La primera vez que tuve que bajar la cabeza no fue ante un burócrata, un abusador o una injusticia rotunda. En las aulas de mi escuela primaria las maestras y auxiliares pedagógicas nos mandaban a veces a bajar la cabeza. La orden no significaba opresión ni intentaba anular nuestras personalidades y criterios, era solo una manera de ponernos a dormir o a representar el sueño con el ademán de colocar nuestras cabezas entre los brazos y sobre el pupitre.
Era el mejor de los tiempos de la educación cubana. Maestras y maestros con alta calificación y experiencia, medios de enseñanza venidos de Europa del Este, tizas de colores, mapas gigantescos, clases de música desde la radio que terminaban con un silencioso aplauso chino, competencias deportivas, concursos de lectura en voz alta, meriendas escolares con dulces y refrescos, repartición constante de flúor contra las caries infantiles –acción llamada por todos “el buchito”–, almuerzo para los seminternados siempre acompañado del vaso grande de leche fresca.
En esos mismos años 80 aprendimos que no se debía rayar la mesa de trabajo o romper el libro de Matemática porque eran propiedad social.
Sin embargo yo sentía angustia por la vergüenza que debían experimentar los niños y niñas Testigos de Jehová, que no usaban la pañoleta azul por considerarse por ellos atributo patriótico, y viví la pena de las niñas devueltas a casa por estar “cundidas” de piojos.
Las escuelas cubanas –casi todas ellas antiguas casas de ricos confiscados– nos permitían aprender a leer y a escribir donde antes tejía la señora, y recibir las galleticas del receso donde otrora la criada doméstica cocinaba para los dueños.
Ahora y desde hace mucho tiempo, en las escuelas de Cuba los ricos deben compartir la mesa con el pobre, el pobre puede apreciar la calidad de los lápices del rico, pero ambos reciben al comenzar el curso escolar los mismos libros, libretas, y gomas de borrar. A la hora de almuerzo, en lo que a la escuela concierne, el niño rico puede escoger no comer pero no puede escoger una mejor comida.
Toda esta forma de vida es la que hace que los cubanos y cubanas no entiendan el desprecio de clase ni acepten sin más que alguien les hable como amo.
Pero en estas mismas escuelas hemos desaprovechado la oportunidad de educar en el pensamiento crítico y redentor, que yo quisiera llamar socialista.
Algunas prácticas escolásticas están vigentes todavía en las aulas de Cuba. En casi todas ellas, podemos decir después de décadas de observación y entrevistas. La indisciplina más perseguida por las maestras y “seños” es hablar. La imagen de bajar la cabeza como medio de control es terrible. La prohibición de hablar trae malos recuerdos. Los pioneros y pioneras no solo deben estar en silencio sino que alguno de ellos debe vigilar al resto cuando el profesor se ausenta del aula. Apuntar se llama la acción de anotar en una lista, en la pizarra o un trozo de papel, el nombre del infortunado delatado.
Los niños y niñas aprenden a callar, a fingir, a engatusar al que apunta, a aspirar al cargo de apuntador y a medir la fuerza del poder.
En algunas escuelas, cuando yo era un pionero, se formaba una fila de niños rezagados, que debían esperar a que el matutino –también escolástico– terminara con el canto de un himno soviético y otro cubano, para poder unirse a sus compañeros. Algunas aulas ostentaban la ignominia de una tortuga estampada en su mural, como atributo de tardanza.
Hoy, algún pionero jefe tiene la misión terrible de anotar el nombre de los que llegan tarde, repitiéndose de muchas maneras la delegación de responsabilidades de adultos y educadores.
Las aulas siguen siendo igualitarias, multicolores y seguras. Las maestras son infinitamente más jóvenes que antes pero esto no es un pecado si se le acompaña con amor y vocación. De una fealdad inolvidable es asistir a la enseñanza de un maestro joven, amargado, gritón, inculto e impaciente.
Después de casi sesenta años de Revolución la democracia no es común en nuestras aulas. Los educadores y educadoras que la sostienen, o al menos creen en ella, logran resultados tremendos. Sus discípulos son más felices, van a la escuela con más ganas, defienden su escuela con autenticidad, aprenden mejor, por el simple hecho de ser sujetos y no objetos de la enseñanza, por el simple hecho de ser tomados en cuenta, de ser oídas y cumplidas sus propuestas.
