Para mi primer aniversario de llegar a los Estados Unidos decidí regalarme una visita a Disneylandia. Fui sola, como había vivido la mayor parte de mis días en Nueva York. Tomé un montón de selfies, y una foto con Batman. ¿Será que entiendo mejor este país ahora?, pensé. Y en lugar de correr de una atracción a otra, comencé a escribir este ensayo sobre mi aventura de Alicia en Wonderland.
Llegar a Nueva York un año atrás, volar desde La Habana, fue en varios sentidos no solo un viaje físico sino uno en el tiempo. Fue llegar al futuro, y desafiar toda lógica conocida hasta ese momento. No vine tras el sueño americano, sino a estudiar una maestría en Periodismo en la City University of New York. Quería aprender cómo será el periodismo de los próximos 20 años. He terminado conociéndome mejor a mí misma a través de ese espejo.
La ciudad de NY tiene tantas raras bellezas. Si no la amas aún, es porque no entiendes su ritmo. Puedes ser la “loser” sin hogar, o puedes conseguir tu sueño. La ciudad te hace sentir que sí es posible conseguirlo. Si trabajas como un “bad hombre” puedes, indeed, ser lo que quieras ser. El mejor tú, como la sonrisa de la modelo en la pantalla gigante de Times Square, como el puente de Brooklyn con sus más de cien años.
Para eso viniste aquí, pues. Para aprender a desafiar cuanta certeza hayas aprendido antes de llegar. Comienzas a entender que existe un periodismo donde la gente comenta y destruye lo que el periodista y el político dicen. “You are a reporter, your job is to be aggressive”, dijo el profesor en la clase de radio del primer semestre. Es mi nuevo mantra.
Olvida lo que aprendiste antes. La noción de fotoperiodista de hace 20 años ahora ya no existe. Ahora se es periodista multimedia, o no se es. Cada momento es mejor mientras mejor sea su post en Instagram. Bienvenida al futuro.
En Nueva York viví la primera elección donde los ciudadanos votan por su presidente. Por vez primera una mujer podría haber alcanzado el puesto. Recuerdo la noche de las elecciones con el resultado que la mayoría de los neoyorquinos no podían creer. Fue el Times Square más lúgubre y desierto que puedo recordar. Esa noche esperé el discurso del presidente de los Estados Unidos afuera del Hotel Hilton, donde él estaba.
Quizá logro dibujar el mapa mental de la tierra de las oportunidades, y este lugar al que llaman la jungla de concreto. Amo la ciudad porque me ha dado las historias más increíbles: la chica cubana que llegó una noche a JFK (con una maleta a la que se le rompieron las ruedas) para estudiar una maestría en Periodismo. El cura que ha adoptado varias docenas de menores inmigrantes para evitar su deportación.
¿Mi persona favorita en NYC? Kenneth T. Brown, 53, afroamericano, residente del Bronx. En los años 80 consumía crack, luego estuvo en la cárcel. Cuando salió, consiguió empleo en una de las Torres Gemelas, hasta que perdió su trabajo el 9/11. Ahora se gana la vida tocando la melodía de Astrud Gilberto en el subway.
Al clarinete de Kenneth le faltan algunas teclas, como a su boca le faltan dientes. El día en que nos cruzamos iba camino al Bronx. Me miró con sus ojos extraviados de tanto crack. La densidad del aire cambia en el vagón del tren con su bossa nova. Kenneth se acerca y dice: “Who are you?” –con los ojos rojos y redondos. “I don’t know who you are. But smile!”.
¿Mi símbolo favorito de la ciudad? La irreverencia de las gomas de mascar en las aceras, negras del tiempo. ¿Lo más extraño? La gente que parece que habla sola mientras camina, pero en realidad habla por teléfono. ¿La experiencia más intensa? Ir los fines de semana a tomar fotos de protestas. Adoro esta libertad de protestar en la calle. ¿Qué me aterra? La posibilidad de que un día alguien ponga una bomba en el metro, descubrir la noción de que existe el terrorismo.
Aprendí que no se debe mirar a los extraños a los ojos. Y a googlear todo, antes de preguntar una duda. A beber café en las mañanas y a todas las horas que sea necesario. Que me gusta el Iced coffee, y que existe una app para casi todo. Que en su mayoría las mujeres aquí no cocinan a diario. Que mi identidad cabe para algunos en una cajita: soy una mujer latina en los Estados Unidos, y mi inteligencia puede medirse según la perfección con que me exprese en inglés. Y a pesar de los decretos presidenciales, hay una ciudad que mantiene sus puertas abiertas a los inmigrantes: refugees are welcome here.
