Saliste de la casa temprano, con un sol espléndido que empieza a picar en la piel desde las 8 de la mañana. Te despertaste con la idea de resolver todo lo que tienes pendiente. Un buche de café y a cabalgar, en lo que se pueda. Todo está a tu favor: te devolvieron los 50 pesos que prestaste; tu jefe te dijo que no tienes guardia el sábado; el del almacén te regaló una librita de azúcar que sobró del mes pasado. Y para colmo vas a poder salir hoy antes de tiempo para ir a pagar la “luz”, que están ya para cortártela.
Pero a la hora de la hora, LLUEVE. Maldita. Antes de tiempo. ¿Por qué en abril tan fuerte? Esto no es una llovizna. ¿No era en mayo lo de los aguaceros? El clima está loco. Nadie quiere mojarse, pero a la hora pico, qué vas a hacer. Llueve y refresca –el pavimento.
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Maritza me va a esperar. Hoy sí vamos a coger la guagua juntos. No la de los trabajadores. Esa es un chisme. Ahí todo el mundo te está mirando: con quién vienes, con quién vas. Es mejor irse en la de la calle. Ojalá que se demore hoy más que nunca. Es más, que no llegue. Que se ponchen todas las guaguas en el paradero. Así no hay más remedio que caminar hasta 26. Porque un botero a las 5 de la tarde en Coppelia, y lloviendo, es casi imposible. Además estoy pasmáo. Si Maritza me espera hoy le digo todo lo que tengo que decirle.
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Otra vez le va a tocar al viejo. Todos los meses es lo mismo. Los meses, las semanas, los días. Érase un viejo a una jaba pegado. Después de que duerma la siesta, él va. “Pero si a ti no te pesa, pipo. Ahí ves a tus amigos.” El viejo se acomoda sus mocazines y empieza a arrastrarlos por La Rampa. Por su lado pasan bólidos, extranjeros fugaces, gente que grita. Él solo necesita llegar a la bodega como todos los días, a las cuatro de la tarde, para ser el primero.
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Thais, Thais, Thais, corre. “Esa terapia estaba hoy encendía”. Tres accidentes y, en todos, huesos salidos de lugar. El Doctor Fonseca está cada día peor. Tenía que haberme ido caminando. Aquí en Coppelia no voy a resolver. Ahora cuando yo llegue Jhosuán seguro que no ha hecho nada de lo que le dije. Tarea, ni tarea. Pero por lo menos que recoja su cuarto. Me estoy mojando con caja y todo. No llego. No voy a llegar. Quién me mandó a venir por aquí.