Quizás sea impericia mía, pero nada indica que el periodista deba estar siempre en el lugar indicado, sobre todo porque el lugar indicado suele ser, como norma, el que menos se suponía que lo fuese. O quizás sea que el 4 de julio Argentina jugaba –y perdía– la Copa América, o que yo tenía en las manos una deliciosa compilación de relatos de Alice Munro, o que cada vez me provoca más pereza prender la televisión para algo que no sea deporte, pero el día de la independencia en los Estados Unidos yo no encontré nada, o casi nada, fuera de sitio. O lo encontré todo tan fuera de sitio como normalmente está, es decir, todo en su sitio.
Luego supe, solo porque algo leí para esta columna, que las autoridades gringas habían reforzado la vigilancia a lo largo del país. Que Billy Joel se había casado. Que Obama había felicitado a sus conciudadanos y que Putin había aprovechado la coyuntura para abogar por el diálogo entre Washington y Moscú. Todo lo que leí, como pueden ver, no sirvió absolutamente para nada.
En la República de Miami, la gente suele reunirse en varios puntos para la celebración colectiva, y uno de ellos es la playa. Dos amigos del pre me invitaron, y rápidamente acepté. No porque tuviese ganas de ver ningún ritual, sino, se entiende, por los amigos. Pero una vez ahí, ya que estaba, miré.
Más que chocar con los gringos celebrando su día, choqué con los cubanos celebrando el día de los gringos, y con algunos, en el colmo del libertinaje, creyendo además que era su día.
No había, en Miami Beach, ni rastro del mesianismo americano: ese profundo y envidiable convencimiento que tienen los estadounidenses de su misión en la tierra para con ellos mismos y con el resto. Ah, los estadounidenses: que lograron hilvanar una teleología que los cohesiona y los enorgullece, que se remonta de generación en generación, y que llega hasta 1776 apenas sin romperse.
Hay, por supuesto, mucho churre debajo de esa alfombra. Hay ahí una idea triunfante y toda idea triunfante es siempre el remake higienizado de la trama. Pero aún con la trama entera, o precisamente por el visionaje de la trama entera, de todas sus luchas y peripecias, y no por el goteo purificado que son las efemérides, es que Estados Unidos es una fuerza magnífica.
Sin embargo, no es eso lo que me interesa, sino –debo ser un bolerista que no sabe doblar más que un solo tema– por qué hay cubanos que se suman a los vítores del 4 de julio y no sienten o no parecen sentir que están en una fiesta prestada a la que no fueron formalmente invitados, en la que están colados casi de contrabando, y en la que muy probablemente estén haciendo el ridículo, porque en definitiva los gringos saben o deben saber que esa no es la verdadera fiesta de los cubanos (o de los emigrantes pobres todos, ya que estamos), solo que por mera cortesía de anfitrión permiten que griten y aplaudan como los primeros.
Aunque quizás no. Porque los emigrantes ayudan a calzar esa idea central de la cosmogonía gringa: que son un país abierto al mundo, un país donde todos, de alguna manera, tienen su oportunidad, y, por lo tanto, el 4 de julio también vendría siendo el día de aquellos vástagos que Estados Unidos terminó adoptando.
La realización personal que millones de emigrantes han encontrado acá bastaría para reafirmar tamaña generosidad, pero, si yo fuese emigrante, creo que estaría, ya que he tenido que emigrar, continuamente en guardia ante los relatos cuya heroína es la libertad. Creo que sería un peleador silencioso en toda regla. O no sé si lo sería, pero sí sé que es lo que me gustaría ser.
Aún sabiendo que podía parecer exigente, pero sabiendo también que la exigencia en determinado punto es cercana al amor, me pregunté si los cubanos que festejaban muy revolucionariamente el 4 de julio (con múltiples prendas de barras y estrellas e íconos yanquis de toda índole) no lo estaban celebrando de ese modo tan salvaje porque en su fuero interno no tenían nada que celebrar, o porque lo que querían celebrar en realidad no podían celebrarlo.
