Cuenta un mito “feminista” que la conmemoración de cada 8 de Marzo como Día Internacional de la Mujer tiene su origen en que, en esa fecha pero de 1857, unas 129 obreras textiles murieron quemadas a causa de una huelga por mejores condiciones de trabajo en una fábrica ubicada en Nueva York. Se ha divulgado que los patrones las dejaron encerradas e incendiaron el lugar con ellas dentro. Además, se le atribuye el color morado distintivo de las luchas feministas y por los derechos de las mujeres a que ese día, en esa trágica historia, las telas que trabajaban las obreras eran de color lila.
Fue L´Humanité, el periódico del Partido Comunista Francés el que, en la víspera del 8 de marzo de 1955, hizo por primera vez alusión a esta huelga, aunque sin más añadiduras. Años más tarde, en 1966, el boletín de la Federación Internacional Democrática de las Mujeres de la extinta RDA vincula las celebraciones del 8 de marzo con la huelga de 1857, y es a partir de esta publicación donde se detalla la tragedia de las obreras neoyorkinas. Finalmente, el relato termina de cristalizarse en 1970 mediante el boletín Mujeres-Periódico de la Liberación en Estados Unidos, consolidándose el mito de las huelguistas quemadas de 1857.
La historiadora canadiense Renée Côté1 comprobó la inexistencia de estos hechos mediante exhaustivas investigaciones durante el período aproximado de diez años, confirmando que la huelga nunca tuvo lugar un 8 de marzo, ni hubo 129 obreras quemadas vivas, ni siquiera en el año 1857 ese día había sido laborable puesto que era domingo. También las feministas italianas Tilde Capomazza y Marisa Ombra2 investigaron acerca de esta alegórica fecha llegando a la misma conclusión: la “novela” de la huelga de 1857 es ficticia.
Sin embargo, la historieta no se convirtió en mito sin contener al menos una parte de realidad. Ciertamente, durante finales del siglo XIX e inicios del XX las mujeres trabajadoras en Europa y Estados Unidos laboraban en situación de altísima precariedad, proliferaron las fábricas de industria textil cuya mano de obra era altamente feminizada y las mujeres de clases empobrecidas, proletarias y obreras se organizaron para reclamar sus derechos.
El origen proletario y socialista del 8 de marzo en Europa y Estados Unidos
No se puede pensar en el 8 de marzo como una fecha elegida al azar para “celebrar la existencia de las mujeres” sin analizar las causas y condiciones que llevaron a que las mujeres y, sobre todo, sus luchas tuvieran impacto internacional y político significativos lo suficiente como para que se les dedicara un día del almanaque.
La celebración por las Naciones Unidas del Día Internacional de la Mujer (1975) y la proclamación de esta fecha desde 1977 tienen antecedentes en los movimientos de mujeres socialistas de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, vinculados también a los partidos socialistas, a las mujeres trabajadoras de las fábricas textiles y a los movimientos de mujeres sufragistas.
La fecha, por tanto, es importante analizarla como una serie de eventos históricos, políticos y sociales, en donde la lucha de las mujeres por la satisfacción de sus demandas es su eje fundamental. Estas demandas no se circunscriben únicamente al derecho al voto, ni fue el movimiento sufragista el único que marcó pautas en las luchas de las mujeres organizadas. A continuación, compartiré los antecedentes más relevantes:
- En 1907 nace la Internacional Socialista de Mujeres que celebra la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en Stuttgart, Alemania. A ella asistieron las reconocidas militantes socialistas Clara Zetkin (secretaria general de la Internacional), Rosa Luxemburgo y Alexandra Kollontai. Algunas de las principales resoluciones tomadas fueron que todos los partidos socialistas debían luchar por el sufragio femenino; la elaboración de una estrategia política para articular o integrar a las mujeres obreras a los partidos socialistas; y continuar con las demandas por la reducción de la jornada laboral y por el derecho a la sindicalización.
- El 3 de mayo de 1908, la Federación de los Clubes de Mujeres de Chicago tomó la iniciativa, de manera independiente al Partido Socialista de América 3, de organizar un “Woman´s Day” (Día de la Mujer), en uno de los teatros de esa ciudad. Entre los temas principales abordados en el orden del día se encontraron: la educación de la clase trabajadora; y la relación entre las mujeres y el Partido Socialista de ese país.
