Una nueva escultura que recuerda al insigne científico cubano Carlos Juan Finlay fue develada este sábado en La Habana a propósito del Día de la Medicina Latinoamericana.
La efigie, creada por el Premio Nacional de Artes Plásticas José Villa Soberón, fue develada en el Instituto Finlay de Vacunas (IFV) y constituye un homenaje al natalicio del epidemiólogo y descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla, “el más grande científico cubano de todos los tiempos” como apunta la institución en sus redes sociales.
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Villa Soberón trabajó junto al escultor Gabriel Cisneros y la obra fue posible por la solicitud del director del Instituto, el Dr. Vicente Vérez, quien, según el centro “le solicitó al artista una escultura viva, donde se reflejara el descubrimiento del eminente científico”.
La imagen de Finlay, recreado de pie y con un tubo de ensayo en la mano, se encuentra junto a una bandera cubana y a los pies de varias palmas reales. Lo rodea un “jardín camagüeyano”, como símbolo de su tierra natal.
El acto celebró otro aniversario de la creación de la institución científica, y forma parte de las actividades por el décimo aniversario del Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica de Cuba (BioCubaFarma).
Desde su fundación en 1991, el IFV tiene como misión investigar, desarrollar, producir, evaluar, negociar y comercializar conocimientos, tecnologías y productos, fundamentalmente vacunas. En sus laboratorios se crearon tres de los cinco fármacos cubanos contra la COVID-19.
De hecho, según el artista citado por las redes del IFV, esta creación está marcada por la pandemia de coronavirus ya que “se hizo en época de nasobuco y como agradecimiento a los científicos cubanos creadores de las vacunas Soberanas”.
Villa Soberón (Santiago de Cuba, 1950) es autor además de una serie de figuras escultóricas distribuidas en la ciudad, como la de El caballero de París (frente al Convento de San Francisco de Asís, Habana Vieja), Ernest Hemingway (Restaurante Floridita, Habana Vieja) o John Lennon (parque de 17 y 6, El Vedado).
Nacido en Camagüey, en 1833, y fallecido en La Habana, en 1915, Finlay es conocido mundialmente por haber identificado al mosquito Aedes aegypti como transmisor de la fiebre amarilla o, de manera más amplia, por haber lanzado la hipótesis de que algunas enfermedades infecciosas se transmiten a través de agentes intermediarios, en este caso el mosquito. Por sus trabajos fue nominado en 1905 al Nobel de Medicina.
Varias han sido las apropiaciones escultóricas para homenajearlo.
Una estatua fue inaugurada en La Habana el 17 de mayo de 1921, en el parque que también lleva su nombre, ubicado en la Avenida Padre Varela, conocida comúnmente por Belascoaín, y las calles Enrique Barnet, Maloja y División en el municipio Centro Habana.
Según la web de la Biblioteca Nacional de Cuba, el monumento del escultor español Ramón Mateu es de mármol y cuenta con una altura de 7.40 metros. La figura de Finlay alcanza 2,50 metros. Alrededor se situaron después otros bustos de bronce de destacados médicos cubanos.
Otra representación corresponde al escultor cubano Juan J. Sicre Vélez y fue inaugurada en 1948. Se encuentra en áreas del Hospital Militar “Dr. Carlos J. Finlay”, en Marianao, localidad donde Finlay desarrolló la mayor parte de las investigaciones.