulación de monedas y comenzábamos a pedir la desaparición de 1 moneda. Casi 30 años después se multiplicaron las monedas en circulación y la economía en peores condiciones.
La esperanza hace mucho tiempo se perdió y como dijo usted en algún momento, hace más de 15 años cómo medir si la economía cubana había mejorado “…considero que la economía cubana estará bien cuando los jóvenes no quieran irse del país.”.
Por poco lo logramos entre los años 2014 al 2016.
Es una pena no ser escuchados.
Saludos.