La pobreza y el bloqueo de los Estados Unidos no pueden ser la justificación para que los libros de textos de la enseñanza primaria sean reimpresiones de títulos escritos antes de la caída del campo socialista. Los pioneros cubanos estudian hoy por manuales que hablan en presente de la Unión Soviética y resuelven problemas de matemáticas donde se trata de sumar revistas Micha, que no existen para nosotros desde hace 25 años.
Pero lo anterior también pudiera ser superado con una educación horizontal, no bancaria, donde alumnos y padres participen de la tarea de la escuela, para que aprendan a respetar el trabajo de la enseñanza y para que sean responsables de lo que se imparte, de lo que se logra y de los fracasos esporádicos.
Hasta ahora la educación no es la necesaria para formar ciudadanos y ciudadanas pensantes, que actúen y no solo calculen, que interpelen y no solo repitan. En nuestras escuelas siempre se prefiere que los pioneros reciten de memoria a que preparen una obra de teatro propia.
Después no podemos esperar que a los 18 años todos quieran ser diputados, delegadas, miembros de organizaciones políticas, líderes en fin.
Nada debemos esperar del tipo de un socialismo más democrático, participativo y juvenil para las próximas décadas, si no fundamos hoy una educación que deje hablar, que deje jugar, que deje discutir, que no proponga nunca bajar la cabeza.
Me encantó como de costumbre, sobre todo porque vi retratada mi infancia y no menos por la reflexión hacia la que nos conduce. Gracias una vez más.
yo fui pionera en esa época y al menos en mi escuela nunca nos pusieron a cantar un himno soviético.
Yo tampoco canté un himno soviético.
La escuela a la que se refiere el artículo se corresponde con la educación primaria.
Las escuelas primarias todas debieran tratar a los estudiantes con el mismo respeto y delicadeza conque se tratan a los estudiantes matriculados en las escuelas internacionales de La Habana o es que acaso los hijos de los extranjeros merecen más respeto y tratos más delicados que los nuestros?
Este artículo es muy bueno para ponernos a meditar, aunque un poco ingenuo. La educación cubana es buena, es maravillosa si la comparas con la educación pública de otros países, pero no es perfecta, más bien perfectible y el punto que trata el artículo, esencialmente el de educar para formar ciudadanos está muy bien, hay que desarrollar la capacidad crítica en los educandos, la cultura del debate respetuoso desde edades tempranas, pero para eso hay que tener educadores de calidad, que respeten, que no sean dogmáticos y que no impongan sus maneras de pensar y sus visiones del mundo, sino que las compartan y que inviten a asomarse a otras formas de pensar, al nivel de primaria, que es del nivel del que se habla y de ahí en adelante cada vez más…
De acuerdo con que los libros son un bodrio, feos y desactualizados. Tengo esperanza que se acabe de dar el salto tecnológico y que se pueda acceder a varias fuentes y que la filosofía de la educación se atempere de una buena vez con la segunda década del siglo XXI
bianche, a mi si: “un cielo azul y un redondel en el dibujo de un nino, y en una esquina del papel escribe el nino despueeeeees: …… quiero que haya….”. No se, supongo que la experiencia de cada cual fuera diferente segun la escuela. Dios, como odio esa maldita cancion!
Tengo 40 años. En la década de los 80 a mí me ponían, junto con el resto del aula, a bajar la cabeza como castigo. Mirándolo desde ahora, me parece que era una burda manera que tenían las auxiliares pedagógicas para no tener que trabajar mucho, y tener a los niños y niñas bajo control. Yo que era un “bienportado” recuerdo una vez que lloré mucho, porque me dolía mucho el cuello, pero no me atrevía a levantar la cabeza por temor a que me regañaran. Y un caso de tortura que recuerdo fue en mi círculo infantil en la ciudad de Pinar del Río. Allí una vez me pusieron en una esquina arrodillado sobre un par de tapas de botellas de refresco, de esas tapitas metálicas que tienen el borde irregular y cortante. Allí mismo tuve la experiencia de un compañerito de aula que, como castigo por portarse mal, la maestra lo puso frente a toda el aula y le bajó los pantaloncitos para que todos lo vieran y se burlaran… Si eso no es tortura sicológica, no sé qué será… me pregunto cómo será ahora.