Me pregunté si no sería responsabilidad de Cuba que algunos cubanos se fueran a celebrar fechas que pertenecen, en rigor, a otras ficciones. Y me pregunté, claro, no vamos a pasarlo por alto, cuál es la fecha que los cubanos todos podríamos celebrar. Y si esa fecha podríamos empezar a celebrarla retroactivamente, o si ya perdimos toda posibilidad. ¿Es el 10 de octubre? ¿Es, verdaderamente, el 20 de mayo, o el 20 de mayo es solo una reacción al hecho de que no sea el 1 de enero? ¿Qué hacemos con los que de una forma u otra –o sea, todos los vivos– hemos desarrollado nuestra sensibilidad alrededor del 1ero de enero? ¿Qué hacemos con todos los que de una forma u otra nos hemos acercado al 20 de mayo con afán de bibliófilos –o sea, todos los que nos hemos acercado–, pero no amasamos alrededor del 20 de mayo ninguna sensación mística especialmente relevante, sobre todo si la comparamos con las vibraciones que suelen despertar otros muchos momentos de nuestra historia?
El 10 de octubre podría ser, ciertamente, una fecha de conciliación. El 20 de mayo, bien mirado, luce tan enclenque, y es, al final, por brusco que nos suene hoy, otro 1 de enero (por brusco que les suene, digo, tanto a los que creen que ofendo al 20 de mayo como a los que creen que ofendo al 1 de enero): días en que se abrieron capítulos nuevos dentro de nuestro accidentado y todavía recientísimo trayecto, pero en ningún caso génesis de Cuba.
Lo que nos pasa, lo que realmente nos sucede, lo definió Juan Orlando Pérez, ese maestro, en una crónica suya: “En La Habana, las estatuas no atestiguan la procelosa sucesión de las fases históricas, sino repetidas interrupciones y exabruptos, la rápida cancelación de un período por otro, lo cual es típico de una ciudad joven, obsesionada con la corrección de su legado, no con su totalidad.”
En Miami, por su parte, quizás hartos de legados y de celebraciones, también hubo muchos cubanos que no celebraron nada, y hubo otros que apenas celebraron un día off dentro de sus muy justas batallas personales. En cualquier caso, nadie tendría tampoco por qué reprocharles nada a aquellos que se enfundaron en una bandera americana y se tomaron una selfie para inmediatamente subirlas a sus cuentas personales de Facebook (no los he visto, mi rango de amigos no llega hasta ahí, pero seguramente alguien lo hizo).
Quizás para celebrar con justeza el 10 de octubre, o la fecha que nos venga en ganas, deberíamos empezar por esas pequeñas cosas: garantizar que los cubanos que quieran enfundarse en banderas cubanas puedan subir inmediatamente –pero inmediatamente– sus selfies a Facebook.
Me gustaría también que fuésemos una ficción tan notablemente bien escrita, que no necesitáramos enfundarnos en banderas. Pero la historia de los pueblos siempre la cuentan narradores ampulosos.
Le preguntaron al viejo Dylan, cuando tenía 24 años, que qué haría si alguna vez llegaba a la Casa Blanca. Y dijo que reescribiría de inmediato The Star-Spangled Banner, y que “los niños en la escuela, en vez de memorizar America the Beautiful, tendrían que memorizar Desolation Row.”
En todas las escuelas de este mundo deberían memorizar Desolation Row, es cierto. Y justamente porque es cierto, en el país del 4 de julio Dylan jamás hubiera pasado de las primarias.
Foto de portada: http://horamiami.com/
No entendí un carajo…debe ser el frío. X cierto estimado, aunque sé usted no tiene costumbre contestar a sus lectores, entre los q me encuentro ( soy del grupo q no te soporta, pero sabe escribes, de vez en cuando escribes tremendas letras ) pero le pregunto, x si alguno de sus lectores sabe: Piensas regresar? Mi pregunta es solo para lograr una ubicación literaria. Escribirás igual en cualquier orilla, supongo.
X cierto, el día 10 estaría bien. Justo.
Muy bueno.
este muchacho escribe bien….
Los cubanos que viven en USA y celebran el 4 de Julio, lo hacen en parte por agradecimiento, porque tú sabes bien que gracias a ese país, Cuba es lo que es, en una medida inmensa y su gente pasa menos hambre. Ese es el país que los acogió cuando prefirieron morir a vivir en un país, donde las celebraciones son vacías y falsas, hablando de celebraciones…
Por otra parte, ofendes a miles de personas de todo el mundo, que se unen a las celebraciones en Cuba, ya sea por el 1ro de Enero, por el 1 de Mayo, o por cualquier otra celebración patriotica, y que te aseguro, esos de otros países la sienten mas suyas que los mismos cubanos.
Saludos.
