Ningún artista cubano tiene tanta participación en los debates de la agenda pública como Silvio Rodríguez. Cada vez que opina, el tablero de opinadores se reconfigura. Su categoría artística, y sus convicciones políticas, le otorgan al interior del país una especie de invulnerabilidad y de altura que el resto de los actores asume, acata o, al menos, jamás contradice. Hay algo en él que, aunque no haya indicios de que se lo proponga, nos deja frecuentemente el sabor de última palabra.
Una cantidad muy dañina de autonombrados pensadores de izquierda (que no son de izquierda y mucho menos pensadores), cuando Silvio los pone en ridículo, no hacen más que meterse el rabo entre las piernas y salir disimuladamente de la palestra. Lo grave, con tales sujetos, no es que hagan silencio. Por suerte hay alguien que de vez en cuando los hace callar. Lo grave es que no vacilarían en calificar de abyectos o de poco patriotas los mismos argumentos de Silvio, si fuera otra persona, y no él, quien los esgrimiera. Es uno de los privilegios de convertirse en mito: que hoy te aplaudan y obedezcan los mismos personajes que hace cuarenta años hubieran inspirado Resumen de noticias.
Silvio parece conocer el capital simbólico con que cuenta, y lo utiliza asiduamente. Cuando lo hace, una eficaz batería de íntimos solidarios le expresan su apoyo incondicional, y ratifican lo que Silvio ha dicho: la tesis que acaba de proponer, o el desacuerdo con alguna política del gobierno que acaba de expresar.
En el plano de la amistad, puede que el gesto sea valorado, pero en el terreno público no son más que notas al pie absolutamente gratuitas. Primero porque Silvio Rodríguez no necesita que lo catapulten, y segundo porque sería mucho más interesante que esos amigos suyos se llenaran un día los pulmones de aire, tomaran la iniciativa, denunciaran de propia cuenta, y fuera Silvio entonces quien los secundara.
Al fin y al cabo, cubrir espaldas es lo que ha hecho Silvio muchas veces, desde que casi por casualidad, hace ya varios años, abriera Segunda Cita, su muy comentado e influyente blog.
Cuando el músico Robertico Carcassés se atrevió a pedir en plena Tribuna Antimperialista acceso libre a la información y elecciones por voto directo, Silvio evitó que nuestros comisarios culturales hicieran rodar la cabeza de Carcassés. Cuando la agencia AP publicó que detrás de grupos de rap contestatarios como Los Aldeanos estaba la mano de la USAID, pero que Los Aldeanos lo desconocían, ciertos blogs intentaron comenzar una de nuestras consabidas cacerías de brujas, tergiversando descaradamente la información inicial. Silvio salió al paso (uno de sus hijos estaba implicado en el asunto), y cortó inmediatamente la ofensiva.
Aunque me encuentre en franco desacuerdo con muchos de sus argumentos, con frecuencia me parecen desatinadas, o débiles, ciertas objeciones que se le hacen. Silvio no es un vocero sumiso, sino, en principio, una de esas piezas necesarias que ayudan a evitar males mayores dentro de los sistemas intolerantes.
Decía El sabio de Baltimore que para valorar las ideas de un hombre aplicaba el siguiente método: lo pensaba defendiendo las ideas contrarias, y si defender esas ideas contrarias le suponía la pérdida de cierta propiedad material o de algún privilegio adquirido, entonces no creía en ese hombre, porque no era un hombre libre, es decir, no era un hombre. Era alguien que lucraba con el pensamiento y, por tanto, alguien poco digno de confianza.
La prueba de que su obra, y él mismo, están ya por encima de cualquier coyuntura política, y de que si Silvio no fuera Silvio, sino su reverso, tampoco le pasaría nada, es Pablo Milanés. Con trayectorias más o menos homólogas, Pablo viene, desde hace años, dejando clara su ruptura con lo que una vez promulgó y su desacuerdo manifiesto con la alta dirigencia cubana. Nada grave le ha sucedido. Sigue dando conciertos en La Habana, sigue siendo ampliamente ovacionado, e incluso se gasta el lujo de inaugurar el Festival de Cine. Silvio sigue siendo Silvio porque, sospecho, todavía cree, no porque le sea conveniente creer (por otra parte, no está de moda creer en lo que cree Silvio).
