“Fátima no se rinde, Fátima es inmortal”. Así termina el cuento de Miguel Barnet Fátima o El Parque de la Fraternidad premiado con el Juan Rulfo en 2006 y llevado al cine por el actor y cineasta Jorge Perugorría.
Esta frase inspiró a Perugorría (Afinidades, 2010; Amor crónico, 2012; Se vende, 2012) a realizar su cuarta película, coproducida entre el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y la productora NMP sociedad anónima.
“Me encantó Fátima porque de alguna manera la vida desde pequeño le pone muchos obstáculos, pero su espíritu de lucha y de perseverancia no le hacen abandonar sus sueños. Esto me fascinó. La gente que no se rinde es admirable y la perseverancia me encanta, el hecho de levantarse con más fuerza al caerse, de superar los obstáculos, es memorable. Porque en un mundo como en el que vivimos hoy día en que todos tenemos tantos problemas, tantas contradicciones, conflictos y dudas, transmitir ese sentido y construir un personaje con esa fuerza, vitalidad y que se imponga a los problemas, creo que es importante,” expresó el cineasta.
Esta recién concluida versión cinematográfica tendrá su estreno en la venidera edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano que comienza este jueves. Un vez más la obra de Barnet, actual presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), irrumpe en el celuloide. Hace un cuarto de siglo Enrique Pineda Barnet dirigió la aclamada cinta La Bella del Alhambra basada en su novela Canción de Rachel, y publicada en la Isla en 1969.
Fátima es un drama que transcurre en un solo día, en unas seis horas en las que al personaje le pasa toda su vida por la mente. Mediante disímiles flashbacks, el protagonista recuerda desde que, siendo un adolescente, tiene una visión de la Virgen de Fátima hasta la actualidad. Se ve en el filme desde su temprana juventud, cómo se convierte en un travesti, con todas las implicaciones que esto tiene en su vida hasta que arriba a los cuarenta.
La trama del largometraje se desarrolla desde la década del ochenta hasta nuestros días. Como el mismo título lo indica, la mayor parte de las filmaciones fueron en el céntrico Parque de la Fraternidad, y zonas aledañas de la Habana Vieja y Centro Habana. Supuestamente se desarrolla en Madruga (provincia Mayabeque) la parte de la juventud de Fátima, grabada en Artemisa, por la cercanía, durante las seis semanas que duró el rodaje en septiembre del pasado año.
OnCuba conversó con Perugorría, quien en este Festival participa como actor en otros tres filmes (La pared de las palabras, Vestido de novia y Regreso a Itaca):
¿Cómo surge la idea de llevar al cine este cuento?
Esta obra literaria se ha publicado en muchos países, en diferentes idiomas, fue Premio Juan Rulfo y Barnet grabó un disco con su propia voz narrando el cuento. Una vez nos encontramos para cenar en casa de un amigo en común que terminó siendo productor de la cinta para escuchar esta grabación. Cuando empecé a escuchar el cuento me pareció fascinante el personaje de Fátima. De alguna manera me recordó, aunque no tiene absolutamente nada que ver, la gracia y la simpatía del Diego, el personaje escrito por Senel Paz que interpreté en Fresa y Chocolate. Me pareció muy interesante y dije: allí hay una película. Este amigo, quien también es un fanático del cuento y de la obra de Barnet y quien propició el encuentro, habló también del interés de hacer una película del texto y nos pusimos de acuerdo. De inmediato comenzamos a trabajar. Fidel Orta escribió el guión y con la cooperación del ICAIC la terminamos.
El texto original es un monólogo. ¿Cómo hicieron para darle vida y voz a los personajes y cómo fue la selección de actores?
Fue bastante difícil la selección del actor que interpretaría a Fátima pues como sabes la película descansa dramatúrgicamente en este personaje, porque el cuento es precisamente un monólogo. El actor también debía tener un físico que le permitiera interpretar al personaje desde que tenía 16 años hasta arribar a las cuatro décadas de vida. Debido a estas complejidades hicimos un casting filmado, muy numeroso y riguroso. Estuve feliz porque a pesar de ser muy difícil, hubo muy buenas pruebas en ese casting. A los aspirantes los maquillamos y filmamos, cantaron, bailaron. Fue una experiencia maravillosa. Lo difícil fue decidir, pero creo que afortunadamente seleccionamos el correcto y estamos muy contentos con el resultado final. Fue acertado elegir a Carlos Enrique Almirante, hizo un trabajo maravilloso que lo pone ya en un lugar de madurez superior con respecto a sus anteriores interpretaciones. Fue muy complejo, de verdad. Hicimos una gran preparación y un inmenso trabajo de mesa y de construcción del personaje. Carlos Enrique terminó cantando de verdad en el famoso club de travestis de Rogelito. Como parte de la preparación, Jazz Vilá y Cucu Diamantes, quienes interpretan a Katiuska y Salmón, empezaron a trabajar dos sábados seguidos como cantantes en este club que es muy conocido en este ámbito, y les sirvió mucho a los tres para adentrarse en este mundo y poder defenderlo en el rodaje del filme. Fue muy interesante el que se complementaran, afortunadamente, con otros grandes actores que intervienen en la trama como Tomás Cao, quien da vida de una forma extraordinaria a Vaselina, el amor de la protagonista. También participaron Mirtha Ibarra, quien interpreta a Olena, una amiga de Fátima; Néstor Jiménez y Broselianda Hernández son los padres del protagónico. El trabajo de Carlos Enrique fue la gran motivación para hacerlo todo a la altura de las circunstancias. Completan el elenco Mario Guerra, Patricio Wood, Leonardo Benítez, Rodolfo Faxas, René de la Cruz, Félix Beatón, y Andros Perugorría.
¿Qué otros profesionales le acompañaron en el staff?
En la dirección de fotografía estuvo Alberto Granado, Erick Grass fue el director de arte, Magdalena Álvarez, la maquillista, y Livia Batista la directora de casting. El director de Producción fue Francisco Álvarez y Rubén Valdés estuvo a cargo del sonido. La música fue compuesta por Ernán López-Nussa en colaboración con Andrés Levin y Cucu Diamantes. Fue un rodaje intenso pero todo el equipo disfrutó mucho la experiencia. Cuando la gente se divierte todo es más bonito porque se percibe un entusiasmo y una entrega especial que luego se ve en el resultado final del filme. Agradezco a todo el equipo su esfuerzo y apoyo.
¿Cuál fue el mayor reto de Fátima?
Es un filme sobre la perseverancia, las personas que persisten y luchan sin rendirse a pesar de las adversidades que les depara su destino. Transmitir todas esas vivencias, circunstancias y situaciones era nuestro objetivo. Todo era un reto porque es una película compleja. Su mayor desafío fue, sin dudas, el hecho de convertir un monólogo en una película con más personajes y situaciones, darle parlamentos, voz a los demás intérpretes que también intervienen en el texto. Fue un gran reto trasladar al cine ese cuento tan literario y complejo. Estamos muy contentos con el resultado.