No se que carajo quiere decir el post, mucha inspiracion literaria pero nada concreto. Al menos pudo viajar y mirar por sus propios ojos, tambien decir lo que le dio su gana, que en Cuba ni lo uno ni lo otro. Cada uno celebra lo que quiere y puede. En Estados Unidos al menos pueden celebrar algo, de corazon o de mentiritas pero celebran igual. Si es un cumpleanos tambien a celebrar y generalmente tienen con que. Eso es lo importante tener medios y recursos para celebrar segun los deseos. Actualiza tu modelo economico. Saludos y la proxima no te curdees que te hace lucir mal.
No puedes entender la celebracion del cuatro de julio carlos porque no vives en estados unidos. Si vivieras aqui lo entenderias y serias mas que probablemente de esos que anda con las barras y las estrellas colgadas desde mucho antes. Hablar desde tu posicion del otro es muy facil, si no lo sabras tu
No le veo nada de malo a disfrutar las fiestas ajenas, a final cuánto tiempo no nos pasamos celebrando por la cuota el 17 de octubre, nada más frío y distante que la Revolución Rusa. Si repasamos la historia de Cuba veremos cuanto se contribuyó desde nuestro país a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. No soy proamericano, ni mucho menos anexionista, pero están a 90 millas, son vecinos, y cuando lo vecinos nos ponen la música un poco alta, no nos queda otra que molestarnos o bailar con ella, y la vida está mejor pa lo segundo, así que vamos, tranquilo, no le busquemos la sexta pata al gato. Lo preocupante es la perdida de la identidad nacional, y eso no tiene nada que ver con los gringos.
Me gustó mucho el artículo, concuerdo totalmente expone muchas ideas que en algún momento me han pasado por la cabeza. Muy acertado el artículo.
Quizás porque no tenemos fecha fundacional de la independencia cubana. Tuvimos un grito, 10 de octubre. Tuvimos el inicio de una República, 20 de mayo. Tuvimos una Revolución, 1 de enero, pero al parecer todo eso ha sido tan almibarado que no convida a una fiesta con banderitas. Me gustó el artículo y me pregunto de dónde sacan los cubanos tanta empatía con el 4 de Julio y ese sí me resbala.
El 4 de julio es el día que se tiran voladores, la gente se va de picnic y las bandas de los colegios desfilan.. Es un día de fiesta mas. Ya no tiene la connotación de antes. Mucho mas en Miami.
El 20 de mayo es el día de la Independencia de Cuba. Aunque haya sido “mediatizada”. No hay otra.
Los cubanos nunca hemos utilizado la palabra gringo. Por mucho que se insista en promoverla últimamente, sigue sonando a léxico mejicano.
A mí me parece que, en primer lugar, tu artículo parte de un error garrafal: Querer hablar, si no por todos, al menos por la mayoría de los cubanos que vivimos en EEUU. Tú no eres la voz de la emigración cubana en EEUU. En segundo lugar, querer encasillarnos en tus estereotipos y hasta tus complejos- Sí, tus complejos-de lo que es y lo que siente, o debe sentir, un emigrado. En tercer lugar, que todo esto lo tratas de envolver en una postura intelectualoide (Que no intelectual), llena de juegos de palabras que, en el fondo no dicen nada, en la que el snobismo más ramplón campea por su respeto. Por cierto, lo de “narradores ampulosos” te viene como anillo al dedo.
¿Por qué no analizas seriamente el hecho de que el pueblo norteamericano sea uno de los más patriotas del mundo; y que sea uno de los que más orgullosos se siente de su país? Eso no tiene nada que ver con un burdo chovinismo, es auténtico amor y orgullo por su patria.