Quizás sea esta, y no la demagogia o la cobardía, como apuntan sus enemigos directos, la razón por la que jamás eleva sus críticas a un plano más allá de los burócratas de ocasión o del raso ejército de izquierdosos reproductores de consignas. No solo no se permite cuestionar la autoridad de los dirigentes de la Revolución, sino que los exime de toda responsabilidad.
El revolucionario radical –según el punzante concepto gassetiano que Paz menciona en El laberinto de la soledad– es aquel que critica los usos, no los abusos. Un abuso es siempre una anomalía, la expresión ya desbordada del mal, pero no el mal en sí.
Evitar que desaparezcan a Carcassés va a garantizar, efectivamente, que no desaparezcan a Carcassés. Pero evitar que desaparezcan a Carcassés, y no plantar cara e intentar subvertir los usos que hacen que alguien se crea en el derecho de condenar a un músico por decir lo que piensa, nos deja la pobre renta de un Silvio en labores de Sísifo: trovador cuesta arriba cuesta abajo, pendiente ad nauseam de cualquier posible injusticia para atajarla a tiempo.
Y esto, depender de la voluntad o la conciencia de un artista, en cuestiones que nos conciernen a todos es muy peligroso. No es una persona, sino nuestra desconcertada sociedad, la que debiera prevenir y denunciar tales atracos.
No son todas las injusticias las que Silvio Rodríguez puede atajar. Hay en Cuba decenas de injusticias que Silvio Rodríguez no ve, o que no considera como tal, o que simplemente no quiere o no puede echarse encima. Pero Silvio no es Teresa de Calcuta, no tiene que echarse encima nada, y no es a él, a la larga, a quien tenemos que exigirle cuentas.
Hace unos días publicó que había llorado con el discurso de Cristina Fernández en la Cumbre de Panamá. Está en su derecho. No hay por qué administrarle las lágrimas a nadie. Sin embargo, mientras no podamos llorar también a lágrima viva, con rabia, con furia, con alevosía, por un país escindido, custodiado por sordos capataces ideológicos, para quienes la Patria es apenas un concepto que dos o tres sujetos se arrogan el derecho de administrar y repartir, decidiendo a dedo quién es cubano y quién no, cuál cubano es amigo de Cuba y cuál no; mientras no podamos denunciar abiertamente lo que sea, lo que nos venga en ganas; mientras no podamos correr el elemental riesgo de equivocarnos, porque habrá un verdugo esperando nuestra caída; mientras nada de eso suceda, digo, y todos los llantos no puedan ser llorados en igualdad de condiciones, el llanto por el discurso de Cristina Fernández nos seguirá pareciendo, a muchos cubanos, un rezago, un exotismo y una omisión. Un abuso en el arte de ignorar los usos.
Por otra parte, habría que reconocer que en cuestiones de fondo Silvio se limita, pero no se ahorra. No denuncia él, porque se va a morir como vivió, pero denuncia a través de sí. Quien haya visto el documental de sus conciertos por los barrios de La Habana –dirigido por Alejando Ramírez– no podrá dejar de pensar que los conciertos no han sido más que el vehículo para mostrar el lado más feo y nocivo de la Cuba que es. Inmersión que ni el propio Silvio sospechó fuera a ser tan profunda.
Una vez ahí, no se ha andado con remilgos. Ha procurado que todos veamos lo que él ha visto: la miseria, la abultada pobreza, la extendida desatención y el crónico desencanto de cubanos que viven al margen de cualquier mejora social.
Así, permanentemente inquieto, es como Silvio calla a toda la pléyade de silviófilos que creen que Silvio es de su propiedad. Música de fondo que justifica sus partisanas militancias. Podemos imaginarlos: envalentonados, vilipendiando a todo aquel que no consideren revolucionario, con la melodía de El Necio irrigándoles el flujo sanguíneo. Y luego haciendo mutis en el cine, desconcertados ante un puzzle que no logran armar si no es a través de la polarización política. No conciben que un amigo les haga de enemigo, no.
