La catedral de Notre Dame, símbolo de París afectado meses atrás por un incendio, aún es tan frágil que hay una “probabilidad del 50%” de que la estructura no pueda salvarse por completo, explicó este miércoles el rector del templo, porque los andamios instalados antes del fuego amenazan las bóvedas del monumento gótico.
Es improbable que las tareas de reconstrucción comiencen hasta 2021, señaló Monseñor Patrick Chauvet, que describió como su “dolor de corazón” que este año no se celebrasen servicios religiosos de Navidad en Notre Dame, por primera vez desde la Revolución Francesa.
“Hoy no está fuera de peligro”, explicó a The Associated Press en la iglesia cercana donde ofició una misa de Nochebuena a medianoche. “Estará fuera de peligro cuando quitemos los andamios que quedan”.
“Podemos decir que hay quizá una probabilidad del 50% de que se salve. También hay una probabilidad del 50% de que el andamio caiga sobra las tres bóvedas, de modo que como puede ver el edificio es aún muy frágil”, dijo.
La catedral del siglo XII estaba en proceso de restauración cuando se produjo el incendio accidental en abril, que destruyó su tejado y la aguja. Una de las partes más difíciles de las labores de reparación es retirar los 50.000 tubos de andamio que cubrían la parte trasera del edificio.
“Tenemos que retirar por completo los andamios para poder asegurar el edificio, de modo que en 2021 probablemente empezaremos la restauración de la catedral”, indicó Chauvet. “Una vez retirado el andamio tenemos que evaluar el estado de la catedral, la cantidad de piedras a retirar y sustituir”.
El rector estimó que llevará otros tres años que el templo sea seguro para que la gente pueda regresar, pero que una restauración completa llevará más tiempo. El presidente, Emmanuel Macron, ha dicho que la quiere reconstruida para 2024, cuando París acoge los juegos olímpicos, pero los expertos han puesto en duda que ese plazo sea realista.
Al no poder celebrar la Navidad en Notre Dame este año, su congregación, clero y coro se reunió en la iglesia de Saint-Germain l’Auxerrois, cerca del Museo del Louvre.
Los parroquianos en la misa de Nochebuena expresaron su dolor por el incendio, pero también una cierta solidaridad.
“Recuerdo que mi madre me dijo que estaba viendo la televisión y que había un incendio en Notre Dame. Le dije ‘no es posible’ y tomé mi bicicleta, y cuando llegué estaba llorando”, dijo Jean-Luc Bodam, un ingeniero parisino que solía cruzar la ciudad para ir a misa a la catedral.
“Somos franceses, vamos a intentar reconstruir Notre Dame como era antes, porque es un símbolo”, afirmó.