Una auditoría sobre el tratamiento de los derechos civiles en Facebook encontró “graves reveses” que obstaculiza el progreso de la red social en cuestiones como discurso de odio, desinformación y discriminación.
En mayo de 2018, Facebook contrató a Laura Murphy, exdirectiva de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) para evaluar su labor en cuestiones sociales vitales. El reporte de 100 páginas, publicado el miércoles, enumera en la compañía una “sucesión de progresos y reveses” en todos los aspectos, desde la falta de neutralidad de los algoritmos hasta su moderación de contenido, sus prácticas de publicidad y el tratamiento a la supresión de voto.
Met with Mark Zuckerberg and @Facebook leadership today. It was a disappointment. They have had our demands for years and yet it is abundantly clear that they are not yet ready to address the vitriolic hate on their platform.
— Rashad Robinson (@rashadrobinson) July 7, 2020
La auditoría recomienda que Facebook incorpore una “infraestructura de derechos humanos” en todos los aspectos de la compañía, así como una “interpretación más firme” de las políticas actuales de supresión de voto y acciones más concretas ante la falta de neutralidad de sus algoritmos. Las sugerencias no son vinculantes y no hay un sistema formal que obligue a Facebook a rendir cuentas por ninguna de las conclusiones del reporte.
“Aunque el proceso de auditoría ha sido significativo, y ha llevado a algunas mejores considerables en la plataforma, en los últimos nueve meses también hemos visto a la compañía tomar decisiones dolorosas con resultados en el mundo real que son reveses graves para los derechos civiles”, indicó el informe.
Entre esas medidas está la decisión de Facebook de eximir a los políticos de los sistemas de verificación de datos, incluso cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, difundió información falsa sobre el voto por correo. El director general de Facebook, Mark Zuckerberg, ha citado su compromiso con la libertad de expresión como motivo para permitir que esas publicaciones sigan visibles en la plataforma, a pesar de que la empresa tiene normas contra la supresión del voto que podría haber empleado para eliminar los comentarios de Trump o, al menos, para mostrar advertencias al lado.
Facebook anunció la semana pasada que empezaría a identificar los posts que incumplan las normas, incluso los de políticos. Pero no estaba claro si comentarios controvertidos de Trump en el pasado habrían incluido la advertencia. Las voces críticas llevan tiempo diciendo que el problema no son tanto las normas de Facebook como la forma en que se aplican.
“Cuando elevas la libertad de expresión como tu valor más importante, otros valores quedan relegados”, explicó Murphy a The Associated Press. La excepción para políticos, señaló, “prima el discurso de personas que ya son poderosas y menoscaba a las personas que no lo son”.
Más de 900 empresas se han sumado a un boicot a la publicidad en Facebook en protesta por su gestión de los discursos de odio y la desinformación.
Líderes de derechos civiles que mantuvieron una reunión virtual el martes con Zuckerberg y otros directivos de la empresa expresaron su escepticismo sobre las recomendaciones de la auditoría fueran aplicadas alguna vez, señalando que las sugerencias de otros reportes han sido ignoradas.
“Lo que tenemos son recomendaciones que al final no aplican”, dijo Rashad Robinson, director ejecutivo de Color for Change, uno de los muchos grupos de derechos civiles que lidera un boicot organizado a la publicidad en Facebook.
AP/OnCuba