Esto no es cierto “Los pioneros cubanos estudian hoy por manuales que hablan en presente de la Unión Soviética y resuelven problemas de matemáticas donde se trata de sumar revistas Micha”.
lo del sovietismo empedernido en nuestras aulas no lo dudo, ahora lo del himno… por otra parte hace un tiempo que la bibliografía se ha venido actualizando, no se cuantas fuentes de información se trainguló para este texto pero los libros que se usan hablan de la desaparición del campo socialista, y le ponen la culpa a los norteamericanos, sin acordarse por cierto de las causas endógenas, y de que la URSS cayó por su propio peso. Todo lo demás no está tan lejos de la verdad, aunque mi contexto es distinto, he visto mucho de lo que dices… buen trabajo
Tengo 48 años y nunca nunca tuve que cantar un himno soviético en la escuela. La escuela donde estaba, Aracelio Iglesias, en el municipio Playa, tenía un himno propio, sobre ese líder sindical. Aún lo recuerdo. En los matutinos se hacía de todo: coros patrióticos, coros cantados, mucha poesía de Martí, desfiles de modas. Se escenificaban Los Zapaticos de Rosa, Abdala, el cuento de la margarita, el del gallo que se comió el grano de maíz y se manchó el pico. Algunos de esos coros los preparaba mi propia madre. Pasando el tiempo tuve mis propios hijos, que fueron a una escuela, que, efectivamente, no es aquella de primerísima calidad que me formó, pero donde ellos también hicieron sus Abdalas (versión reducida por los padres), sus zapaticos de Rosa, sus ratoncito Pérez, cantaron El Mayor de Silvio y se escenificaron la controversia de Elpidio Valdés y Media Cara; en el espacio del matutino se celebraban las mejores iniciativas por grupo. Una de mis hijas está hoy en la secundaria y en cada exposición de sus trabajos finales se le pide una iniciativa. Ella ha hecho (con sus propias manos y las de sus compañeros de equipo, juegos de mesa como iniciativa para exponer un trabajo de historia, ha escenificado una sesión de la Asamblea Nacional para otro de Cívica; ha escenificado también una visita guiada a La Habana Vieja para exposiciones de Historia y Geografía, entre otras muchas que ahora no recuerdo. Lo del libro de Micha es asunto a verificar porque, al menos durante la primaria me senté con ellos a estudiar todo el tiempo y no recuerdo un problema de ese tipo. Es verdad que no se promueve una enseñanza participativa al interior de las aulas y son verdad algunos de los asuntos aquí tratados, como la desactualización de los conocimientos de muchos de los libros, pero a este material le faltan matices, le sobra tremendismo en aspectos fútiles y le falta más hondura y análisis en aquellos verdaderamente importantes.
Me gusta el tema de la reflexión pero no me gusta que se den datos falsos, coincido con Mirtha, esto no es verdad: “Los pioneros cubanos estudian hoy por manuales que hablan en presente de la Unión Soviética y resuelven problemas de matemáticas donde se trata de sumar revistas Micha, que no existen para nosotros desde hace 25 años.” En todas las escuelas los libros son iguales. Yo aprendí a leer, escribir, sumar y restar en 1998 y jamás me mencionaron la revista Micha en ningún libro, en todo caso quintales y toneladas de tomates… Por otra parte, cuando estudié Hist Contemporánea en el Pre, por el libro de 10mo grado (hace unos 8-9 años) la historiografía llega hasta la fundación de la Unión Europea… O sea, no habla de la URSS en presente… Y por cierto, sobre las causas del derrumbe de la URSS mi libro no culpaba a EUA como dice Roxana, recuerdo que nos enseñaron que fue por muchas otras causas, pero no por esa… Hay mil cosas cuestionables, pero seamos rigurosos a la hora de aportar informaciones.
basura de articulo, me hizo perder el tiempo
Julio, por favor en cuál escuela usted cantó un himno soviético? Me sumo a los anteriores.¿¿¿??? Tengo 60 años.
Usted estaba en una escuela cubano – soviética para cantar el himno , seguro que usted como abogado tiene razones más profundas para formar en la sociedad la generación de un socialismo verdaderamente democrático.
Se siente en sus comentarios una mexcla de ironía y odio que no ayuda para unir voluntades para los cambios que queremos
Le reitero que me de su respuesta de si usted fue despdido de la facultad de derecho, de ser asi cuáles fueron las razones y que espera hacer
https://www.youtube.com/watch?v=Zr6gLQ6CmYY
Un cielo azul y un redondel…
Himno soviético aparte, es un buen ejercicio de reflexión de Bultico, como es costumbre. Yo fui alumno de Bulté padre, y en su libro de Historia del Estado y del Derecho queda bien claro que la URSS cayó por su propio peso; no creo que Bultico haya pasado eso por alto, pues lo conozco bien. Saludos!
