El gobierno británico firmó la extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a Estados Unidos, donde lo quieren juzgar por espionaje con posibilidad de condenarlo hasta a 175 años de cárcel si es declarado culpable de la publicación a partir de 2010 en WikiLeaks de unos 700 000 documentos militares y diplomáticos estadunidenses secretos, sobre todo sobre Iraq y Afganistán.
WikiLeaks y familiares de Assange anunciaron que apelarán la decisión y lamentaron un “día negro para la libertad de prensa y la democracia británica”.
El vocero adjunto de la Organización de Naciones Unidas, Farhan Aziz Haq afirmó: “Esperamos que se siga plenamente el debido proceso y que se respeten todas las normas internacionales y los derechos humanos”. “No es práctica de Naciones Unidas cuestionar las decisiones judiciales. Así que estamos dejando que los tribunales sigan su camino”, dijo.
En abril, la justicia británica emitió la orden formal de entregar a Washington al fundador de WikiLeaks, tras una lucha judicial de varios años, pero correspondía a la ministra de Interior, Priti Patel, firmar el decreto, lo cual ya ha sucedido.
Según un funcionario (anónimo) del Ministerio del Interior británico, “los tribunales británicos no concluyeron que fuera opresivo, injusto o un abuso procesal extraditar a Assange. Tampoco que la entrega a la justicia estadunidense fuera incompatible con sus derechos, incluyendo la garantía de tener un juicio justo, y con la libertad de expresión”. Agregó que Washington prometió tratarlo bien y atender su salud.
Violando las condiciones de su libertad condicional en Reino Unido, el fundador de WikiLeaks se refugió, en 2012, en la embajada de Ecuador en Londres para evitar ser extraditado a Suecia por una demanda de violación sexual que después fue abandonada. Entonces aludió que esos cargos eran parte de una estrategia para entregarlo a Estados Unidos.
Organizaciones de defensa de la libertad de prensa, como Reporteros Sin Fronteras y Amnistía Internacional, se oponen a esta extradición porque temen que Assange sea sometido a condiciones de aislamiento en prisión.
“Cualquier país que se preocupe por la libertad de expresión tendría que sentir vergüenza al ver que la ministra de Interior aprobó la extradición de Julian Assange a Estados Unidos, el país que conspiró para asesinarlo”, manifestó en un comunicado Stella Assange.
“Julian no ha hecho nada malo. No ha cometido ningún crimen, no es un criminal. Es un periodista, un editor y es castigado por haber hecho su trabajo”, expuso la abogada, quien se casó en marzo con Assange cuando estaba refugiado en la embajada ecuatoriana.