Le pasó a Silvio lo que a Martí. Si yo tuviera que decir un nombre, el artista, el árbol, la cosa, el ser vivo que más influyó en mi educación sentimental, tendría que decir Silvio Rodríguez. En ningún sitio me armé y me desarmé tanto como ahí. Pero no me atrevería a citarlo. Es el saco en que cualquier rufián mete la mano, saca una frase a su antojo, y construye con la frase una pancarta.
Igual. Ya a los veintiún años, cuando compuso una de sus cinco canciones más brutales, Silvio lo había entendido todo. Él sabe que hay gente que lo quiere. Él sabe que hay gente que no lo quiere.
Te felicito Carlos, una vez más por tu osadía. Creo que hasta Silvio te agradece por interpretarlo como lo haces, aunque quizás no esté totalmente de acuerdo contigo. Yo quizás tampoco lo esté pero no te perdonaría que hablaras de Silvio sin alcanzar este nivel de profundidad. Gracias!!
Charles por Dios, vas a desgraciar a Silvio. Mejor no lo celebres.
Los mal pensados malpensaran que lo estas malusando.
Omar
Muy bueno…
Muy bueno Carlos, eso es lo que me gusta leer de ti. Confieso que amo a Silvio, algunas veces intento odiarlo, no lo consigo. No puedo exigirle más de lo que no he sido capaz de hacer.
Eres el verdadero lamebotas…
CMA con tal de estar “pegao” lo mismo habla de ¨singadera¨ que de Silvio, que se coge el fondillo con la puerta con Amaury. Lo de CMA es ascender pisando cabezas. Buen método, es igual que los burocratas y comisarios que tanto detesta. Los odia, porque él mismo es uno de ellos y sus textos lo develan y delatan. Pobre de quien le de una responzabilidad a este alguna vez.
Además, no es de izquierda (Ohhh, leer a Galeano es pecaminoso, si luego se va a un Hotel) ni de derechas (aunque Rafael Rojas celebre sus escritos como promesa de cambio politico “Made in USA”), sino todo lo contrario.
Belleza estéril. Brújula sin norte. El “Nini” intelectual típico. Ni con esto, ni con aquello…pero en variante agresiva: quien está con algo, es inferior, es “rufian”. Obvio que no puede hablar mal de Silvio. No puede. QUIERE. Pero que va, no puede.
ON CUBA. Deja que se lea esto por favor.
Ahora Silvio, en la mayoría de edad ha decidido demostrar que ama al prójimo, a su manera, pero lo ama. Antes aunque escribiera esas canciones desgarradoras no se daba a la gente como persona. Hay que actuar como se piensa y ahora lo hace.
esto me parece muy bueno, por eso no perdono la idiotez que fue “los usos de la lengua”, sin dudas un abuso, querido amigo.
Hermoso artículo!!!
Silvio es un profundo pensador cuando dijo yo me muero como vivir ya se interpretaba su pensamiento, y saben lo que mas admiro de el que creyo y créé en lo que para el es justo aunque no lo sea incluso en su etapa m’as critica de sus inicios con la revolucion ojala que existieran muchos silvios para que nunca falte esa musica que educa y pone à pensar
Compadre, de verdad que ya no sabes que basura escribir, estoy de acuerdo con El loco, lo tuyo es ser reconocido a toda costa y costo, que tipo tan mongólico eres escribiendo cosas como ” el uso de la lengua” y ahora con esto a gozar con lo que te gusta, muchos comentarios a favor o en contra, pero tu autoestima por el cielo.
No importa que digan que eres gay o pájaro, lo importante es que hablen, estas igualito a las locas de la facultad donde estudiaste, evidentemente se te pego algo de allí, menos ser buen periodista.
Si fueras dirigente de alguna ONG, serias el más chismoso de los cubanos y un lamebotas profesional, no hay dudas que tanta repulsa por todo lo “oficial “ es una forma de sentirse frustrado e impotente por no estar a ese nivel intelectual.
