El príncipe Andrés, tercer hijo de la reina Isabel II de Inglaterra, ha sido prácticamente expulsado de la Corte británica por un escándalo de índole sexual en el contexto del caso de Jeffrey Epstein, quien manejó una red de prostitución de menores por la cual fue encauzado, pero murió en la cárcel en 2019 sin ser juzgado, aparentemente por suicidio.
Andrés ya prácticamente no hacia vida pública y sufrió el martes un fuerte revés cuando un juez de Nueva York rechazó un pedido del príncipe para que el caso fuera anulado por su principal acusadora no reside en Estados Unidos.
En el fallo, el juez Lewis Kaplan dictaminó que la moción para desestimar la demanda civil presentada en el verano de 2021 por Virginia Giuffre, una de las víctimas de los delitos sexuales del multimillonario empresario estadounidense Jeffrey Epstein, debe ser “negada en todos los aspectos”.
Según la denuncia, las supuestas agresiones sexuales por parte del tercer hijo de la reina de Inglaterra tuvieron lugar en 2001, cuando Giuffre tenía 17 años.
Ahora, tras el consentimiento de la Reina Isabel II, su hijo ni siquiera puede ser tratado como “Su Alteza Real”, ha tenido que abandonar sus responsabilidades sociales encargadas por la monarca y queda por decidir qué pasará con sus títulos militares y condecoraciones, aunque él ya renunció a todo eso. Falta oficializarlo por decisión de Isabel II.
En un comunicado, la Reina indicó, apenas, que su hijo “seguirá sin desempeñar ningún cargo público y está defendiendo este caso como ciudadano privado”.
Andrés ya había sido desterrado en gran parte de la vida pública. Pero siguió ostentando una serie de títulos militares honoríficos, lo que despertó las protestas de exmiembros de esas unidades, ante los cargos judiciales que pesaban sobre él.
Más de 150 veteranos de la marina y el ejército británicos habían escrito a la monarca pidiéndole que despojara a su hijo de todos sus rangos y títulos militares después de la decisión del juez estadounidense. En una carta conjunta dijeron que estaban “molestos y enojados” porque Andrés “desacreditó los servicios con los que está asociado”.
El palacio de Buckingham enfatizó en el corto comunicado que “con la aprobación y el acuerdo de la reina, las afiliaciones militares y los patrocinios reales del duque de York han sido devueltos a la reina”.