También le he dado algo a cambio a mis colegas americanos. Un día alguien me preguntó en una clase dónde estaba en el mapa el enlace de Cuba con la masa del continente suramericano. Le dije entonces que Cuba era una isla. Un pedazo de tierra a pocas millas de la Florida, donde al final de todos los caminos está el mar. Es un país, le dije, donde al año se producen dos o tres películas, hay cinco canales de televisión y no hay McDonald’s, al menos no con ese nombre. Donde hemos visto Game of Thrones, House of Cards y casi todo Hollywood gracias al paquete semanal.
Justo el día en que cumplí un año de llegar a Estados Unidos, el 5 de agosto, me fui a cenar ramen sola en Los Ángeles. Mi sopa japonesa fue ese lugar seguro donde no importa de dónde vengo o qué acento tengo. Mi primer aniversario me agarró en LA, a donde viajé para hacer una pasantía con Emblematic Group, una compañía que hace historias periodísticas usando Realidad Virtual. Esos días en California fueron la revelación de que es posible hacer un periodismo con usted en el medio de la historia. Puede viajar dentro de una célula de ADN y tomar el lugar del personaje. Es la maravillosa sensación de que es posible recrear todos los mundos que la mente sea capaz de concebir. No hay modo de volver a ser la misma persona, ni querer contar historias igual que antes, después de esta experiencia.
¿Qué quiero hacer después de esto? Ya no es cool fundar una revista, ahora se hacen aplicaciones para celulares. Nueva York te hace sentir que nada es suficiente. No basta haber llegado hasta la ciudad si no dejas tu marca en ella, aunque sea grabando tu nombre en una pared del metro. Let’s go viral!
Hay una escena de mi vida en este año que me ha marcado. Conocí una monja budista para una historia en Corona, Queens. En nuestro primer encuentro Lianji dijo que vivía allí su retiro. Cuando regresé sin avisar a los pocos días, Lianji había salido. Estaba en Long Island, dijo por teléfono. Y hasta allá fui, sin saber qué esperar luego. La monja llegó a mi encuentro al volante de un VW, con su sonrisa pacífica intacta. Me invitó a tomar un smoothy de fresa en un McDonald’s cercano. “Time is not Money”, dijo. Me empeño en recordarlo.
Lidia, de veras crees que Nueva York es la tierra de las oportunidades o que los americans votan por su presidente, que los losers quieren serlon y otras muchas cosas que nos trasmites en tu artículo. Es una ciudad impresionante y nadie lo duda, también lo es La Habana y muchas otras ciudades del mundo. Parecería que tu articulo es una apología del “american way of life” y a New York en particular pero esa ciudad inmensa encierra cientos de lugares no tan fancies como Time Square o Central Park. Be agressive. Te invito a visitar East New York, Jamaica o cualquier otro barrio popular de la ciudad y no y tendrás las misma percepción. Escríbenos también sobre esos lugares y de sus gentes sus vidas. Saludos David
Qué buena tu historia!!!
Gracias por el artículo se agradece oír a un compatriota que comparte sus vivencias con sinceridad y fluidez, that was nice. No obstante, ciertos vicios del periodismo socialista, casi viscerales me recuerda cuán en lo cierto estaba Karl Marx …y solo el contraste es lo visible, pero más de cien años y seguimos en una fase superior. No te conozco como periodista, ni te leí antes. No sé cuánto New York te cambio, parece que bastante en lo personal, felicidades. Pero no cambió el hablar sin decir nada, el traer y llevar palabras de aquí a allá sin propósito aparente o solo con su propósito aparente. Periodista, máster graduada en NY eso si, realmente te auguro muchos éxitos, pero muy poco periodismo. Fuiste al futuro pero no trajiste nada para probarlo.
Game of Thrones, House of Cards gracias al paquete semanal ? La TV cubana ha puesto esos seriales con una velocidad que supera a la de las propias emisiones originales. Me suena, Lidia, a que realmente no entiendes nada de lo que te rodea. Tan “deslumbrante” “tu” Nueva York.
genial
Cuando comence a cojer aviones a cualquier destino, me sentí libre. Mis habilidades informaticas y algo de hacker, me permitieron comprar billetes de aviones por 1, 6, 12 y pocos euros mas. Aun con mi salario de obrero, podia permitirme viajar cada mes casi. Sentia una felicidad infinita y cada avion cerraba los ojos en cada despegue para sentir la infina subida como una montaña rusa. Mucha suerte Lidia y no pares de viajar y contar tus historias. hay mucha belleza en el mundo.
coincido con David, se ve que sólo llevas un año aquí Lidia, yo también vivo en “los Sures” (asi se le llama a los barrios del South Bronx) y hay otra visión acá diferente a tu edulcorada historia.
Un refrescante artículo… pero recomiendo no leer los comentarios.
no regreses mija… no regreses por tu madre… por tu familia… por Cuba que te necesita fuera…
Cielo, acá pusimos en la televisión Avatar ANTES que las mayores cadenas televisivas. Y, aunque no te lo creas, el paquete copia series DE LA TELEVISIÓN NACIONAL.