Seguirás excluido de todos los bandos por no tener definición, te faltaron huevos para atacar de frente a Silvio, o mejor dicho, te faltó Conocimientos-Valentía-Lecturas-Poesía- Cubania.
Sigue escribiendo sandeces intelectuales que ya no engañas a nadie, creo que ni a tu pobre y maltrecha editora…
UHMMMM ,VIRAL EL ARTICULO
Cada vez que leo a este tipo me pasa lo mismo, un desperdicio total de mi tiempo.
Carlos dedícate a otra cosa
“Aunque me encuentre en franco desacuerdo con muchos de sus argumentos”, es la frase políticamente correcta que se esgrime ante aquellas personas políticamente incorrectas que incomodan tanto, que no se sabe bien cómo atacarlas.
El autor, después de confesar su comezón a causa de la “categoría artística” y las “convicciones políticas” de Silvio y aun por ese “algo en él” que no lo alivia, se pierde tratando de encontrar algo que no supo (o aún no sabe) definir.
A ver, tratemos de entender. Al presentarlo en las antípodas de “autonombrados pensadores de izquierda (que no son de izquierda y mucho menos pensadores)” y de los “comisarios culturales”, el muchacho se queda entre esos mediocres que solo atinan a lanzarle “desatinadas, o débiles” objeciones. Sabiéndose fatigado, trae a Paz para que lo defienda.
Que alguien me explique qué pretende… ¿Quiere que Silvio se olvide de los burócratas, y empiece a criticar a los dirigentes del país (a “dos o tres sujetos” que él ni se atreve a nombrar)? ¿Que no se emocione con lo que lo emociona? ¿Es eso? ¿Solo eso? Porque no encuentro nada más que justifique un “franco desacuerdo”… Incluso en el enlace que trae sobre el episodio de Robertico, puede leerse que Silvio utiliza un abuso para hacer un alegato precisamente contra los usos…
No chico, lo que te falta es un poco de entusiasmo para llorar todo lo que quieras, con Silvio o sin Silvio. Lo que necesitas es un poco de ánimo para pronunciarte contra esos “sordos capataces ideológicos” que no te dejan dormir, para “denunciar abiertamente lo que sea” y “correr el elemental riesgo” de equivocarte, con Silvio o sin Silvio. ¿Cuál es el sentido de seguirlo invocando al evocar el país que sueñas?
Creo que donde más desafinó el autor fue en ese “todavía” de su sospecha. Me sonó como si se esforzara en empujar debiluchamente al trovador hacia la moda. Ingenuamente también.
Si algo entiendo de este artículo, es que termina siendo un lamento porque Silvio no piensa ni actúa como el autor quisiera. Pues seguramente tampoco piensa como yo quisiera, pero el punto es el absurdo de que alguien piense como piensa porque otro así lo quiere. O porque otro se lo exige, o se lo impone. ¿No es eso lo que criticas?
De hecho, se enreda en la trampa que intenta deslegitimar, la de considerar a Silvio un semidiós como bandera para su causa. Un poco infantil eso de dedicarle más tiempo a lo que deberían pensar otros, antes que a armar y mostrar mejor su propio pensamiento. Demasiado solo se queda entonces, con ese punto final como un sollozo.
Para hablar de Silvio tienes q tener los timbales q tiene Silvio. Y en honor a la verdad, con estos con estos ladridos de perrito amanerado, no demuestras tenerlos ni siquiera como mi pequeno nietecito. Dejas entrever una tremenda falta de atencion. Mte esto en tu peluda y mal equipada cabeza: Silvio va a trascender por su obra y por su actitud ante la vida. Tu, apuesto q seras olvidado mas pronto de lo q te imaginas.