- El 28 de febrero de 1909, el Partido Socialista Americano de Estados Unidos celebró el primer Día de la Mujer para las socialistas que integraban el Partido. Se realizaron manifestaciones y mítines en reclamo de las reivindicaciones de las mujeres trabajadoras y obreras.
- En noviembre de 1909, se produce el llamado “Levantamiento de las 20 mil” o “Insurrección de las 20 mil”. Fue una de las mayores huelgas promovidas por mujeres en los Estados Unidos que duró más de diez semanas, y en la que participaron más de 20 mil personas 4, la inmensa mayoría mujeres, y de estas, la mayoría jóvenes migrantes de origen judío. Encabezada por miles de trabajadoras textileras de fábricas, talleres y de sus mismas casas, en la huelga se denunciaban sus terribles condiciones laborales, sus ínfimos sueldos (ellas cobraban entre 3 y 4 dólares a la semana mientras los hombres cobraban entre 7 y 12), jornadas de hasta 75 horas semanales, sin garantías de seguridad y salubridad, en su gran mayoría subcontratadas sin derechos laborales 5. La mujer que lideró la huelga fue Clara Lemlich.
- Los días 25 y 26 de agosto de 1910 se celebra en Copenhague, Dinamarca, la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas. Fue Clara Zetkin (en representación del Partido Socialdemócrata de Alemania) quien propuso fijar un día de lucha por los derechos de la “Mujer Trabajadora” y desarrollarla en todos los países del mundo, en homenaje a las mujeres que dieron su vida o lucharon contra la explotación capitalista, por la transformación social y por el sufragio universal. Al Congreso asistieron más de 100 mujeres de 17 países. Allí se discutió acerca de la guerra y se convocó a luchar también contra el militarismo y el chauvinismo. Se tomaron acuerdos sobre el Programa Integral de Defensa de la trabajadora embarazada y madre, definido en el evento; se abogó por el reconocimiento de la maternidad y su valor social, sin importar el estado civil de las madres ni la forma familiar que esta asuma. Asimismo, se resolvió demandar la revisión del delito de infanticidio en las leyes penales, toda vez que eran las madres abandonadas la mayoría de las condenadas. Se declararon en contra de la influencia religiosa sobre la vida de las mujeres, y también contra las redes de explotación sexual. Zetkin se opuso con contundencia al voto calificado que proponían las sufragistas burguesas y denunció la colaboración de los socialistas ingleses hacia esta petición clasista. Planteó que la igualdad política mediante el sufragio tenía que comprender las reivindicaciones de la clase obrera, de ahí que el sufragio universal para todas las mayores de edad no podía subordinarse a la posesión de títulos de propiedad, ni a impuestos, ni a la educación o cualquier otro impedimento para la clase obrera, como así aspiraban los movimientos de mujeres burguesas. Subrayó que el movimiento socialista de la mujer no obtendrá de las mujeres burguesas una lucha en conjunto, sino con los partidos socialistas.
- El 19 de marzo de 1911, como resultado de los acuerdos de la Segunda Conferencia, se celebró el primer Día Internacional de la Mujer Trabajadora en Dinamarca, Alemania, Austria y Suiza. En otros países de Europa se celebró en otras fechas, según los acuerdos tomados por cada partido. En Alemania, más de 30 mil mujeres se manifestaron a pesar de la represión. En ciudades más pequeñas, se realizaron mítines y debates. Alexandra Kollontai (comunista, feminista y revolucionaria rusa) afirmó que después de las celebraciones por cada Día de la Mujer Trabajadora en los diferentes países, muchas mujeres se unieron a los partidos socialistas y a los sindicatos; destacó también un aumento de la conciencia política.
- El 25 de marzo de 1911, en Nueva York, Estados Unidos, un incendio destruyó gran parte de la fábrica textil “Triangle”. Este taller de camisas, uno de los más importantes de la ciudad, se había rehusado a firmar el Acuerdo que alcanzaron las trabajadoras cuando ocurre “la sublevación de las 20 mil”. Al producirse el incendio, se detectó que no había salidas de emergencia y las puertas de acceso se encontraban bloqueadas por los patronos para impedir que las trabajadoras pudieran hacer descansos o paradas. Murieron 146 trabajadoras, la mayoría migrantes de origen judío e italianas. Estos hechos dieron lugar también al mito de las huelguistas quemadas de 1857.