Pero, para no caer en lo mismo que critico le voy a contestar en primera persona: Sí, yo que soy cubano como el que más, celebré muy orgullosamente el 4 de julio. Lo celebré porque, a 11 años de vivir en este país en el que ha crecido mi hijo, tengo un gran sentido de pertenencia a él. ¿Sabes por qué? Pues porque en los estados Unidos de América gozo de las libertades, los derechos y el bienestar material y espiritual que, desgraciadamente, no pude gozar jamás en mi país de origen. En este país he podido hacer realidad sueños que, ni viviendo cien años hubiera cumplido en Cuba; y, no confundamos, no hablo ni de comerme un filete, ni de ponerme ropa más o menos buena, ni de tomar cerveza, aunque todo esto lo he hecho. Hablo de otra cosas que, como dice el dicho “van por dentro”. Esta es mi segunda patria, muchos de mis amigos son gringos, y jamás me he sentido discriminado en forma alguna; trabajo con gringos y con hispanos y todos nos tratamos como lo que somos,: personas en absoluto estado de igualdad social. Y sí, tengo muchisimo que celebrar, muchísimo. Tengo que celebrar que soy feliz aquí, tengo que celebrar que mi hijo tiene un futuro cuyo único límite es, menos el ser presidente, el que el se marque con su esfuerzo y sus capacidades; tengo que celebrar que ¡Al fin! he podido viajar el mundo y algunas de sus maravillas, tengo que celebrar mis libros, mis películas, mi música, el sentirme libre como nunca antes; tengo que celebrar el orgullo de tener la ciudadanía de este país, que es un privilegio; tengo que celebrar que lo mucho o poco que tengo, lo tengo gracias a mi sudor, y no a mi sumisión a ninguna ideología o partido; tengo que celebrar el tener una vida tranquila y en paz , tengo que celebrar el gozo de pensar, opinar, leer decir, oír, escribir y ver lo que me dé mi reverenda gana; tengo que celebrar la dicha de que nadie se atribuya el derecho de decidir cuántos huevos me tengo que comer al mes; tengo que celebrar que nadie me va a golpear en plena calle por pensar diferente, ni me va a mandar una turba de degenerados a golpearme o a insultarme impunemente en mi propia casa, tengo que celebrar el privilegio de ser feliz y libre, hasta donde eso es posible en este mundo.
Sí, yo celebro el 4 de julio con toda la alegría y toda la satisfacción del mundo. y no siento estar “colado de contrabando en ninguna fiesta”, eso es una actitud mental que demuestra un profundo complejo de inferioridad, y, en el fondo, una mentalidad de resentido que yo no he padecido jamás. Yo soy un ciudadano más de este país; eso es una categoría cívica, pero es también un estado mental. Yo vine a este país porque quise, y vivo en él porque me gusta; me gusta, y mucho. Y me siento parte de él. Hasta ahora aquí nadie me ha dicho lo contrario, ni me ha criticado por eso.
¿Dejo por eso de ser cubano? ¿Siento menos respeto y cariño por mi primera patria? En modo alguno, solo que para mí Cuba no es un pedazo de tierra con dos palmitas; y, lo que de verdad importa de ella, también lo llevo, como ya de dije arriba, por dentro.
El que en Cuba haya una actitud a veces tan opuesta, se debe, entre otras cosas, a que, lamentablemente, muchísimos compatriotas han perdido el rumbo e ignoran en su casi totalidad el verdadero significado de la palabra “ciudadano”. Eso forma parte de una crisis de valores descomunal que el país ha padecido por obra y gracia de su gobierno; y forma parte- ya que te gustan tanto las citas literarias- de lo que Eugene Ionesco plasmó en una de sus obras como la rinocerontización del hombre.
Pero eso daría para esribir mucho más, y no quiero abundar demasiado.
Asere, quién te entiende. Aquí hablas mierda de aquí y allá hablas mierda de alla. Conclusión : tu asunto es hablar mierda donde quiera.
Se puede poner, “estupido”, aqui?
muy bueno el artículo, concuerdo con casi todas las ideas de Carlos M, no entiendo por qué los cubanos tienen que celebrar un día que les es totalmente ajeno, más allá de la parafernalia política que hay alrededor de todo eso, es hasta ridículo, no es nihilismo a ultransa ni mucho menos, pero da hasta pena, cubanos que acaban de llegar a los Estados Unidos festejando días prestadas, uno debe festejar fechas que les son cercanas emocionalmente, al menos eso pienso yo, y el 10 de octubre, perfecto, me sumo.
El 4 de julio no me dice nada. Aunque si de festejar se trata, también pudiera celebrar la independencia de Filipinas, si estuviera allá.
Jorge alejandro, qué clase de come****, cubano de tercera, lame**** americano eres, hombre. En el centro de todo está eso precismente, te sientes en el deber de agradecer a la Gran nación. Pues vive tu sueño americano, tu realización y deja al otro que viva el suyo, cualquiera que sea, exploración, alegría , desencanto, nostalgia… Y si lo escribe es porque sabe hacerlo y tú no. Si peca de ingenuidad, le toca, compadre. El Respeta y escribe con respeto,no creo que en nombre de otros, está filtrando una experiencia. Ahora quieren que regrese o se quede, jajá. Y no soy amiga del peridista, que conste.
