Entre las personalidades del séptimo arte que acuden al 35 Festival de La Habana se encuentra el actor y realizador brasileño Lázaro Ramos, quien llega a esta edición como jurado de ficción. Ha protagonizado una veintena de filmes e igual número de puestas en escena y telenovelas, convirtiéndose en uno de los más laureados y reconocidos actores de su generación. Como realizador son varios los documentales y cortos que ha filmado y declaró a OnCuba que pronto comenzará a trabajar en su primer largometraje.
Sorprende por su dominio de nuestro idioma y por su gran sentido del humor y jovialidad, en especial para quienes lo recordamos en su papel de André Gurguel en la telenovela recientemente emitida Insensato Corazón, en la que se desdobló en el ególatra diseñador que a veces llegábamos a odiar por su lado insensible.
¿Con qué expectativas viene como jurado de ficción al Festival de La Habana?
Con mucha curiosidad de conocer y apreciar todo lo que exhiben. Hace algunos años gané el premio al mejor actor y no pude asistir. Esta es la ocasión de matar toda esta curiosidad porque todos mis amigos y colegas hablan maravillas de este Festival en el que hay una gran motivación del público hacia los filmes. Esta es la realización de un sueño de cualquier artista latinoamericano.
Desde su rol de jurado ¿qué considera debe que tener un buen filme para ganar un coral?
Una buena historia, no hay muchas fórmulas. Las películas que tienen grandes empeños más que subjetividades, siempre son las mejores. La primera vez que me he desempeñado como jurado fue hace unos meses en el Festival de Cine de Rio de Janeiro y fue muy difícil la selección porque hubo muy buenas películas. Pienso que aquí también sea complicado elegir por la gran calidad de los materiales en concurso.
¿Cuándo volveremos a verlo en otra telenovela?
Supe que recientemente pudieron ver Insensato corazón. El próximo año quizá puedan ver Lado a Lado, en la que trabajo con Patricia Pillar, quien también es muy conocida aquí y hace dos años fue jurado también de este Festival.
¿En qué está trabajando ahora?
Voy a empezar a rodar otra novela que se llama Generación Brasil.
¿Y cómo realizador?
He dirigido muchos cortos y documentales ahora pienso realizar mi primer largometraje que comienzo a filmar en 2015.Trata de dos primos que están enclaustrados en un mismo apartamento cuando el gobierno pone una medida provisoria. No puedo adelantar más.
¿Qué filmes cubanos conoce?
Conozco las dos películas de Pavel Giroud, y algunos de Tomás Gutiérrez Alea como Guantanamera y otras que han llegado a Brasil en festivales y muestras retrospectivas.
¿Qué temáticas prefiere como realizador?
No tengo ningún tema favorito, solo algo que me motive pero la relación entre padres e hijos ha sido siempre una temática que me ha interesado abordar. No sé por qué, pues no ha tenido ningún trauma, sino todo lo contrario, mi padre me acompaña en este viaje a La Habana y mi familia es muy unida. Pero la familia es recurrente en todo lo que hago.
¿Cuáles son los papeles que le gusta desempeñar?
Los antihéroes que me hacen infundir el maniqueísmo, en esa eterna lucha entre dos principios opuestos e irreductibles.
¿Qué opinión le merece este Festival como vitrina del séptimo arte de la región?
Con certeza una gran fiesta expositiva que muestra lo mejor del cine latinoamericano. La categoría de guión para mi es especial, porque siempre es un incentivo y empujón para que estas películas sean realizadas y luego vistas. Nosotros en Brasil tenemos un cariño inmenso por este Festival porque la historia de fraternidad entre ambas cinematografías es muy antigua.
¿Cómo valora la situación actual del cine latinoamericano?
Creo que estamos en un buen momento. Las cinematografías de Argentina, Chile, Perú y por supuesto Brasil están evolucionando. Empezamos a mirarnos nosotros mismos sin imitar ningún patrón extranjero, mucho menos el hollywoodense .
¿Y el estado actual del cine de Brasil?
Este es un momento excepcional del cine brasileño donde empezamos a disfrutar de nuestras verdaderas historias. Claro que siempre hay sus dificultades en cuanto al financiamiento y la distribución como en toda América Latina pero existe gran creatividad para compensarlo todo. Hay dos mercados, las comedias para el público interno que son la gran sensación y están de moda. Tiene títulos que comienzan a seducir al espectador y lo consume mucho. Muchos realizadores están inmersos en proyectos humorísticos pero hay otro cine que es mas actoral, que se consume en el mundo, es más polémico y más complejo, como algunas obras que están en esta selección y que ya vi en el Festival de Río. El cine brasileño contemporáneo es un espejo de su sociedad.
¿Cómo se ha sentido con el público cubano?
Ha sido increíble. Son muchas las demostraciones de cariño que he recibido desde el aeropuerto. Insensato corazón es un trabajo de hace cuatro años y estoy reviviendo esos momentos de interacción con el público que bromea sobre mi personaje en la calle, es muy divertido. El público cubano es muy especial. Estoy muy contento por el afecto de este pueblo hacia mí lo que es muy importante para un artista.
¿Es cierto que le encanta la música cubana?
Soy un apasionado de la música de este país. Espero cada noche ir a bailar. Estuve en 2008 como turista hospedado aquí y el primer día me encontré a Omara Portuondo en el lobby y me hice fotos con ella y quedé como loco de la emoción.
¿Qué ritmos prefiere?
Prefiero la música bailable, soy de cine pero también de baile.
Foto: AIN