Siempre me han gustados las letras de las canciones de silvio ud quiere escuchar una buena canción por quien mereze amor oh se quedo vacío silvio que linda
Como me encantaría tomarme un café, como entrante, con Carlos Manuel, Yuris Nóridos y Mchel Contrera
para los interezados y los que creen en un artista tan grande como silvio les recomiendo este trabajo hecho por la tv espanola sobres el https://www.youtube.com/watch?v=mk6cbh_SPpg
Después de este verborréico escrito que no sé si es elogio, crítica o ninguna de las dos cosas, solo me quedó una “pequeña” duda: ¿Qué quiso decir el autor? La verdad es que despues del escrito sobre la lengua y del otro sobre Amaury Pérez, con este de Silvio ma parece qu este muchacho se emborracha con agua
Chama, muy buen artículo, ¿Que qué lo demuestra? la pila de idiotas airados que molestos con no entender te ofenden. Silvio es sencillamente un sabio, lo cual es una condición extraña en estos tiempos donde ¨todos saben mucho¨ y ¨todos son expertos¨. Tu artículo intenta explicar eso, y lo hace, lo que como vez, te leen ¨muchos expertos¨ y ¨gente que sabe mucho¨. ¿Cómo los descubres? Bueno, el primer síntoma es que cuando no entienden ofenden, el segundo síntoma es que hablan sin respirar (jamás conversan), el tercer síntoma es que todo lo que creen que saben lo usan para justificar su posición (generalmente adquirida luego de un laaaargo proceso de adoctrinación), nunca para cuestionar sus fundamentos, sus bases, o como bien citas, –para criticar los usos y no los abusos–. Vivan los revolucionarios sabios, desaparezcan los revolucionarios expertos.
Carlos, todas esas embestidas solo dejan entrever la molestia de muchos porque dices lo que piensas y tienes el talento para hacerlo bien. El caso es que no pueden dejar de acceder a tu columna por mala que les parezca jajaj. Yo, particularmente, disfruto mucho la autenticidad de tus textos…
Bienvenidos los defensores de este autor. Los representados por su “Representante” de casta adolescentes “músicos de oídos”, que sangran por dolores que le contaron. Incapaz de implicarse jamás en causas donde les vaya la piel o exista riesgo alguno (a menos que no sea irse del país en avión con visa y pasaporte) y sobre todo, instigadores de fuegos fatuos siempre que sean otros los incendiarios, para luego criticar apaciblemente la acción de los bomberos. Je, je, je. Por eso se enfadaron al ver desteñido a su icono C. Varela, hablando duro de sus ultra-iconos Habana Abierta en el programa de Amaury, ja, ja, ja… Es que ya lo que era moda contracorriente, se gastó y paso a ser otra farsa más. Tan severa como la utopía del socialismo, mientras lo construyan otros. Y de eso es de lo que no se entera C.M.A. y sus defensores. Que tampoco son moda ya. Y escribe con el diley del pensamiento universitario de su época. Actualízate Chama. Si puedes. Lo que pasa es que para eso hay que cambiar y eso es en ti sacrilegio. TU ERES PERFECTO, te grita tu conciencia y demasiados guatacas arrastras a retortero, que te hacen eco.
¡Cómo le gustó a Rasverg este artículo!! ¿Será porque Silvio lo defendió? ¡ Ay, que mal pensado soy!!
Es el mejor trabajo q he leído de este periodista.
Mientras unos te felicitan por el artículo y otros te atacan con cualquier improperio, yo solo creo que ni lo uno ni lo otro, estás totalmente equivocado o estadísticamente hablando la verdad está solo a un 32.3 %, todavía te falta para llegar al 100. Deja la borachera
” Era alguien que lucraba con el pensamiento y, por tanto, alguien poco digno de confianza.”
oh Charlie que bien vas ¿cuanto paga Hugo Cancio por este tipo de discurso a la izquierda de la izquierda?
Es increíble como un artículo tan bueno y tan claro haya gente que no lo entienda del todo. No importa, está muy bien escrito y muy explícito en su contenido. Además muy valiente en decir lo que otra gente no se atreve aunque lo piense. No se puede quedar bien con todo el mundo. Lo que menciona Carlos como hechos concretos, como lo son las intervenciones de Silvio a favor de ciertas causas, y que su opinión ha sido escuchada y salvadora en algunos casos, es una verdad evidente e indesmentible (me acabo de inventar la palabra) Las otras cosas que dice menos concretas son sus opiniones personales, que tampoco pueden refutarse porque son sus verdades. Para algunos está equivocado, pero para otros, me incluyo, coinciden con sus criterios.