Fui maestra y si algo se aprecia en los adolescentes de secundaria es la incredulidad de que ellos puden ser algun día parte de la dirección política del país, no tienen espíritu de liderazgo. Sus aspiraciones (no todos, cabe señalar) se centran en otras fronteras o en responsabilidades con un trasfondo económico amplio o de dudosa procedencia. No tienen el instinto de “defender los valores en los que creen al precio de cualquier sacrificio”.
En primer lugar, unas palabras inmerecidas a los que reaccionaron ofencivamente: ya que tanto gustan de la unidad no deberían blandir la espada ni la lengua para ofender…si lo que realmente aspiran es a la unidad, aprendan a respetar el díalogo. recuerdo que Cuba habla de unidad no de tiranías ni dictaduras donde la unidad se consigue a cosata de garrotazos y de hacer callar a la gente…si el Dr. Fernández Estrada está equivocada no lo van a entrar en razón por la fuerza; sumen y no resten, las opiniones divergentes también son válidas y el díalogo no se puede perder por la diferencia; la diferencia debe enriquecer al diálogo. Si son incapaces de dialogar con versiones divergentes de sus pensamientos, apártense, callen, escúrrance, o simplemente sean consecuentes y no hablen de unidad hablen de violencia. Por favor no empañemos los símbolos supremos de la patria con las mezquindades de nuestras almas; mucho daño en los corazones ha hecho.
Segundo, me dirijo al autor. Verdaderamente hay algo cierto en lo que comenta; ciertamente la cabeza abajo, la lista, el delator, el silencio, los préstamos culturales, pueden señalarse defectuosos, pero tengo que acotar…¿Ha pensado que no es una deformación, sino que puede ser una formación? ha meditado sobre una simbiosis entre las costumbres y el espíritu cubano?¿ha pensado que el espíritu cubano, gusta de hablar en vos baja y pensar en voz alta?¿ha pensado que “somos” así, no porque queramos, sino porque no estamos realmente dispuestos a ser de otra forma?…son preguntas Nietzsceanas: ¿está dispuesto a que el abismo le devuelva la mirada?…yo creo que los destinatarios de estos patrones, no lo están, y que los sujetos sujetados de la sujeción, tampoco; por eso reacciones violéntamente, no por irreflección u odio, sino por terror a sí mismos.
El cubano vive horrorizado de si mismo; siente la vocación de la grandeza pero le abruma la responsabilidad; puede que la condición latina nos enseñe eso; estar prendidos tanto tiempo de la protección de la madre y tanto tiempo atados a la voluntad moral del padre, hace que vivamos en un útero abstracto; que busquemos la comodidad y no la consecuencia, que asintamos la voz de la autoridad (sea cual sea) y que prefiramos guardar silencio…auque se yerre, preferimos el equívoco a la vocación; por eso todo se toma con ligereza y no solemnidad, por eso nos reímos diariamente en la televisión de nuestros defectos y penas…no hacemos chistes, simplemente nos reimos de nosotros mismos…no, no somos una raza solemne.
Preferimos la solemnidad americana, soviética o europea; preferimos ser un otro que ser un yo…sartrianamente hablando: el yo pesa, nosotros somos ligeros.
Ello indica que “hay” algo diferente en los hechos (indiscutibles en muchos casos) que Ud. narra. No hay esa solemnidad: falta algo. La ternura y el amor del profesor existe, más cruenta y freudiana, las escuelas primarias viven cierta inocencia todavía…la inocencia de jugar al poder y de apuntar; la secundaria y pre puede ser un centro pequñoburgués, si se enclava en el Vedado o Playa, donde priman las compraventas de exámenes a niveles que no podrán ser aplacados por la justicia divina y la incorruptibilidad moral de nuestro camaradas policías y penalistas…el crimen es tal hasta que se hace regla, y en esos espacios es la regla; otra regla es la dorga; y otra más profunda es el comercio sexual que los profesores practican con alumnos y alumnas…o la violéncia que se instiga en los centros marginalizados, que son al menos en la Habana casi todos… el mérito de ser el apuntador, un honor maldito, que se asume como los designios de Dios para el ungido, destinado a morir en la cruz por una masa irredente e incomprensiva, condenado a morir por el bien de los que desean mal.