En toda ciudad hay pobreza (en La Habana miseria) pero eso no quita que NY no sea la capital del mundo. Una ciudad maravillosa con sus defectos y virtudes pero por sobre todas las cosas libertad, mucha libertad. Me sorprendi al ver a Kenneth T. Brown (no sabia su nombre) con el que me tome una foto en los ultimos dias del 2015 cuando estaba de visita en la ciudad para esperar en Time Square el ano nuevo. Te felicito por el articulo y sobre todo por haberte dado cuenta tan rapido de la mentira en que se vive en los paises con sistemas tan nefastos como el de Cuba.
Reconozco que se siente “lindo” cuando andamos paseando por NY, sobre todo el lado deslumbrante y gourmet de Manhattan. Unos días en la Gran Manzana con un poco de dinero nos permite conocer sitios interesantes que no se porqué no mencionas en tu trabajo: Moma, Met, Teatros, etc…cuando los días de paseo van llegando a su final y decidimos pensar a fondo donde hemos pasado esos últimos días, descubrimos que no es razonable hacer una apología de esta ciudad, simplemente porque es una ciudad única en el mundo; nace entonces la pregunta sin respuesta: cuantos planetas tierra harían falta para que cada país del mundo tuviera “su New York”.?.
Este articulo de Lidia, “sola en Nueva York” , luego de ver su foto, a pesar de su talento, solo me inspira hacerle una pregunta, “Lupita, ?Y por que estas tan solita?
Lidia felicidades. Ya sabia yo que te iban a caer en pandilla porque no pusistes lo malo de New York, parte imprescindible para que algunos le den el visto bueno a tu articulo. No has dicho mentiras y eso es lo importante. El derecho a la libertad de expresion te permite escribir en USA lo que te de la gana y no lo que otros quieran oir. Eso déjalo para cuando regreses a Cuba. Gústenles o no NewYork es una grandísima ciudad no solo por su tamaño sino por su multicultura, arte y economía. Y si, siempre ha sido tierra de oportunidades, cosa que no se debe criticar desde Cuba donde las oportunidades estan reservadas a los extranjeros
Estoy de acuerdo con David y con Rangel. Yo nunca he logrado comprender por qué de New York o de otras ciudades cuando se escribe se alude solo a lo lindo y bueno, y cuando se escribe de La Habana, o de otra ciudad, o de Cuba, siempre se quiere mostrar lo feo y lo malo, según quien lo escribe, no quien lo vive….es como un guión prestablecido…En fin, para mí Cuba qué linda es Cuba, quien la defiende la quiere más.
Esta muchacha esta mas sola y es mas superficial …..
Esto es lo mas malo que he leido en OnCuba
Reitero lo que dijo Yemly. Y por cierto, la TV Cubana muestra las series a más velocidad que otras tv públicas. Y por otro lado, la misma noche que Interestellar era premiada por los Oscar…era transmitida en señal abierta en Cuba..
Por cierto, Lidia..no te deslumbres con NY. Camina un poco más.
Luis, si en los Sures te va tan mal, por que no te regresas a Cuba? Tan mal no te va al parecer.
Jajajaja me gustan las razones de Yeyo
Bello escrito, algo diferente y refrescante para la vista y la mente… tambien es reflejo de la autora. Lidia dudo que vivas mucho tiempo sola en NYC, hay muchos que quisieramos acompañarte y disfrutar de tu belleza.
Dan asco algunos comentario que resuman envidia…. mujer joven,bonita inteligente,profesional y fuerte de caracter ,viviendo en Nueva York,tiene asegurado el exito y su felicidad aonque tenga que vivir en una alcantarilla…ES LIBRE,ES LIBRE,ES LIBRE.Se fue de la granja…Aleluya Gloria a Dios.
yo pensaba que ibas a decir: es mejor estar de cumbancha con amigos un dia en la Habana que estar sola como una perrita en Nueva York jajajjajaj
Me paso lo mismo cuando estuve en Paris..
No regreses a la prision y si lo haces ya te arrepentiras amargamente. Es el mejor consejo que te puedo dar.
Creo que el artículo de Lidia muestra su perspectiva personal, cosa que valoro y me parece bien. Es cierto que en la mayoría de las ocasiones tratamos a Cuba desde lo negativo, pero eso no es motivo para criticar tan fuerte a alguien que es capaz de ver las bellezas y oportunidades de Nueva York. No nos ceguemos, no queramos coger el patriotismo tan profundo, porque amar a Cuba es darse cuenta que tenemos problemas, a pesar de que somos un gran país.
Muchas felicidades Lidia por tu ensayo y desde mi visión joven te digo que ojalá algún día pueda vivir las oportunidades que tienes ahora.