Ahora Silvio salió en defensa de Ravsberg, (no se porque no lo meciona Carlos aquí, aunque me imagino que haya sido el detonante del artículo) Y este defensa me reconfortó: pensar que al menos una persona tan posicionada en favor del gobierno cubano, haya levantado su voz para apoyar a quien criticara la actitud de la delegación oficial cubana en Panamá, es un alivio. El tema de Panamá, y lo que sucedió allí en los foros colaterales, es un asunto tabú, sobre el que los “revolucionarios” tienen o una sólida y monolítica opinión, al menos públicamente. Decir lo contrario es exponerse a que te condenen a la hoguera como hereje. Eso es lo que le sucedió a Ravsberg. Silvio salió en su auxilio, pero desgraciadamente su extintor no ha podido apagar las llamas que están quemando a Ravsberg en estos momentos.
Muy buen artículo Carlos.
Copio mi comentario en el face de Fernando, ni me doy al trabajo de hacer otro…
Marylia Maciel
No me gusta nada la manera sorratera, dizfrazada,que el autor del articulo intenta pasar de un gran hombre cuya estatura es tan grande que hace sombra en la vida de sus enemigos. Ese lame,muerde, lame,muerde es propio de los cobardes que de manos limpias y cara a cara no tienen el coraje de decir las cosas de manera honesta y limpia. De manera dizfrazada intenta pasar la idea de que Silvio es autoritario y egolatra, cuando Cuba entera sabe que es totalmente lo contrario. Ese sabor de última palabra no pasa de mera retórica y por que no hablar de la verdade,en la asamblea o no? Él hace falta, mucha falta! Era el único que contrariaba sea cual fuera el lado, en la defensa de la justicia,de la verdad. No era Silvio,era la Verdad que hablaba por su boca. Y la última palabra deberia ser de la mentira? No comparto este artículo y lo rechazo. Eso que yo dije nada tiene a ver con quien compartió, pues tal vez no tenga se dado cuenta de la malicia perniciosa del autor. Abrazo sincero y honesto.marylia
Cuánto te paga OnCuba por estos artículos Carlitos??
Carlitos
De tanto divagar con tus típicos juegos de palabras, no sé si al final estás de acuerdo o no con Silvio
Tal vez…solo vuelves a transpirar esa envidia típica que profesas por aquellos que han llegado más allá en la cultura cubana.
Con sus altas y sus bajas me parecen correctas muchas de las afirmaciones de C.M. Alvarez en este artículo. Plenamente coincido con este fragmento y cito: “Sin embargo, mientras no podamos llorar también a lágrima viva, con rabia, con furia, con alevosía, por un país escindido, custodiado por sordos capataces ideológicos, para quienes la Patria es apenas un concepto que dos o tres sujetos se arrogan el derecho de administrar y repartir, decidiendo a dedo quién es cubano y quién no, cuál cubano es amigo de Cuba y cuál no; mientras no podamos denunciar abiertamente lo que sea, lo que nos venga en ganas; mientras no podamos correr el elemental riesgo de equivocarnos, porque habrá un verdugo esperando nuestra caída; mientras nada de eso suceda, digo, y todos los llantos no puedan ser llorados en igualdad de condiciones, el llanto por el discurso de Cristina Fernández nos seguirá pareciendo, a muchos cubanos, un rezago, un exotismo y una omisión. Un abuso en el arte de ignorar los usos”. Bien!!!!
Bro: Primero te metes con Amaury (antes con Victor Mesa) y ahora con Silvio ¿Que bolá contigo?. En eso de buscar ratings eres un experto. Recuérdalo; te saldrá mal a la larga.
silvio tiene sus pros y sus contras,el articulo esta muy bien,y no importa si hablan mal o bien lo importante es q hablen
Francamente bien heco el articulo,creo que muy evidente la envidia azul delautor,a SILVIO el grande
EXCELENTE! Claro y alto. El nivel de poeta y artista de SR es incuestionable. Por lo demás . . . leer este artículo.