- El 23 de febrero de 1913 (equivalente al 8 de marzo) 6 se organizó el primer Día Internacional de la Mujer en Rusia. En el marco de la asamblea se debatió acerca de la jornada laboral, salarios miserables, precarización del tiempo para la atención a la familia y al propio desarrollo personal, se denunció el acoso y los abusos sexuales de los capataces de las fábricas contra las mujeres y se apeló a los sindicatos para que protegieran a las trabajadoras y las defendieran de los administradores. Llamaron a la organización de las mujeres y familias proletarias y a marchar juntos en los espacios públicos. Las condiciones de las mujeres trabajadoras que antecedieron a la fecha eran similares a las de otros países de Occidente. La mayoría de la fuerza de trabajo industrial rusa (más del 60%) eran mujeres, aunque solo representaban el 6% en los sindicatos en 1912. La falta de organización era evidente y esto incidía en su tasa de explotación: las mujeres debían trabajar por la mitad o los dos tercios del salario de un hombre. Una de las consecuencias directas de este evento fue que el periódico del Partido Bolchevique Pravda comenzara a destinar una página a la lucha de la Mujer trabajadora y para 1914 sacaban el periódico Rabotnista destinado a las trabajadoras. En ese año, el lema “Por el voto a las mujeres que trabajan”, el partido y las mujeres ya alcanzaban mayor organización.
También el 8 de marzo tiene vínculos con la Revolución rusa de 1917. En medio de la Primera Guerra Mundial y de la hambruna, las socialistas rusas continuaron organizando el Día de la mujer y, el 23 de febrero (8 de marzo en el calendario gregoriano) estalla la huelga de las tejedoras y modistas de Petrogrado, quienes exigían “pan y paz”.
Las obreras de algunas fábricas textiles se declararon en huelga y enviaron delegadas al sector metalúrgico para que respaldaran el movimiento, sorprendiendo tanto al régimen zarista como a las propias organizaciones socialistas que habían indicado su prohibición. Varios estudios indican que la huelga general de las mujeres proletarias rusas contra la guerra y contra la precarización de la vida indicó el comienzo de la Revolución rusa y la caída del Zar.
“Descafeinar” el 8 de marzo, despolitizar las luchas
La conmemoración del 8 de marzo no ha sido el único suceso al que medios, grupos sociales y organizaciones internacionales hegemónicos le han borrado sus orígenes socialistas y la raigambre de las luchas radicales de las mujeres organizadas. Solo un dato sutil ha sido el propio nombre con el cual las Naciones Unidas determinaron la celebración de la fecha: Día Internacional de la Mujer, a secas (en singular, con carácter universal y a la vez individual, eliminando el acento sobre las trabajadoras, proletarias, empobrecidas, migrantes, y tachando su espíritu colectivo y de protesta).
De manera similar ha sucedido con el Movimiento de Liberación de las Mujeres, iniciado fundamentalmente en Estados Unidos a partir de finales de los años sesenta, en medio de un contexto económico y político en el que se desataron luchas protagonizadas por personas negras, homosexuales, mujeres, migrantes latinas, indígenas o nativas, etc., contra múltiples formas de opresión, y también contra la guerra en Viet Nam y demás designios imperiales. El movimiento nace de la escisión de mujeres y feministas del “feminismo liberal” liderado por Betty Friedan y su organización NOW.
Muchos estudios coinciden en que el “feminismo radical“ nace con el Movimiento de Liberación de la Mujer, inspirado y nutrido por la lucha por los derechos civiles de las personas negras, el movimiento estudiantil de Nueva Izquierda 7, organizaciones de mujeres socialistas y por la lucha de las personas LGBT. Su composición fue marcada por mayoría de mujeres negras, lesbianas, blancas empobrecidas, trabajadoras explotadas, militantes herederas de la lucha de clases y la izquierda, quienes cuestionaban el sexismo pero además el racismo, la homofobia y el capitalismo.
