La semana pasada el Ministerio de Economía y Planificación (MEP) anunció la aprobación de otras 100 nuevas pequeñas y medianas empresas (pymes), con ellas se alcanza la cifra de 5982.
Vuelvo sobre las pymes cubanas porque, admitiendo que toda persona tiene derecho a tener sus propias apreciaciones sobre un hecho, los hechos en sí mismos son independientes de cualquier apreciación personal.
Se ha discutido en un sentido y en otro sobre el beneficio de las pymes para la economía nacional, en especial en estas condiciones de crisis en la que se encuentra el país.
Creo que he dejado claro que defiendo las pymes, las cooperativas todas ellas, los proyectos de desarrollo local, las empresas conjuntas con inversión extranjera y por supuesto las empresas estatales, porque estoy convencido de la necesidad de diversificar el tejido empresarial cubano e incrementar la competencia en nuestra maltratada economía.
Dicho esto, vayamos a algunos hechos que hablan de lo atinado de haber promovido las pymes finalmente, luego de mucho tiempo perdido.
La generación de nuevos puestos de trabajo
Las pymes en apenas un año han generado 102 226 nuevos puestos trabajos directos. Cada uno de esos nuevos trabajadores tiene familia. Esas familias hoy obtienen una parte de sus ingresos familiares gracias a las pymes.
Esos más de 102 mil puestos de trabajo no los ha tenido que crear el Estado cubano. En otras palabras, el Estado no ha gastado un centavo de las arcas del pueblo en crear esos empleos.
¿Cuánto cuesta crear un puesto de trabajo? Difiere según el sector y el tipo de actividad. El costo de crear un puesto de trabajo no es el salario que se le paga al empleado, es el costo total de poner en operación ese negocio, fábrica, empresa, hotel, etc. dividido entre la cantidad de trabajadores. Sólo si el negocio está operando es posible emplear personas.
Esos trabajadores reciben un salario mensual. Pongamos por ejemplo que el salario promedio sea de 4000 cup. Entonces las pymes estarían pagando 4 906,8 millones de cup anuales, que el Estado cubano no tiene que erogar y que pudiera dedicar, de tener esa cantidad, a fomentar el empleo o mejorar los salarios en sectores tan sensibles como la salud y la educación.
Esos trabajadores también pagan impuestos sobre sus ingresos personales, por lo que contribuyen al los ingresos de todo el pueblo y sus empleadores deben pagar el 5% de impuestos sobre la nómina, o sea unos 245 millones para este caso hipotético, otra contribución más a la riqueza colectiva que el Estado distribuye y que pudiera emplear, por ejemplo, en reparar escuelas.
Generar empleo tiene también una connotación social con implicaciones para la dignidad de las personas. Es más saludable para cualquier país que sus ciudadanos pueden estar legalmente empleados, a tener a decenas de miles de personas sin trabajo, o en “trabajos” para nada legales o “buscándose la vida” en colas o en el mercado negro.
Tener la oportunidad de emplearse y ganar un salario digno también dignifica y contribuye a la prosperidad de las personas, las hace mejores, porque como dijo el Apóstol, en lo común del comportamiento humano se necesita ser próspero para ser bueno. Y todo ello también tiene una connotación política, ¿alguien lo duda?
Las pymes y la inflación
Algunos han asociado el incremento inusitado de los precios al surgimiento y expansión de la pymes. Sin embargo, el fenómeno del incremento de los precios comenzó mucho antes de que surgieran las pymes. La creación de las tiendas en MLC en octubre del 2019 fue uno de los detonantes del incremento de la tasa de cambio en el mercado informal y una de sus consecuencias directas fue contribuir a la espiral inflacionaria.
Luego vendría, en enero del 2021 la “Tarea Ordenamiento” y su impacto en el incremento de los precios.
Recordemos que las pymes fueron autorizadas en septiembre del 2021. A esa inflación también ha contribuido el prácticamente inmanejable desequilibrio fiscal, el prácticamente nulo crecimiento de la economía evidenciado en una tasa promedio de crecimiento del PIB de -0,6% entre 2016 y 2021 y consecuentemente una disminución significativa de la oferta global, agudizada por la disminución alrededor del 30% de las importaciones de bienes entre el 2017 y el 2021.
Es cierto que en la viña del Señor hay de todo y que sin dudas hay quienes se aprovechan de situaciones así, pero no hay que asociarlo únicamente a las pymes o al sector privado.
Recuérdese que hace unos meses, el Ministro de Economía hacía público la existencia de empresas estatales con utilidades excesivas a pesar de haber incumplido sus planes de producción.
Las pymes, la producción y la oferta
No existen aún datos del aporte de las pymes a la producción nacional de bienes. Tampoco los hay de su aporte a la oferta de bienes. Es cierto que si se atiende a su esfera de actividad principal son relativamente pocas las que se dedican a la producción.
Sin embargo, dedicarse a la producción de bienes de cualquier tipo en Cuba es un asunto complejo, no para las pymes, sino para cualquier empresa, sea estatal, mixta, cooperativa, privada, grande o pequeña.
La crisis que afecta a la economía nacional es para todas las empresas, no para una parte de ellas. La tabla que se muestra más abajo ilustra la situación de la economía. Todos los sectores productores de bienes: agricultura, pesca, minería, industria azucarera, industria manufacturera, presentan crecimiento negativos.
Si se examina la inversión acumulada del período se podría comprobar una situación parecida, entre todos los sectores productores de bienes alcanzaron a un 20% del total de la inversión del país en ese mismo período, mientras el sector inmobiliario recibió el 50,4% de toda la inversión.
Si la gran industria cubana que es estatal, decisiva por su peso en la dinámica del país, no logra crecer ni recibir volúmenes de inversiones adecuadas, es muy difícil que puede ejercer su trabajo como “locomotora” de la economía nacional, promover encadenamientos y generar sinergias con las pymes que le permita a estas abrirse paso en la producción de bienes.
Tampoco cuentan las pymes con facilidades crediticias suficientes, ni en pesos cubanos ni en divisas. Solo unos pocos centenares han podido acceder a financiamiento bancario en pesos cubanos y no más de dos decenas en divisas.
Las pymes han tenido que crecer por sí mismas, en un ambiente de negocios poco adecuado, sin los apoyos fiscales y crediticios que necesitan, en una economía con serias distorsiones cambiarias y alta inflación. Las que han podido incursionar en la producción de bienes lo han hecho con sus propios recursos.
Son pymes, no son grandes empresas, son privadas la mayoría, y financian sus proyectos con capital propio. No compiten por los dineros de las empresas del pueblo y eso también es contribuir al bienestar de la población.
Me inkieta no ver en su comentario la falta de aclaración con relación al carácter mas revendedor que productor de la mayoría de las Mipymes aprobadas. Esto tiene varias aristas que dan para varios articulos