Daniela Vega no se llama Daniela. No fue así como la nombraron sus padres al nacer. Daniela lleva en sus documentos un nombre de varón aunque se reconozca como una mujer, como la que descubrió en su cuerpo de adolescente y decidió mostrar a los ojos del mundo.
Tiene 27 años y se declara orgullosamente transexual. En Chile, donde nació, la falta de una ley de identidad de género le impide ser reconocida oficialmente con el nombre con el que ha seducido al cine. El mismo con el que rindió a sus pies este año al Festival de Berlín por su aclamada interpretación en Una mujer fantástica, filme de su compatriota Sebastián Lelio.
Daniela es una estrella en ascenso, una actriz y cantante que entiende que el éxito de su carrera es una oportunidad para revelar una realidad que necesita ser contada. Y cambiada. Por eso no habla solo por sí misma, no lucha solo por sí misma. Por eso vino a Cuba, donde tampoco exista una ley para las personas como ella.
Vino invitada por el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) a la décima Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia. Su sola presencia era ya un símbolo, un espaldarazo a la comunidad trans de la Isla.
“Las sociedades latinoamericanas han entendido históricamente la diversidad como algo muy en el borde, como algo que está fuera de la mesa”, dijo en un encuentro en la sede la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). “Cada vez que existe la oportunidad de salir del borde e ir al centro, tenemos el derecho de denunciar, de decir, de debatir y reflexionar sobre esa realidad.”
En su intervención en la UNEAC, presentó los trailers de Una mujer fantástica y La visita, su película anterior, dirigida en 2014 por Mauricio López Fernández y donde, como en el filme de Lelio, interpreta a un personaje transexual acosado por la sociedad. Sus palabras, sin embargo, fueron mucho más allá del séptimo arte.
“Los gobiernos deben entender los reclamos de la comunidad trans como una necesidad. Vernos como seres humanos y no como un grupo minoritario que aspiramos a que se nos complazca por un capricho. La nuestra es una necesidad porque la dignidad humana, que traspasa la corporalidad, es algo que no se puede negociar”, dijo.
Habló de la cantidad de transexuales muertos por su condición o que padecen rechazo y violencia de género toda la vida. La solución, dijo, no puede ser permanecer en silencio: “el cambio debe partir de uno mismo, de una revolución individual, que puede impulsar a los demás a levantarse, a llegar a toda la sociedad”.
Incluso el rechazo, opina la actriz, puede ser detonante para el cambio. “Todo rechazo puede significar una puerta a otro lugar, asegura. Lo importante es cómo traducir ese rechazo en algo positivo. Es sumamente difícil de pronto. Pero no es imposible”.
La diversidad, en su criterio, tiene que ser entendida sin prejuicios, como un valor de la naturaleza humana: “Basta mirar al lado para entender que somos todos completamente diferentes; de colores, tamaños y características diferentes. Somos millones de personas distintas, lo que nos hace seres únicos, y eso nos da una singularidad, un valor, que algunas sociedades comercializan o subestiman, pero que en verdad precisa ser dignificado”.
En este proceso, Daniela ve en el arte un elemento movilizador: “Desde las películas, desde el arte, podemos descubrir las construcciones sociales, podemos entender los engranajes existentes e invitar a cambiarlos. La invitación que hace el arte, más allá de la culpa y la represión que impera en muchas sociedades, es la que siempre busca liberar al sujeto, la que busca enaltecer al hombre”.
“Cuando no renunciamos a lo que creemos posible ni dañamos al otro por hacer aquello posible, estamos siendo mucho más grandes que aquellos que se quedan solo con la idea y no terminan de concretarla nunca”, insistió.
Aunque la décima Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia continúa hasta el 17 de mayo, Daniela Vega ya regresó a Chile. Su ascendente carrera da poco margen a su agenda. Pero antes de marcharse prometió regresar a compartir sus obras y más opiniones. En la oncena jornada, en 2018, La Habana podría tener nuevamente toda su fuerza y su fulgor.
Pues Daniela, por mas que se opere y se hormone, es y seguira siendo un hombre. Que aberracion
Daniela Barnet y Miguel Vega
Que Dios bendiga a Daniela y su valor ante el mundo, mi afecto para ella.