Hoy mi hija Alma dijo “leche”. Hasta ahora solo “mamá” y “papá” había dicho. Tiene casi diez meses, y cuatro dientes que le sirven para comer pan de la libreta y galletas dulces del Zoológico de 26, una variedad que los chimpancés consideran irrompibles.
Se tiene que adaptar a la vida cubana, dura y blanda, como casi todas las vidas. Ya gatea, o se arrastra, que es un movimiento más útil para la Preparación para la Defensa, porque en un campo de batalla gatear es morir.
Le gusta pasear en su coche rosado en las tardes frescas del litoral noroeste de La Habana. El coche es rosado porque no hay muchas opciones en el mercado. La palangana de bañarse también es rosada, y algunos baberos y baticas, pero no lo hicimos a propósito. La prueba es que todo el mundo la piropea en la calle diciéndole “¡asere, tú sí que vas cómodo ahí!”, y ella no aclara que es niña, ni yo tampoco, porque para qué.
No le quiero decir “princesa”, pero a veces se me va. Le quiero decir “graciosa ciudadana de mi comuna democrática”, pero la gente que me oye piensa que estoy loco, y es porque la democracia no está de moda todavía para enamorar ni para hablar a los bebés.
Yo la veo linda pero no quiero inculcarle que la belleza es trascendental porque solo lo es en el arte y en el recuerdo y cuando pasa el tiempo quién se acuerda de si Vallejo o Neruda eran apuestos.
Quisiera que fuera libre, pero sé que la voy a celar con sus amiguitos mirones y con los primeros enamorados sin modales y la enseñaré a cruzar las piernas para que no se le vea la ropa interior, en fin, que no será tan libre, pero qué le voy a enseñar yo de libertad que no sea la belleza de luchar por ella.
Cuando la veo abrazar, lanzar besos desde su boquita desdentada, sin la técnica adecuada todavía, decir adiós como quien llega y no se va, con las dos manitos a la vez, tengo que amarla porque sí, y empiezo a sufrir por sus caídas, los golpetazos que no terminará de sufrir por toda la vida.
Ojalá sea buena, que quiera querer a su hermanito José Julián y a sus primos cercanos y lejanos, y a sus abuelos, y a sus tíos, y a sus amigos de escuela. Yo trataré de cuidarla y amarraré en mi boca las palabras dulzonas que visten de princesas a niñas de la república. Las princesas no dejan de tomar leche a los siete años ni juegan a los pistoleros con los amiguitos, ni van a los quinces de las amigas en cocotaxis.
Yo prefiero decirle brujita de cuatro dientes. Y que nadie la cace, y que nadie la persiga, y que nadie la hostigue, y que nadie la acuse por sanar ni bailar, ni por ser bella ni por ser franca. Y que la única hoguera que conozca sea la de mi amor.
Muyy lindoo!!! La felicidad de ser padre es de las más grandes de la vida. Bella Alma, así es la belleza.
Tan sensacional como siempre sus escritos profe. “Brujita de cuatro dientes” jeje, me encanta. Felicidades por esa nueva creacion, su princesa, y suerte en la faena que le toca en adelante para guiarla por los mejores caminos, con su ejemplo, de seguro los mejores caminos. Saludos.
pues la mia si es mi princesa…. aunque yo no sea rey ni del patio de mi casa…. será mi princesa… aunque tenga que zapatear y luchar muy duro para que la mayor parte del tiempo de su mundo ande en carruaje y evite las guaguas, los almendrones, los bicitaxis… será mi princesa hoy mañana y por siempre
Lloro! Qué bello este texto, como tu honestidad siempre. Felicidad y aventuras para tu brujita, y libertad, qué caray. Un abrazo
Hermoso!!! Las palabras precisas para expresar un sentimiento que desborda el lenguaje, pero tu grandeza esta en el acto de poderlas enlazar, con esa belleza y ese encanto que suelo encontrar en todas las cosas que escribes… Esta vez, la admiración viene de muy cerca, pero esto también es auténtico, asi como el amor que nos despierta cada día nuestra brujita.
Mil felicidades!!!! La vida le regaló una segunda oportunidad de ser inmensamente feliz!!!!Yaestaba preocupada por su ausencia en este espacio…
Waooo que lindo ese artículo! Con esas 4 palabras dejas ver cuanto amas a esa BRUJITA DE CUATRO DIENTES. Me encantó
Yo tengo una hija de 18 meses y esto me ha llegado al Alma.
Muy buen artículo.
Estaba leyendo sin ver autor y me decia, esto parece escrito por Julio Antonio, el profe! Que gusto leerle siempre!
Très beau texte.