Yo quiero saber por que mi ultimo comentario no paso la moderación. Era moderado. Sin embargo, otros comentarios muchos mas critico y hasta con falta de respeto a otros, si. ¿Hubo algún fallo técnico? Me pueden escribir a mi correo con la explicación, si es que se da alguna.
lila:
Por más que se te revuelva el hígado, hay una cosa que tú nunca vas a cambiar: que yo gozo de las libertades y derechos que tú nunca has podido disfrutar en tu vida; y esto, sin lamerle nada a nadie, como hay que hacer en Cuba para poder lograr que te tiren unas migajas. Aquí lo que vale es la preparación y las ganas de trabajar, no la “confiabilidad” por la cual un semianalfabeto en Cuba puede dirigir a profesionales con diez veces más capacidad que él, con el consiguiente desastre en su gestión. Sabido es que lo que más tarda en cambiar en una persona es su mentalidad; y, si vamos a hablar de ciudadanos de tercera, de cuarta o de quinta, resuelve primero que te dejen pasear en un barquito por tu propio mar, que es cosa que hoy por hoy no te dejan hacer, mientras yo puedo pasearme por todos los océanos del mundo, montado hasta en una palangana, si se me antoja. resuelve primero que en tu casa puedas hacer esto mismo que puedo hacer yo a toda hora desde la mía, y pagado con mi salario. Resuelve primero que tu salario te alcance para lo que me alcanza a mí, y después date el lujo de estar catalogando personas que no conoces. Yo soy un ciudadano norteamericano, y a mucha honra, y lo soy porque yo quise serlo: a mí nadie me obligó a ello, ni nadie me iba a sancionar si no lo hacía. Por lo menos tengo de mi parte, en los 42 años que viví en Cuba, que no caí en la fiebra genealógica que hizo que cientos de miles de cubanos desenterraran papeles para ver si descendían, aunque fuera de la momia de Tutankhamen, para así tener un arma para largarse con viento fresco. Yo me fui con mi ciudadanía cubana; y la recuperaré cuando se pueda, también porque me da la gana de hacerlo.En cuanto a tu interpretación del post, yo no tengo la culpa que las clases de interpretación de lectura te las haya dado un maestro emergente. En todo caso, tu perreta, en lo que al tema que nos ocupa respecta, para mí es completamente irrelevante.
Saludos.
Ah, se me olvidaba: El agradecimiento, al igual que la lealtad, son sentimientos, nunca un deberes; y menos todavía, obligaciónes. No se dan a cucharadas, ni se venden en la bodega. Y, sobre todas las cosas, no se imponen: Hay que ganárselos.
No se a que tanta jodedera con la celebracion del 4 de Julio, es un asunto del pueblo norteamericano, no del gobierno que no obliga a nadie al homenaje ni convoca manifestaciones o concentraciones. Cada uno festeja lo que le da la gana y en la forma que quiera. El norteamericano o residente que le parezca oportuno va donde le venga en ganas, para eso la mayoria tiene medios y recursos para satisfacer sus gustos ese dia. En Estados Unidos nadie tiene que esperar a que le pongan fechas para celebrar (sea fiesta nacional o su cumpleanos) ni estar atento a lo que reparta el gobierno en los establecimientos para ver si puede consumir una croqueta y un trago de ron barato. El que quiera que se ponga triste y se recoma el higado de envidia o espere para divertirse por la caldosa del 28 de septiembre.
Jose alejandro: Dios te salve, Hombre feliz. No tengo edad para maestros emergentes, tuve los mejores. No te pavonees, ningún mortal es realmente libre, algunos lo son menos, claro, por las condiciones de vida, pero hacia el interior va la batalla. Yo, a mucha honra, soy una ciudadana cubana que pelea por quedarse acá, con Revolución, comunismo, Castros mediantes, y sin ellos igualito. Y si estudiaste un poco debes saber que EEUU puede dar lo que da ( que siempre es a cambio de algo) porque le ha sacado el jugo a los de abajo y a los que ha puesto boca abajo. No estoy hablando de lo que no me dan aquí, ni me darán, eso ya es retórica cargante, pero no se puede ser un soñador ignorante o pensar que todos los cubanos somos lo que tú.