Es el primer trabajo que haces que me gusta de verdad , debo decir. No obstante te leo así que felicidades por este.
Los tarros te tiene muy mal chama, o quizás es que no te pagan lo suficiente por escribir tanta bobería, cuando pongas un pie en USA estoy seguro que no regresas ni para seguir escribiendo mierda.
De verdad que torciste el rumbo compadre, te recomiendo un poco de ejercicio físico para mejorar tu apariencia, te ves muy débil en las fotos y ser débil de mente y de cuerpo es un fracaso seguro con las muchachitas, o es que ya no te interesan las niñas ¿?, terminaras muy mal CMA. Limpiando piso o sirviendo café en calle 8, pero ganado una limosna similar a la que ahora te pagan.
Pobre de tu familia, eres un debilucho acomplejado…….
Qué manera de haber opiniones encontradas, como mismo está de indefinida la opinión del autor. De todos modos, me gustó el artículo.
Deja de ser el despotricamiento que a veces usa Carlos en sus artículos y trae a colación el valor de Silvio como artista, como hombre, como figura pública, con sus altas y bajas, como todos nosotros.
El problema es que estamos tan acostumbrado al black or white que ya si no te pones 100% de uno de los dos lados, pues no te aprecian, sin saber (o querer reconocer) que aquí no hay lados con la razón absoluta, que se puede estar errado y acertado a la vez.
K artic Yuri lo mas malintencionado. Silvio cree en la Revolucion cantando en carceles y barrios mirntras pudiera hacerlo en teatros del mundo. Ingenuo defensor solapado de la sociedad consumista y alienada q te da derecho a hablar pero no te da derecho a hacer nada q ellos, los poderosos quieran. La Revolucion cubana y Silvio ya son historia. Tu…solo palabras sin angel, sin angel para un final decoroso de este articulo mediocre.
Aquí estamos como siempre lanzando sandeces, halagos, admiración, odio, palabras al fin, los unos a los otros. Nuestra, consciente o inconsciente, defensa por la verdad, para cada uno absoluta. Que lindo es eso no? El debate que emerge de esta necesidad humana. Muy a pesar de saber que el tiempo arrastrará consigo la suma de todo eso, lo pulirá y dejará posado sobre tierras futuras, aquellas que nunca podremos pisar, lo que realmente prevalecerá. Y yo solo sé que en aquellos tiempos futuros, todavía se cantarán sus canciones, como alas para el alma, como consignas, como sea, pero se cantarán sus canciones.
Cai en esta nota, interesante x cierto x q’ me muestra desde el interior de una Cuba desconocida lo q’ x algunos amigos q’ han viajado.
Me han comentado con todo respeto x el autor de la nota; expresare dos sentires, soy silviofila hace no se treinta y cinco? Años x los primeros cassettes q’llegaban de mi Aprendiz ” haya x los 80’s , traidos x amigos q’ lentamente volvian a mi querida Baires desde Chile,desde ahi incondicional ante la llegada de su musica y poesia ,
q’ trascienden el ideario mas alla y llega a lo universal, como todo humano puede tener sus fallos x q’ no un dios es mortal como todos nos!
Y segundo nadie dijo ; q’no podriamos variar de pensamientos y sentires, la vida y el humano son transformacion y dinamica aun en los aquilosados sistemas de pensamiento , y en lo personal disiento completamente con CFK q’ nos ha hecho bastante dañó a nuestro pais !!
Inflacion inseguridad numeros inflados mas pobreza y a nivel internacional con politicas erraticas y sus cuestiones en fin , eso no quita q’ a Silvio q’si vino a paticipar en estas fiestas patrias en mi pais , yo no este de acuerdo , x rso nodejaremos de sentirlo como un entrañable , persona musico y poeta! !!
Gracias !!Cariños a Cuba y lo mejor!!
Por lo leído hasta ahora, se infieren 2 cosas: 1, que una vez más el autor la pone donde va, genial, que más agregar?. 2, muchos de los comentarios o bien pertenecen a amistades (de Facebook) o colegas del gremio del autor que la envidia, la frustración y el miedo a escribir con nombres y apellidos (sin nicks) se los come.