Ley de Salud Pública y derechos de las mujeres y de la comunidad LGTBIQ+
Actualmente, cuando se habla de “liberación femenina”, nadie recuerda estas luchas colectivas radicales, más bien se enfatiza en la autonomía individual y sexual de las mujeres, desconectando la raíz estructural del patriarcado, del clasismo, del racismo, entre otras opresiones sociales que hacen posible las asimetrías de poder.
La saturación de postales, flores y regalos enalteciendo la ternura de la mujer, tiene antecedentes en estas dinámicas de despolitización y de borramiento de la memoria histórica de las luchas de las mujeres, más allá de los contextos particulares de cada país. En los centros de trabajo (al menos en América Latina y el Caribe) se festeja el hecho de haber nacido mujeres (biológica y excluyentemente hablando). Después de las animadas felicitaciones, volvemos a nuestros rincones de desigualdad, discriminación y violencia… por ser mujeres (en el sentido más diverso).
Leer las postales con flores, comernos el cake (pastel) y alegrarnos, por supuesto, del festejo. Después lavar los platos, organizar, limpiar la suciedad de la fiesta. Las desempleadas esperarán en sus casas dinámicas similares si hay dinero en el hogar como para un regalo. Y así, hasta el próximo 8 de marzo, en que se nos vuelva a “reconocer” nuestra existencia.
Notas:
1 Coté,Renée. 1984. La Tournée Internationale des Femmes ou Les varaies des mystérieuses origenes du 8 mars. Jusqu’ici embroullées, truquées, oubliées. Les Editions de Rémue, Menage, Montreal. Citado en Sobre el 8 de Marzo, día internacional de la mujer trabajadora.
2 Capomazza, Tilde. Ombra, Marisa. 1985. 8 de marzo. “Historia, mito, rito del Día Internacional de la Mujer”. Cooperativa Utopía, Italia. Citado en Sobre el 8 de Marzo, día internacional de la mujer trabajadora.
3 De corte socialdemócrata, más tarde es conocido como Partido Socialista de Estados Unidos. En 1919, el ala más radical de izquierda se escinde y funda un nuevo partido, el Partido Comunista de América.
4 Algunos estudios indican que sumaron un total de 40 mil personas, de ellas el 70% mujeres.
5 La huelga se levantó en febrero de 1910, y fue considerada una victoria parcial pues se logró una jornada laboral de 52 horas (previo a la huelga oscilaba entre 65 y 75 horas), 4 días de vacaciones pagadas, sin discriminación para los trabajadores sindicalizados y con posibilidades de negociación colectiva de sus sueldos.
6 En aquellos años había una divergencia entre el calendario juliano de la iglesia ortodoxa rusa (23 de febrero), entonces vigente en Rusia, y el calendario gregoriano (equivalía al 8 de marzo).
7 Los movimientos estudiantiles asociados a la corriente de la Nueva Izquierda estadounidense en los años sesenta tuvieron como referentes clave a Charles Wright Mills y Herbert Marcuse, este último heredero del pensamiento crítico de la Escuela de Frankfurt. La Nueva Izquierda planteaba la necesidad de teorizaciones críticas, racionalistas, estructuralistas, pacifistas y utópicas acerca de la realidad de la época mediante la tríada teoría-práctica-crítica. La Nueva Izquierda no solo consideraba que los sectores proletarios y marginalizados fueran los únicos impulsores de un cambio social radical, sino además los estudiantes y los intelectuales, cuestionando así el sujeto político-histórico revolucionario, convirtiéndolo en plural. Fueron críticos de la derecha y de la llamada “vieja izquierda” entendida como el marxismo ortodoxo hegemónico.
Fuentes consultadas:
Alexandra Kollontai. Autobiografía de una mujer emancipada
El origen socialista del 8 de marzo
Historia del 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora
El verdadero origen del 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora
El origen colectivo del 8 de marzo
Historia: los orígenes del día internacional de la mujer
El Levantamiento de las 20.000
Los orígenes socialistas del Día Internacional de la Mujer y el periódico Rabotnitsa
Día Internacional de la Mujer. Cuando la historia cambió
Historia del feminismo IV. Las mujeres socialistas
Internacional socialista de Mujeres
Movimiento de Liberación de la Mujer en EEUU: “Ahora trabajamos para nosotras”
La liberación feminista en los años de la crisis, 1960-1969
Feminismo liberal y radical: la década de 1960 en EE. UU.