Uhmmm, interesantes reflexiones
Interesantes reflexiones
lila:
A ver, si me acabas de entender ¿Qué es lo que te molesta, que yo diga que soy feliz? No hay nada extraño, afortunadamente la felicidad es un bien muchísimo más común en este mundo que lo que quizá te hayan hecho creer. ¿Porque digo que soy feliz en EEUU? Pues, lo mismo da que fuera en cualquier otro lugar, lo importante es que soy feliz; y, afortunadamente, no peleo por quedarme en ningún lugar porque, el día que no me convenga estar más en uno, pues hago la maleta y me voy para otro. Eso es una de las muchas ventajas de ser libre. ¿Porque celebro el 4 de julio? Me da la gana, me siento bien ¿A quién perjudico con eso? Respecto a esto, lee más abajo lo que dice el comentarista Antonio, que creo que lo dijo mucho mejor que lo que yo pudiera. Y, si de dar o recibir se trata, a costa de otros, no me voy a meter en ese tema, porque no terminaría ni el mes que viene; me limitaré con decir que yo, lo mucho o lo poco que tengo, me lo he ganado trabajando, así que, por ese lado, no pierdo el sueño. Yo lo que no soy es el emigrante llorón, que vive en el eterno tormento; yo me fui plenamente conciente de por qué me iba, y a qué me iba: Por vivir mejor, y para vivir mejor (Por dentro y por fuera). Y lo he conseguido. Para dramas, me hubiera quedado donde estaba. ¿Estamos? Y como yo hay un montón de gente que no vive llenando la palangana de lágrimas, también muchos más de lo que quizá te han hecho creer. Para caer en eso, ; y vivir peor de lo que vivía, no me hubiera ido nunca.
por otra parte, yo no soy como tú, ni como nadie ¿Y por qué tendría que serlo, si lo bonito de este mundo es que no hay dos seres humanos iguales?. Yo soy “como yo”; y hay una verdad como un templo: Si el tiempo que muchas personas dedican a escudriñar y enjuiciar la felicidad ajena, lo usaran en procurarse la propia, habría muchísima más gente feliz que la que hay. En cuanto a si todos los cubanos son como yo, claro que no: Los hay mejores y los hay peores, ya te dije arriba que no hay dos seres humanos iguales.
Y, si de verdad tuviste buenos maestros, por favor, no los abochornes con comentarios como el anterior, que se ve muy feo el calificar a quien no conoces con epítetos que incluyen el verbo “lamer”, así gratis.Eso lo único que demuestra es que no tienes absolutamente nada sólido que objetar; Ya es suficientemente patético el que te tomes en serio esa sarta de tonterías; te falta pasar al siguiente nivel: Argumentarlas. Cuando intentes hacerlo sin apelar a “EEUU malo” , “lame…” , “cubano de tercera” ,”soñador ignorante” “yo lucho”, y resto de clichés aprendidos que no, no son argumentos, entonces comprenderás lo que se te dice : que no tienes razón.
José Alejandro:
Eso en buen cubano se llama verderse. Y es verdad Estados Unidos puede ofrecer mucho a sus ciudadanos (no a todos), pero puede hacerlo porque saquea al mundo. Es repulsivo. En el universo todo tiene un por qué. Disfrute sus 4 de julio, que yo me quedo con mis fechas
Quizás estoy desubicado en este sitio, pero ¿no estamos complejizando las cosas? El cubano que yo conozco de ambos lados del estrecho está loco por celebrar cualquier cosa con tal de fiestar. Como el beodo que empina el codo ante la enfermedad del pariente por tristeza… y después por alegría al recuperarse este. Los mayorcitos recuerdan la canción “Fiesta” de Serrat que retrata ese espíritu. Lo demás es hojarasca.
Guarina;
Por favor, no haga proyecciones conmigo.
Qué arti-culo, tan ridi-culo. Cuánto te pagan por escribir este especta-culo?
Sin entrar en cotilleos con jorgealejandro simplemente me pregunto…. ¿Si realmente es tannn felizzz y tiene que celebrar el 4 de julio, por qué se toma tanto tiempo para exponérnolos aquí? ¿Es verdaderamente tan importante para usted que todos conozcamos su motivos de felicidad explícitamente? Coincido con Carlos… tiene que celebrar para sentir que tiene algo, para aferrarse a algo, porque en el fondo se siente frustado de que en su país de origen y por 42 años nunca pudo alcanzarlo, y eso seguramente le da vueltas en la cabeza a cada rato… dejelo ir y… SEA FELIZ!