¿Y donde está el pensamiento, la crítica, el juicio…?¿para qué lo quiere saber ud.?; ¿para qué lo busca? ¿cree Ud. qué estamos en condiciones de hacer algo con eso?¿nuestros problemas se evacúan freudianamente, acudimos al padre (autoridad) para legitimar nuestras ideas; rogamos a la madre (la beneficéncia pública) que nos ampare más y estallamos en carcajadas, agresiones o desemfreno sexual frente a nuestras tensiones…las causas siguen ahí, se mantienen…quizás maldigamos muchos que seguimos respirando, que nos hacemos vienjos… quizás no admitamos que en lo profundo creemos que el problema es que tenemos demasiada vitalidad…que no perecemos más rápido.
Los que guardan su intelecto (sabrá Dios para qué) desenfundan su dolor con fundamento y con reultados igual de efectivos que la rutina más “elemental” de cualquier cubano.
A esta lógica, no escapa, ni ud. ni yo, nininguno de sus potenciales o actuales lectores…no se sienta por favor emplazado por ello, mucho menos ofendido; crea que lo respeto grándemente, estos son sólo hechos; no están en ningún libro, están en nuestras almas y en todo lo que producimos, vea el teatro o el cine…vea que resume sus escenas en el humos negro (autofagia), la violencia o el sexo…olvide el significado y el sentido…el significante está claro y la solución a ese embrollo es un silencio lapidario…el cine y el teatro sueñan la vida de un cubano, casi que la encarnan…pero no la encaran realmente, la exponen.
¿de nuevo le pregunto? cree que queremos “pensar”, palabra conflictiva y excluyente: todos pensamos…no de la manera que Ud. desearía claramente, pero pensamos.
De los que podemos llamar eufemísticamente críticos, no hay reclamos, hay clamores; no hay quéjas, hay vítores, no hay nada nuevo; no queresmo valernos por nosotros mismos, y nohablo como pueblo o nación, hablo como individuos, como hombres y mujeres; no queremos hacer, queremos que se haga, no quereos problemas, queremos soluciones, no queremos cambiar, queremos cambios… queremos hablar en voz baja y pensar en voz alta…por eso, aunque nos pese, seguimos hablando de revistas y países que desaparecieron hace 25 años; añorando a los muertos más que a los vivos, bajando la cabeza, guardando silencio, apuntando en listas, cumpliendo con las formalidades, delatando, midiendo el nivel de poder, …inflando títulos, palabras discursos, etc., etc.
Creo que hay cosas que pueden mejorarse, pero hay que estar claro de para qué. Creo que ahí está el meollo, creo que ahí debemos centrarnos, creo que en eso debemos meditar los que meditamos…pero no olvidemos, que mientras pretendemos pensar la vida otros viven un día más bajo el cielo azul de nuestro eterno verano.
Gracias por sus reflexiones y por darnos la oportunidad de reflexionar.
Podemos precindir de quien soy, soy cualquiera.
Julio, casi lo felicito por casi haber escrito un buen artículo, lástima que la ha jodi2 reforzando su intención con burdas mentiras.
Ya lo han señalado otros, jamás cantamos otro himno en nuestras escuelas que no fuese el Nacional y el propio de cada escuela. Soy de la cosecha del 61 y pasé mi primaria y mi secundaria por varias escuelas de mi municipio y ciertamente las condiciones materiales que nos tocaron era mucho mejores, y hasta me atrevería a decir que los maestros tenían mejor formación (aunque en cuanto a la vocación no generalizo pues en 5to grado, en la escuela Delfin Sent Sedre, en 5ta y 32, Playa, me tocó un profesor llamado Felipe que disfrutaba pegarle a los niños bofetadas en la cara ante el aula e insultarlos).
Hoy soy padre de 2 niñas, una en 11no, la otra en 6to, y puedo dar fe que la bibliografía está actualizada y que con una frecuencia mayor de la que se podría esperar, conociendo las limitaciones por las que pasmos, se le renuevan los libros y aun se les entrega algunos materiales.
En fin Julito, lastima de mala intención, la falta de honestidad te hizo perder la oportunidad de haber creado un artículo hermoso.
Julio : me gusta mucho tu entusiasmo por haber aprendido en la casa de un rico desposeído y por la educación igualitaria en medio de una sociedad aspirante a la justicia…te felicito por eso…..pero. Tú entusiasmo te ciega y no sabes sacar conclusiones lucidas,,,,,pues : dime el resultado de esas “acciones revolucionarias y justicieras “.Árbol que crece torcido,…ya tu sabes. Sabes el resultado de esa educación y como ha evolucionado esa sociedad ?? Te enorgullece el “hombre creado ” _?…creo debes profundizar en tus conceptos. En verdad, creo no te enorgullecerías tanto si ves el resultado !!
