Volkswagen está poniendo fin a la producción de su último modelo del Escarabajo en su planta de Puebla, México. Es el fin del camino para un vehículo que ha sido símbolo de muchas cosas en las ocho décadas transcurridas desde 1938.
Ha sido parte de las horas más negras de Alemania como un proyecto de los nazis. Un símbolo del renacimiento económico de Alemania en la posguerra y el ascenso de la clase media. Un ejemplo de globalización reconocido y vendido en todo el mundo. Un símbolo de la contracultura de los 60 en Estados Unidos. Y, sobre todo, un hito en materia de diseño, tan reconocible como la botella de Coca-Cola.
Tras 81 años de producción casi ininterrumpida, el Volkswagen Escarabajo se despide para siempre | https://t.co/mUNbumgnco pic.twitter.com/cDP11DeHAG
— Diariomotor (@diariomotor) July 5, 2019
El diseño original –una silueta redondeada con espacio para cuatro o cinco personas, un parabrisas casi vertical y el motor trasero enfriado a aire– corresponde al ingeniero austríaco Ferdinand Porsche, contratado para realizar el proyecto del dictador Adolfo Hitler de un “auto popular” al alcance de todos, como el Ford Modelo T en Estados Unidos.
El auto se parecía en algunos aspectos al Tatra T97 checoslovaco de 1937 y a bocetos del ingeniero húngaro Bela Barenyi publicados en 1934. La producción masiva del llamado KdF-Wagen, la sigla de la organización sindical nazi que debía patrocinar su venta, fue cancelada debido a la Segunda Guerra Mundial. La gran planta nueva en lo que era una zona rural al este de Hanover empezó a producir vehículos militares con trabajadores forzados provenientes de la Europa ocupada.
Relanzada como fábrica de vehículos civiles bajo la supervisión de las autoridades de ocupación británicas, la fábrica Volkswagen fue transferida en 1949 al gobierno de Alemania y del estado de Baja Sajonia, que todavía posee parte de la empresa. Para 1955, el millonésimo Escarabajo, llamado oficialmente Tipo 1, había salido de la línea de montaje en lo que era ya la población de Wolfsburg.
Estados Unidos se convirtió en el mercado extranjero más importante de VW, con 563.522 autos en 1968, el 40% de la producción.
La producción en Wolfsburg finalizó en 1978, pero eso no significó la muerte del Escarabajo. Continuó en México de 1967 a 2003. El llamado “vochito” se radicó como un resistente “carro del pueblo” fabricado en México.
El Nuevo Escarabajo –una versión retro totalmente nueva con chasis modificado del Golf–resucitó algo del aura atractiva y anticonvencional del viejo modelo en 1998 bajo la dirección de Ferdinand Piech, nieto de Ferdinand Porsche. En 2012, se le dio un perfil algo más aerodinámico.
El último de los 5.961 ejemplares de la Edición Final irá a un museo después de las ceremonias en Puebla el 10 de julio para señalar el fin de la producción.