La Administración del presidente Joe Biden enfrenta un récord histórico con la llegada en marzo pasado a la frontera de EE.UU. con México de 18.890 inmigrantes menores de edad solos, la cifra máxima para un solo mes desde que la actual autoridad migratoria empezó a contabilizar esos datos en 2009.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), el número de niños interceptados en marzo dobla el total de febrero, cuando esa agencia detuvo 9.271 pequeños.
El dato confirma que el sistema de procesamiento de la Patrulla Fronteriza está lidiando con una situación compleja agravada por la pandemia de coronavirus, tal como lo ha admitido el Gobierno y las organizaciones proinmigrantes, y que apenas es comparable con la que afrontó su antecesor Donald Trump.
En mayo de 2019, bajo el Gobierno de Trump, 11.475 pequeños fueron detenidos en la frontera con México, desde donde atravesaron hasta suelo estadounidense en ese mes 132.856 inmigrantes indocumentados, algo que el entonces mandatario calificó como una “crisis”.
La Administración de Biden prefiere no hablar de crisis en un momento en el que está soportando la presión de organizaciones de ayuda a inmigrantes y de dirigentes republicanos que cuestionan la política del líder demócrata.
Récord mensual en 20 años
Pero las cifras de la CBP en marzo revelan que las detenciones de inmigrantes indocumentados en la frontera con México alcanzaron su mayor nivel mensual en 20 años.
El mes pasado, los agentes fronterizos interceptaron en total a 172.331 indocumentados, un aumento del 70,6 % respecto al total de 101.028 de febrero de este año, según los datos actualizados este jueves por la CBP.
De los más de 172.000 inmigrantes interceptados en marzo, 168.195 fueron capturados por la CBP al cruzar irregularmente, mientras que otros 4.136 llegaron a las garitas de ingreso de la frontera, donde en muchos casos son declarados “inadmisibles”.
La cifra de 168.195 detenidos en zonas entre puertos de entrada es la mayor en un solo mes desde marzo de 2001, cuando la CBP arrestó a 170.580 indocumentados, según datos oficiales de la agencia revisados por la agencia Efe.
Ese récord inédito en dos décadas, sumado al máximo histórico en la llegada de menores solos, aumenta la presión sobre el Gobierno de Biden, cuyo secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, visita este jueves por tercera vez la frontera sur, al desplazarse a El Paso y McAllen, en el estado de Texas.
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Niños, una preocupación de larga data
La migración de pequeños ha sido, sin embargo, una preocupación para las recientes Administraciones estadounidense.
En junio de 2014, el entonces presidente Barack Obama —de quien Biden fue vicepresidente—, contabilizó 10.620 menores que llegaron a la zona limítrofe en pleno auge de la crisis migratoria que ocupó ese año a su Gobierno.
Esta vez, la opinión pública estadounidense está sensibilizada frente a la situación de los migrantes menores de edad, especialmente después de la política de tolerancia cero, bajo la cual se amparó Trump para separar a los pequeños de sus padres arrestados en la frontera.
También siguen en la mente de los estadounidenses las denuncias sobre las precarias condiciones que los niños enfrentaban en los centros de detención a los que eran enviados durante el Gobierno del republicano.
Justo esta semana, el video de un niño nicaragüense de 10 años que fue abandonado en la frontera y lloraba desconsolado en busca de ayuda cuando fue hallado por la Patrulla Fronteriza evidenció la gravedad de la situación a la que se exponen los pequeños en su intento por alcanzar suelo estadounidense.
“Escenas como esta son muy comunes, ya que los contrabandistas continúan abandonando a los niños en áreas desoladas, sin consideración alguna de su bienestar”, advirtieron las autoridades fronterizas estadounidense en un comunicado.