María González es una cubana residente en Estados Unidos que reclamó desde el 2012 a sus hijos mayores de edad y casados a través del Programa Cubano de Parole. Con fecha de entrevista para el año 2020, su ya lejana esperanza quedó paralizada cuando en 2017 se suspendieron las entrevistas en Cuba para ese programa. Con el reciente cierre de la oficina estadounidense en Cuba dedicada a esos trámites, su incertidumbre es aún mayor.
“Nadie sabe nada no se habla nada y ahora aún peor pues cierra totalmente la oficina de USCIS en La Habana. Me pregunto hasta cuándo vamos a sufrir la separación de la familia”, dijo María a OnCuba a través de un email.
Al igual que ella, miles de familias cubanas se enfrentan a una separación prolongada por las recientes desavenencias entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos. Muchos quedaron con sus trámites pagados y todos los documentos listos. Más de un año después, no han recibido respuestas.
El programa conocido como Parole (CFRP), uno de los trámites migratorios especiales para cubanos, se gestionaba a través de la oficina nacional de los servicios estadounidenses de inmigración y ciudadanía, en inglés US Citizenship and Immigration Services (USCIS) en La Habana.
El 29 de septiembre de 2017, el Departamento de Estado ordenó a todo el personal no esencial y sus familias que salieran de La Habana debido a una amenaza aún no identificada que afecta la salud y la seguridad de algunos empleados de la Embajada de los Estados Unidos en La Habana. El gobierno de los Estados Unidos redujo más del 60 por ciento de su personal en la embajada de La Habana, debido a los daños a la salud de varios de sus funcionarios supuestamente por “ataques acústicos”, un misterio todavía sin resolver y que continúa generando titulares.
Una funcionaria y vocera de USCIS dijo a OnCuba que “como tal, las operaciones de USCIS han sido suspendidas casi en su totalidad desde entonces. No hay un plan a corto plazo para reanudar las operaciones de USCIS en Cuba”.
Por su parte, el abogado de inmigración Abelino González, con oficina en Miami, aclaró a OnCuba que el cierre de la oficina de USCIS en La Habana es una mera formalidad, “pues prácticamente no realizaban ningún trámite consular”.
“Es necesario aclarar que la embajada no está cerrada. Lo que cerró fue la oficina de USCIS, que es paralela pero no necesariamente pertenece a la embajada. Son cosas completamente diferentes”, explicó González.
Según González, “los refugiados han estado reducidos también debido a las políticas de Trump, que no solo prohibió recibir personas de ciertos países, sino que redujo el número total de personas que pueden entrar con esa categoría en determinado tiempo. Cuba está a la par de lo que sucede en cualquier parte del mundo con respecto a pedir refugio en Estados Unidos”, explicó.
“Para los efectos reales, la embajada en la actualidad realiza menos trámites consulares que cuando existía la oficina de intereses”, comentó González.
La reducción del personal diplomático en La Habana implicó que se suspendieran los trámites de visas desde La Habana, excepto las visas humanitarias, y las entrevistas para el programa de Parole quedaron prácticamente paralizadas. Las visas de inmigrante, atendidas por el Centro Nacional de Visas en Estados, comenzaron a tramitarse en Colombia y luego en Guyana, donde continúan en la actualidad. Las visas de turismo y otras visas de no inmigrantes se comenzaron a tramitar en cualquier otra embajada estadounidense del mundo.
Mientras tanto, en Cuba quedaban en el limbo otros servicios que ofrecía USCIS, como la atención a una persona que perdía en Cuba su residencia permanente de Estados Unidos, o los trámites para una persona que deseaba renunciar a su residencia, así como los ya mencionados programas de refugiados, de parole y el programa de Parole médico.
Con la decisión tomada el 10 de diciembre, el Departamento de Estado asumirá “ciertos servicios previamente manejado por USCIS en La Habana”, se publicó en la página web de USCIS.
Los paroles siguen en el limbo
Con la medida anunciada el lunes, algunas funciones se asumen en la oficina de USCIS de México, exceptuando lo relativo al Parole, los refugiados y el Parole médico. Hasta el momento se desconoce qué puede significar esta medida para estos programas, prácticamente detenidos desde 2017.
“Yo creo que es un paso que llevará a tomar una decisión definitiva sobre el programa de Parole. Hay que esperar”, dijo González.
Quedarían entonces dos opciones: que se recomiencen los trámites de Parole en la oficina de México (o en cualquier otra oficina regional) o que se suspenda definitivamente.
Si el programa de Parole queda definitivamente anulado, Estados Unidos violaría el convenio de 1994 con Cuba de entregar 20 mil visas anuales, algo que ya se incumplió en el año fiscal 2018. Sin embargo, esto no tendría prácticamente ninguna implicación legal y Estados Unidos podría decidir no seguir el convenio, variarlo o buscar otra alternativa.
“No hay una corte internacional que obligue a Estados Unido a cumplirlo, por lo que no habría implicaciones legales. Sin embargo, esto abriría la puerta para que Cuba tampoco cumpla su parte del acuerdo o cualquier otro arreglo migratorio o de otro tipo estipulado entre los dos países”, dijo González.
Mientras tanto, cubanos residentes en Miami han presionado en los últimos meses a los políticos locales, en busca de una respuesta que no llega.
Marco Rubio no tiene respuesta para las familias cubanas separadas
Algunos datos importantes
1-A pesar de haber reducido al mínimo su personal y servicio, la embajada de Estados Unidos NO está cerrada en La Habana. La oficina dedicada a atender ciudadanos estadounidenses continúa abierta. Las funciones diplomáticas siguen también, lo reducido es el consulado.
2-Las visas humanitarias siguen tramitándose desde La Habana.
3- Las entrevistas para visas de turismo se pueden realizar en cualquier embajada estadounidense del mundo.
4- Las entrevistas para los trámites de visa de inmigrante continúan atendiéndose en Guyana.
5-La revisión de documentos antes de presentarse a la entrevista para la visa de inmigrante en Guyana, se realiza en la embajada de La Habana.
6- En el caso de los programas de Parole, lo que está paralizado son las entrevistas, no las aplicaciones para el Parole en sí. Las entrevistas continúan detenidas temporalmente.
7-Si se suspende definitivamente el programa de Parole, los interesados pueden valorar con sus abogados cambiar el caso para obtener visa de inmigrante (un proceso que puede demorar años, en dependencia de cada caso).
Como madre y abuela me siento muy triste y disgustada con estas leyes que nos mantienen por un tiempo indefinido alejada de nuestros seres queridos y lo mejor es que quienes las imponen viven junto a los suyos. Ojalá se haga justicia con esta crueldad y mala fe. Que Dios nos ayude