@:
Por tres razones: primera, porque ya va siendo hora que se abandone el mito del emigrante lacrimoso y lacrimógeno, que realmente es un cliché que se maneja con no siempre buenas intenciones. De que los hay los hay, pero no somos todos, ni muchísimo menos. Segunda, es al revés: tengo algo, luego celebro, porque ese ealgo es bueno y estoy muy satisfecho. Tercero: Para mí no es tan importante lo que no haya logrado en mi país, sino lo que he logrado en este, luego mi única preocupación es continuar haciendo porque así sea.
Lo único que me llama la atención es que no se haya dado cuenta de que yo escribo en relación a un post, y contestando a personas que parece que no admiten nada que se aparte de sus esque,mas mentales; y que lo importante para mí, no es que Ud, ni nadie conozca si soy feliz, sino el hecho de serlo
Que berracada, que cada cual sea feliz como prefiera, allá cada uno con lo suyo, sea de donde. Bien por el periodista, aunque no estoy de acuerdo en muchas cosas. No trates de ser parcial con cosas que ciertamente no lo ameritan. Apuesto que a ti lo del 4 de julio te importa muy poco, pero igual debiste agregar que tan tracatan es que celbra el 4 de julio como el que lo hace en otras fechas nuestras
Jair:
Un consejo sano, jamás te metas a apostador.por lo demás, te digo lo mismo que a Guarina.
Basura… Basura… Basura… yyyyyyy… Ah, si… Mas basura… Carlitos escribes en contra de lo que sea con tal de escribir, que te publiquen y que la gente opine. Estarías en contra de la nieve en Groenlandia y de la arena en el Sahara, si con eso consigues que te publiquen y que alguien opine. Eres el clásico “ni a favor ni en contra; sino todo lo contrario”.
Sugerencia: supera tu infancia y el hecho de que te agitaran la merienda y no te dejaran poner una en el grupo de chamas de la cuadra.
Antonio González Martínez: apretaste , bro, me encantó tu post, el mejor de todos, sin dudas.
Ayyy mi madre Carlos!!! Gracias a jorgealejandro tienes garantizado el salario de este mes de Oncuba!!! jejeje El ha hecho que tu post sea el mas leido toda la semana!!! Me gusto mucho el articulo!!! Besosss
Cualquier intento por desacreditar la felicidad ajena es tan inútil como mezquino. La única felicidad que podemos evaluar verdaderamente es la propia.
Quien la posee y por esa razón humilla a otro, se le gasta. Quien no la posee, y por esa razón trata de amargar al dichoso, termina masticando el mal gusto de su propia infelicidad.
Con permiso de mi socio Juárez: el respeto a la felicidad ajena es la paz.
Más que celebrar el 4 de julio o no, el artículo desenmarcara una actitud y un tipo de persona, muy asociada, por cierto, al subdesarrollo. En cuanto a J Alejandro, no parece tan feliz.
Guarina
(Media hora de risa) ¿”Desenmascarar” de qué? ¿Quién es el que está enmascarado? Aquí celebra lo que le dé su gana cualquiera, y el que no quiere celebrar no celebra. Punto. Y nadie se esconde, ni se enmascara, ni para una cosa ni para la otra, porque, para empezar (Y ya lo dijo alguien muy claro anteriormente) aquí las celebraciones no bajan por orientaciones de “arriba”. Lo que sí es pura mentalidad de subdesarrollo son todas esas telarañas mentales, esos complejos, esos estereotipos y ese maniqueísmo mental, que no los deja ver más allá de sus narices. Ese es el subdesarrollo que no los deja avanzar. No hablen tanta bobería, que parece que celebrar el 4 de julio fuera una afrenta, o un delito. La realidad, afortunadamente, es mucho más amplia y más rica que todas esas tonterías prefabricadas con las que se llenan la boca para que uno se figura de que tienen algo de qué hablar. y por mucho que cacaree, está ahí pasándoles por encima, aunque no quieran. Parafraseando a Buda: Si te dejas llevar por ciertas cosas, eres como el que coge un carbón ardiendo para tirárselo a otra persona: la unica que se quema eres tú . lo siento, pero no creo que tú estés en posición, desde ningun pusto de vista, para evaluar la felicidad de nadie. Arriba, otra chorrada más, mientras me tomo un café.
Supongamos que J Alejandro no es feliz.
Guarina, Ud es la mama de J Alejandro??
Ud le paga la comida, la renta, la ropa a J Alejandro??
