El2do Festival Gourmet: Sabores de Cuba y el mundo, que se desarrolla en La Habana hasta el 30 de noviembre, constituye un intento por rescatar la cultura del buen comer y el patrimonio culinario de nuestro país. Esta iniciativa –apoyada por la Oficina del Historiador de La Habana, liderada por Alicia García y Ana Busquets, y patrocinada por empresas como Habanos S.A, VIMA, Habana Club, Cubacafé, entre otras– se suma a la oleada de proyectos que actualmente en el mundo abogan por la defensa de lo autóctono en la alimentación; sin embargo, tiene la particularidad de tomar el arte como punto de partida para reflexionar sobre la centralidad de las expresiones de la cocina tradicional en la identidad cubana.
“El tema culinario es uno de los contenidos irremplazables del hecho artístico. A través de la pintura, la fotografía, el cine y la literatura, queremos revalorizar este aspecto fundamental de nuestra idiosincrasia. En las sesiones prácticas, mediante las demostraciones y degustaciones de alimentos, pretendemos demostrar que nuestra cocina más cotidiana también puede ser gourmet”, señaló García a OnCuba, segura de que “esa cualidad puede existir siempre que exista la creatividad, tanto con productos sencillos que tenemos a nuestro alcance como con otros más exquisitos. La comida diaria, la del campesino y la del citadino, la del profesional y la del obrero, puede también ser refinada; para ello es necesario saber montar la mesa, degustar lo que tengamos y sobre todo, compartir nuestras tradiciones”.
Bajo estos preceptos, el Festival Gourmet constituye un espacio propicio desde su primera edición para la socialización de reflexiones, investigaciones y acciones que tienen como denominador común el afán de poner en valor las costumbres gastronómicas de la Isla. El proyecto Ajiaco Cimarrón, que surgió a partir de la iniciativa de siete chefs cubanos con el objetivo de promover la reanimación de nuestra cocina desde una mirada contemporánea, constituye un ejemplo de los esfuerzos que en este sentido se realizan tanto desde el sector estatal como privado.
Este grupo de especialistas gastronómicos pretende trabajar en las comunidades, en contacto directo con las personas, para desde allí incentivar la estilización de los platos cotidianos. “Es necesario que la alta cocina salga de los restaurantes lujosos y por demás inaccesibles a la población. Con los recursos con los que cuentan los cubanos a diario también pueden hacerse maravillas”, comentó el chef Veimar Loyola, uno de los integrantes de Ajiaco Cimarrón, quien junto a sus amigos compartirá con los participantes recetas y platillos que se adaptan a nuestras condiciones actuales sin dejar de ser exquisitas.
Experiencias similares aunque de mayor envergadura en países como Perú, constituyen modelos a seguir desde Cuba debido a su amplia repercusión en la economía y la cultura. Así quedó demostrado en la conferencia sobre gastronomía peruana presentada por el Sr. Víctor Mallorga – embajador de dicha nación en la Isla – quien se refirió a la importancia que se le ha otorgado en el proceso de rescate de las tradiciones de su nación a la diversidad del patrimonio culinario “que vive un boom nacional e internacional en la actualidad”. Al respecto, comentó que este renglón se ha convertido en el segundo atractivo turístico, precedido por las ruinas de la ciudad inca Machu Picchu. “Estos esfuerzos forman parte de la lucha por mantener nuestra independencia cultural y tener un lugar propio en el mundo”, precisó a nuestra revista el señor Mallorga.
Asimismo, la primera sesión de este Festival Gourmet, que ha tomado como sede principal la Casa de México del Centro histórico habanero, incluyó la inauguración de la exposición de dibujos “Encubiertos” y las fotográficas “Bodegones: la luz y los sentidos”, “De la cocina al ojo”, “El blanco licor de la diosa Mayahuelt” y “La lente que mira al Habano”. El programa del evento incluye también un ciclo de cine, en el Cinematógrafo Lumière, conformado por una lista de filmes gourmets encabezada por la singular Fresa y Chocolate, película cubana dirigida por Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío. Las escenas del almuerzo lezamiano y las conversaciones entre Diego y David acompañadas por té de la India, marcaron el comienzo de esta cita signada por el espíritu del arte y del buen comer.
Para los próximos días están previstas varias conferencias, conversatorios, proyecciones de audiovisuales y degustaciones de platos y bebidas autóctonas de Cuba y de otros países como México. Con un buchito de café finalizó la jornada de este viernes 29 de noviembre en un encuentro que aún reserva varios momentos para la confluencia de pensamientos en torno al patrimonio culinario cubano y las acciones para rescatarlo. Mientras se desarrolla el “jugoso” intercambio con la inspiración del acto creativo, por estos días en La Habana continúa el festín de los sentidos.