Estudie idioma ruso en secundaria y preuniversitario pero nunca nos pusieron a cantar ningun hinmo sovietico en ningun lugar ,por otra parte creo que hay una mezcla de nostalgia entre la educacion de las decadas de adoctrinamiento sovieticos y el posterior debacle socialista en este articulo periodistico,ambas etapas fueron nefastas para el sitema educacional cubano con su cosiguiente daño antropologico para nuestras pasadas ,presentes y futuras generaciones de cubanos.
Como alguien insinúo en uno de los comentarios anteriores lo más probable es que el “himno soviético” al que hace referencia el autor sea “Que siempre brille el sol”. El concepto o la palabra Himno tiene muchas acepciones posibles, y no solo se explica desde la solemnidad patriótica o la canción conmemorativa. No hay que tomárselo literalmente a la primera. Y sí. Quizás las condiciones para la enseñanza fueron mucho mejores hace décadas. Y la calidad promedio del claustro también. Las razones son harto comprensibles. Ahora solo asistimos a la triste decadencia de un modelo educativo y de formación de valores que no ha sabido hacer los ajustes correctos y necesarios a tiempo.
En los años 80 yo estaba en la primaria al igual que el autor de este artículo y cantábamos todos los días el mismo himno soviético que él menciona. Un cielo azul y un redondel es el dibujo de un niño… Es increíble que escriban tantos TROLS aquí mandados a matar para decir que el autor miente cuando saben que lo que dice es exacto. Pero aquí están las pruebas. En la página 63 del libro de Matemáticas de Segundo Grado ACTUAL , que se usa en toda CUBA, dice: Ejercicio 1, Olga compra una tarjeta de 10 centavos, una REVISTA MICHA y una revista Pionero… Por lo tanto lo que dice el autor es EXACTO. El libro se llama Matemática 2 y es una edición de 1989 con varias reimpresiones. Pero no deben alarmarse, el libro de Lectura de Segundo Grado es en su última edición de 1991, por lo tanto estos textos sí hablan de la Unión Soviética en presente. Los que han ofendido al autor y lo han difamado aquí son traidores porque saben que esto es cierto y lo único que pueden hacer es mentir. AHORA mismo se usa un cuaderno de ejercicios de CÍVICA que pide a los niños que escriban cómo fue la participación de sus padres en el referendo aprobatorio de la Constitución de 1976, cuando todos los padres de los pioneros de ahora eran menores de edad y no participaron en el referendo. Por lo tanto sí que están desactualizados los libros. Es un disparate pensar que un autor que es profesor hace 20 años vaya a mentir sobre temas de educación.
En los libros de Geografía de los dos cursos finales de la primaria se habla de la Unión Soviética en presente, por lo tanto lo que dice Julio es verdad, y es una verdad de ahora mismo. Los pioneros deben ubicar a la Unión Soviética en mapas de geografía política de otra época, solo tiene que mirar los libros de ahora y no le mientan a los que no saben, solo pidan a los pioneros vecinos suyos que les presten sus libros.
mi respetos para usted señor profesor fui alumno suyo y recuerdo con gratitud sus fabulosas conferencias de derecho administrativo y otros de su padre que decir un gran hombre es lamentable que personas no entiendan el verdadero sentido de sus palabras yo tengo 37 años y me acuerdo perfectamente del himno ruso que decía ¨ Un cielo azul y un redondel es el dibujo de un niño y en cada esquina del papel escribe el niño después yo quiero que haya sol siempre que también haya cielo que mi mamá siempre viva y también viva yo. ¨ el problema compañeros es que no se cantaba en ruso sino traducido al español hubiera sido lo último compadreeeeeeeeeeeeeee.
En el libro de Ciencias Naturales de quinto grado, cuando se presenta el planeta Tierra y sus círculos (Ecuador, círculos polares, etc.) y hemisferios, se les insta a los niños lectores que busquen en qué hemisferio está la Unión Soviética. Cuando busque la página precisa, se las pongo. La mayoría de los libros de texto de primaria (tengo dos hijos en primaria) son ediciones de los ochenta o tempranos noventa, con muchas reimpresiones siguientes, o sea, mucho gasto de dinero imprimiendo un contenido que con un editor y un asesor especializado (metodólogo de educación) pudiera estar actualizado, sin necesidad de cambios de programas de estudio.
claro que los ninos tienen que aprender a bajar la cabeza y mantenerse callados, si no como van a hacerlo cuando sean adultos, ahi esta la vil sutileza…, hay que educar bien a los cubanos desde nino, para ser un revolucionario ejemplar…