Dejemos la envidia a un lado y aprendamos a valorar más lo que desde otros ojos nos quieren mostrar!
Querida Lidia, he adorado tu crónica. Es tu visión, tu historia, tu sensibilidad. Ojala tuviéramos más de tus palabras. No acabo de comprender, por más que me esfuerzo, lo juro, por qué tantas personas juzgan las historias a partir de lo que hubieran querido que contaran y no a partir de lo que cuentan; o por qué esperan que una historia sobre una ciudad abarque todo sobre esa ciudad, como si ya no hubiera libros e investigaciones que hicieran eso, que pueden googlear e ir a leer para satisfacerse, o como si una periodista no tuviera derecho a contar el lado de la ciudad que le salga del alma y los ovarios. Aunque espero nunca entenderles. Yo sé que tienes que haber visto los grises y los negros de Nueva York, como cualquier persona curiosa que viva en ella. Yo alcanzo a verlos en tu persona favorita y en las fotos a protestas, aunque no hagas de eso, gracias a Dios, una bandera política. Gracias por compartirnos tu experiencia, no dejes de hacerlo. Personas necias que solo exigen a otras que hagan lo que ellas mismas no hacen es lo que nos sobra en el mundo. De personas sinceras sí que tenemos un gran déficit. En un video de Kate Winslet que vi hace poco, de esas cosas inspiradoras que la gente comparte en Facebook, Kate Winslet dice que el mundo está lleno de gente que quiere hacerte desistir, que quiere desanimarte, que cuestiona tus virtudes, que quiere verte rendida, que incluso intenta humillarte, pero que a esa gente no se le puede hacer caso, ni siquiera escuchar. Eres ya una excelente periodista y estoy segura de que cada vez serás mejor. Espero un día conocer esa ciudad. Ahora tus palabras me han dado nuevas razones.
Me gusto el articulo y por supuesto New York es una ciudad impresionante digna de visitar, aunque para serte sincero no me gustaría vivir en ella. Lo mas interesante es de lo que no se habla. Es la relación que existe entre “el viaje” y “el cambio” inconsciente en las personas. Se habla de el desde la antigüedad y siempre con efectos positivos; El personaje que fue desterrado y después de estar en tierras extranjeras regresa y triunfa, en la historia de Ulises y otros Héroes de la antigüedad. Cuando uno viaja aunque uno no se de cuenta algo cambia dentro de uno. Lo veo en todas las personas. Sucede de forma misteriosa pero sucede. Es mas bien un cambio interno y espiritual. El tema es tan interesante que en una ocasión me pregunte si habrían estudios científicos sobre el tema. Los hay y todos arrojan resultados positivos. No solamente viajar es una necesidad del ser humano sino que las personas que viajan son emocionalmente mas estables, poseen un coeficiente de inteligencia mas alto, son mas creativas, mas tolerantes, son mas longevas y hasta mas felices. ¡Todo en viajar es bueno no importa donde vayas.
Si no puede ir a Roma, París, New York o Egipto, vallase a Trinidad por dos o tres días o a ver a su abuela al interior. Lo importante es cambiar de escenario, romper la monotonía y la rutina de su entorno por un tiempo. No es por casualidad que el Turismo es la industria de mas rápido crecimiento en el mundo.
“Busca el conocimiento aunque sea en la China” dice el Koran. Si estas en NY con una beca de estudio siéntete privilegiada. No se si vas a triunfar o no, pero si te garantizo que vas a ser mejor ser humano.
Y que hay de malo?… Que hay de malo en llegar a un lugar totalmente diferente de tu origen y literalmente deslumbrarse a cada paso. Con cada descubrimiento por pequeno que sea. Por favor no seamos negativos, lugares malos hay en todos los paises, ciudades complejas hay de sobra. Pero querer destruir esta periodista por plasmar su experiencia, es simplemente derrotista. A nadie le importa si aqui hemos tenido que arañar las paredes para sobrevivir, porque la realidad es que absolutamente ninguno de nosotros fuimos capacez de comprender en su totalidad las oportunidades e inconvenientes que este pais ofrece a sus imigrantes. Todos nos llamo la atencion en ritmo y la vida de este pais. Las oportunidades y opciones que aqui son cotidianas y para nosotros eran inalcanzables. Entonces, paremos de criticar y aprendamos a leer, a interpretar y a imaginar la vida de esta muchacha y el carrusel de emociones que ella esta experimentando en una ciudad tan compleja como NYC y a la vez la inevitable comparacion con la madre patria y el saco de mentiras que ella ha cargado sobre su espalda toda su vida.
Saludos!
Disculpame, pero son más interesantes los comentarios que le han hecho a tu artículo. Sencillamente, me quedo con La Habana.