Dejelo que sea feliz como le de su real gana, como mejor pueda, como desee… y si es celebrando el 4 de Julio, ese es su derecho, nadie lo obliga, nadie le exige; lo hace porque quiere!!!!
Absolutamente nadie tiene el derecho de cuestionarlo!!
Por cierto, J Alejandro… a mi me encanta vacilar los fuegos artificiales con un buen churrasco, unos chorizos argentinos y una buena Heyneken!!
Me gustaría agarrar mi bandera un 20 de mayo o un 1 de enero, un 10 de octubre. Pero no siento ineterés ni motivación alguna. Concuerdo plenamente con Juan Orlando, hemos querido construir un país a golpe de estruendos, y en todo lugar hace falta pausa y reposo.
Antonio: ¿A quién no?, jajajajaj! A mí me maravilla cómo hay gente que se la pasa buscando la quintaesencia de la metatranca, cuando esta vida es solo un chance. Dicen los chinos: “Vive y deja vivir” ¡No aprenden! se les va la existencia en hacerse los profundos y al final, cuando vienen a ver nunca hicieron nada que valiera la pena; y toda la vida se les fue en el lamento y la perreta.. Mira que en este mundo hay cosas por vivir, por disfrutar ¿Tú creees que es para malgastar la única vida que uno tienen en boberías? Lo que hay es que echar para alante y tratar de ser lo más feliz que se pueda, que eso es lo único que te vas a llevar.
Con la fe de las almas austeras,
hoy sostengo con honda energía,
que no deben flotar dos banderas
donde basta con una: ¡la mía!
…al subdesarrollo y a una mente colonizada
David a ese “no deben flotar dos banderas donde basta con una: ¡la mía!” le falta el contexto, el cual ignoras por completo al escribir solo esos versos. Yo tambien estoy en contra del anexionismo, yo tambien quiero a mi Patria libre y soberana; de los gobiernos extranjeros y de los gobiernos que roban la libertad del pueblo.
jorgealejandro, estamos asistiendo a la cosecha de mas de 55 años de intolerancia, de despretigiar al que piensa diferente, de menospreciar al que disiente. Esta es la cosecha de “dentro de la revolucion, todo; de la revolucion, nada”. No se si estabas aun en Cuba cuando el 9-11. Aqui se critico hasta la saciedad aquella frase excluyente de Bush “Quien no esta con nosotros, esta contra nosotros”. Y yo me preguntaba como tenian cara aqui en Cuba para criticar semejante expresion!!!
En Cuba celebran el 28 de Septiembre con mas fanfarria que la creacion de la Republica. Festejan el dia del cumpleaños de Fidel Castro con mas algarabia que el dia de la bandera. Se festejaba el dia del triunfo de la revolucion bolchevique con mas fetecun que… que… que cualquier otro dia, excepto el 1o de Enero (Que dejo de ser el dia de Año Nuevo para convertirse en el dia triunfo de la revolucion).
Es imposible pedirle peras al olmo; como tambien es imposible pedirle a una mente esclavizada, atrofiada y encerrada que piense por si misma, que acepte las diferencias, que no se debe juzgar a nadie por su forma de pensar o sentir; siempre que no haya daños a terceros. (Caramba, Mariela Castro, que falta hace que digas lo mismo en un desfile que en un debate politico).
Decia Benito Juarez que el respeto al derecho ajeno es la paz: el dia que en Cuba se aplique esta frase podremos vivir un poco mas tranquilos todos.
Y no cojas lucha, jorgealejandro, goza con lo que otros sufren. Echate tu 4th July, tu Thanksgiving, goza el Black Friday y vacila el Christmas Day, que el higado cocina’o no se cura facilmente.
Subdesarrollada, colonizada y amaestrada estás tú desde que naciste. Subdesarrollo es la “pasta de oca”, el “perro sin tripas”, el “fricandel”,(que ni siquiera te dicen con qué los hacen); la claria y la ensalada de moringa.
Antonio:
Yo no cojo lucha con eso porque, al final del cuento, yo estoy viviendo como yo elegí vivir; muy tranquilo, satisfecho con la vida que tengo y sin deberle nada a nadie. Y, si volviera a nacer, elegiría vivir como vivo ahora Lo que me choca es cómo se erige la miseria como sinónimo de dignidad, cuando la dignidad no depende de cuánto se tenga en la billetera, sino de cosas que están muchísimo más allá de eso.