Los líderes del Senado de Estados Unidos esperan que este jueves sus bases aprueben un acuerdo presupuestario que mantenga al gobierno operando más allá de la medianoche, pero el proyecto enfrenta aún la oposición de los demócratas liberales y de los republicanos más conservadores.
El acuerdo presupuestario alcanzado la víspera entre los líderes de ambos partidos en la cámara alta, que otorgaría al Pentágono y a programas nacionales 300,000 millones de dólares adicionales durante los próximos dos años, fue una victoria para los aliados republicanos del Pentágono y para los demócratas que buscan más proyectos de infraestructura y luchan contra el abuso de opiáceos.
Sin embargo, representa una derrota amarga para muchos demócratas liberales que trataron de usar la influencia del partido en el presupuesto para resolver la situación complicada de los “dreamers”, inmigrantes que fueron traídos a los Estados Unidos ilegalmente cuando eran niños y que ahora enfrentan la deportación.
El acuerdo no aborda la inmigración y algunos republicanos conservadores cercanos al Tea Party destruyeron esa posibilidad al calificarla como rompe-presupuestos.
Más allá de la cifra de 300,000 millones de dólares, el acuerdo presupuestario agrega casi 90,000 millones de dólares en ayuda para desastres para Texas, Florida y Puerto Rico.
Los líderes del Senado esperan que una vez aprobado el proyecto puedan enviarlo a la Cámara de Representantes para una votación de confirmación antes de que el gobierno comience a paralizarse esta medianoche. Sin embargo, quedan obstáculos por evitar lo que sería el segundo cierre de gobierno en un mes.
Voces en contra
Aunque los demócratas del Senado celebraron el momento como un indicio raro de bipartidismo –el líder de la bancada demócrata Chuck Schumer lo calificó como un “verdadero avance”–, los progresistas y los activistas los acusaron de dejar a los inmigrantes en el limbo legislativo.
La máxima figura demócrata en la Cámara de Representantes y una de las principales artífices del plan presupuestario, Nancy Pelosi, anunció su oposición el miércoles por la mañana y pronunció un discurso extraordinario durante todo el día en el pleno de la cámara baja, tratando de forzar a los líderes republicanos a prometer una votación posterior sobre una iniciativa que proteja a los inmigrantes más jóvenes.
“Dejemos que el Congreso haga su trabajo”, dijo antes de hacer uso de la palabra durante más de ocho horas sin descanso. “¿A qué le tienen miedo?”, agregó.
Pelosi pasó gran parte de la maratónica sesión leyendo cartas personales de los jóvenes inmigrantes, cuyas protecciones temporales de deportación están programadas para terminar el próximo mes. La demócrata por California citó la Biblia y al papa Francisco, mientras los demócratas se turnaban para ocupar asientos detrás de ella en una señal de apoyo.
La Oficina de Historia de la Cámara de Representantes indicó que se trata del discurso continuo más largo del que se tenga registro.
“Vean, están deportando a estas personas”, dijo Pelosi en su discurso. “Hoy podemos hacer algo para, por lo menos, socorrer a los niños”.
Mientras la líder demócarata hablaba en la Cámara de Representantes, activistas migratorios se manifestaban en Washington y amenazaban con repercusiones políticas contra los legisladores que abandonaron la estrategia de exigir que un acuerdo presupuestario esté ligado a uno en materia migratoria. Las nuevas amenazas dejaron al descubierto las profundas divisiones dentro del Partido Demócrata, que batalla para solucionar una prioridad liberal ante el Congreso, donde los republicanos son mayoría.
En juego está el destino de casi 1,8 millones de inmigrantes que fueron llevados en su infancia a Estados Unidos y viven allí ilegalmente. Muchos de los llamados “dreamers” podrían perder en las próximas semanas sus protecciones contra la deportación, que obtuvieron del gobierno de Obama en 2014 y que Trump canceló a finales del año pasado.
No hay tema más importante para los votantes más apasionados del Partido Demócrata, quienes insisten en que sus políticos rechacen cualquier acuerdo presupuestal que no incluya protecciones para los jóvenes inmigrantes, incluso si eso significa arriesgarse a un segundo cierre de gobierno este año.
La Casa Blanca respaldó el acuerdo presupuestario, a pesar de la amenaza del presidente Donald Trump un día antes de que preferiría el si los demócratas no aceptaban sus propuestas de inmigración.
El gobierno federal cerrará sus operaciones no esenciales a la medianoche de este jueves a menos que el Congreso apruebe un proyecto de egresos.
AP / OnCuba