Algunas imágenes sí valen más que mil palabras y el spot promocional del XXIV Festival Internacional de Ballet de La Habana confirma la apuesta definitiva del Ballet Nacional de Cuba (BNC) por el género clásico dentro de la danza.
Aunque pueda parecer una sencillez no lo es en tiempos en los que ese estilo atraviesa grandes dificultades económicas que frenan la multiplicación de puestas y favorecen la creación contemporánea, más realista y escueta en recursos escenográficos y de vestuario. De hecho, la mayoría de los participantes extranjeros en el evento se inscribieron con obras neoclásicas y modernas, comúnmente desligadas de los tutús y las zapatillas de puntas. El spot televisivo resalta con elegancia el credo de la compañía anfitriona, en pro de la conservación de una herencia centenaria.
El inicio en blanco y negro y la sucesiva intromisión de colores facilitan el traslado de dimensión temporal, de un pasado más singular a un presente colmado por una diversidad de talentos, de historias plurales y un compañerismo raro en épocas anteriores. La elección de una frase musical del clásico francés Charles Gounod para fondo del audiovisual, remueve fibras románticas y complementa el magnetismo de los jóvenes protagonistas.
El producto promocional se regodeó en instantes normalmente vedados para el público: un momento de la transformación del ser humano común en un personaje del repertorio universal. De cierto modo, esta curiosa violación de la intimidad rescata la acepción originaria de teatro, una palabra oriunda del griego que designa un “lugar para contemplar”.
“Este spot es una manera de llevar al espectador a través de la magia y la fantasía del mundo del teatro desde el camerino hasta la función”, declaró a OnCuba el periodista y fotógrafo cubano Gabriel Dávalos, realizador del material junto al diseñador Raúl Muñoz.
La XXIV edición del festival enarbola como lema “Por Shakespeare, la danza”, en celebración del 450 aniversario del nacimiento de quien está considerado el escritor más importante en lengua inglesa, pese a un sinfín de polémicas que ponen en duda la autoría de sus obras y hasta su propia existencia.
“Hablar de Shakespeare es hablar de teatro”, recordó Dávalos y en verdad el apellido del bardo inglés es una marca asociada a obras cuyas reflexiones llegan a nuestros días con una vigencia sobrecogedora. No en vano la mayoría de sus piezas todavía recorren el mundo e inspiran a creadores de las más diversas ramas del arte.
La danza sucumbió a esa tentación hace mucho, algunos coreógrafos tradujeron en gestos con más tino que otros. Es una lástima que el programa del festival internacional no incluya mayor diversidad de estilos infundidos a obras de Shakespeare en todo el planeta.
La idea original de Dávalos rompió con la línea de la mayoría de los productos promocionales del BNC, mayormente dedicados a perpetuar la imagen de la actual directora Alicia Alonso, de 92 años de edad. Merece aplausos la aprobación de un proyecto en torno a la juventud que hoy lleva a cuestas el prestigio de la compañía.
El audiovisual reconoce el esfuerzo de las figuras actuales en pro de una imagen que construyen a base de múltiples acciones previas; pues nadie nace con zapatillas puestas y antes de emprender una oleada de saltos, giros y levantamientos de piernas los bailarines precisan calentar músculos y además conseguir un maquillaje efectivo para teatro, acorde con el papel a interpretar.
De acuerdo a la intención de Dávalos, el spot subraya la idea de que el espectáculo va más allá de la puesta en escena el día de una función.
Ante la carencia de equipamiento profesional, el periodista apeló a su creatividad. La tarde anterior al día de filmación, sofocó las energías de familiares y amigos en sucesivos ensayos sobre una silla de ruedas, para estudiar el plano en mente. Horas después, atravesaría media Habana con dos tuberías plásticas de agua, rumbo al Teatro Nacional. Con ambos tubos y precinta ordinaria, Gabriel construyó sobre el escenario de la sala Avellaneda un dolly para subir un trípode ajustado a una cámara. Ni siquiera el aparato de filmación era de alcurnia, en aquellas tablas los únicos recursos profesionales fueron los humanos.
Las principales figuras del BNC accedieron a mostrar instantes del proceso de preparación de los personajes de algunas de las obras clásicas más célebres como “El lago de los cisnes”, “Giselle”, “Don Quijote” y “Romeo y Julieta”. Vestir trajes de tanta tela en una tarde de pleno verano habanero, con exceso de calores y las luces de escena más próximas de lo habitual, fue casi un acto heroico. Bailarines, maestros y el personal técnico de la compañía cooperaron muchísimo en las dos horas dispuestas por el teatro para este trabajo.
La XXIV edición del Festival Internacional de Ballet de La Habana transcurrirá del 28 de octubre al 7 de noviembre con la participación de compañías de Estados Unidos, Francia, Suiza, Argentina y Cuba. Pese a no incluir tantas obras de Shakespeare en su programación, ni conjuntos ingleses, el spot publicitario del evento traslucirá un espíritu coherente con los manifiestos característicos del célebre autor que en una de sus piezas advirtiera: “el mundo entero es un teatro”. En otras obras no lo dijo explícitamente pero lo dio a entender más de una vez y las pruebas de su razón no envejecen.
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EXITOS SEGUROS A MI BALLET NACIONAL DE CUBA DONDE TRABAJE VARIOS ANOS COMO DIRECTOR DEL GARCIA LORCA DONDE BAILA EL MISMO Y EN CUYA PRESTIGIOSA COMPANIA MI HIJO OSMAY MOLINA LLEGO A PRIMER BAILARIN Y BAILO CON ELLOS MJCHO TIEMPO EN CUBA Y EN EL EXTRANJERO, FELICIDADES ANTICIPADAS BNC Y SU DIRECTORA ALICIA ALONSO Y TODOS SUS BAILARINES, MAITRES, PROFESORES, COREOGRAFOS, Y TODO EL PERSONAL TECNICO Y ADMINISTRATIVO, DIOS LOS BENDIGA A TODOS