No importa el lugar ni el tipo de fanático o fanática que seas, todos, con escasas excepciones, llegarán a la misma conclusión cuando de la actualidad de la Serie Nacional de Béisbol (SNB) se trata: está en su peor momento y se está jugando a un nivel muy bajo.
La anterior sentencia no nos toma por sorpresa. La Serie es un reflejo de la compleja situación socio-económica por la que atraviesa Cuba. En sus estándares actuales, el evento también sufre —y sufrirá, si no hay cambios— las secuelas del deporte amateur, un modelo que está en peligro de extinción porque no es rentable.
No obstante, la pregunta que titula este artículo me causó recientemente mucha curiosidad durante un interminable debate en un grupo de WhatsApp con más de 60 participantes, algunos de ellos periodistas que han pasado su vida cubriendo el béisbol cubano. Ellos no se pusieron de acuerdo en cuanto a las respuestas, por lo que decidí hacer el mejor esfuerzo por intentar encontrarlas yo mismo.
¿Cuál es la mejor década de la Serie Nacional?
Es imposible establecer una comparación sin argumentos. En el béisbol, estos no se revelan sin el uso de las estadísticas, por tanto, nadie mejor que el “Mister Chip cubano”, Benigno Daquinta, para que ayude con los datos de este trabajo.
Daquinta pasó más de cuatro décadas cubriendo la Serie Nacional como estadístico de Ciego de Ávila, y su sobrenombre se debe a la base de datos que ha creado con los números de cada temporada.
Aclaremos algunos puntos antes de revisarlos. Lo primero, es que el mundo ha cambiado y el béisbol también lo ha hecho. La Serie Nacional, quizás, ha cambiado más que cualquier otra liga. ¿Por qué? Es sencillo, desde su inicio ha tenido más de 15 estructuras, se ha jugado en dos etapas diferentes con bate de madera y una con bate de aluminio, y no hay manera de precisar con cuántas marcas de pelota, un mal que también golpea a otras ligas.
El otro punto es cómo determinamos qué una década ha sido mejor que otra. Si tomamos el ejemplo de Grandes Ligas, algunos analistas piensan que la mejor década fue la del 80 del siglo pasado, no solo por las estadísticas, sino por la asistencia a los estadios, por el tiempo de juego y porque el béisbol era el deporte que más llegaba a las pantallas de Hollywood en aquellos tiempos.
Lamentablemente, nosotros en Cuba no podemos obtener datos similares. Tampoco todos los analistas del mejor béisbol del mundo consideran que esos años sean los mejores, por ende, la cuestión termina siendo muy subjetiva en cualquier liga.
Al ver que no había una respuesta general para la pregunta, me quedé con la idea que me aportó Yirsandy Rodríguez, quien escribe hace más de dos décadas sobre el béisbol cubano: “Trata de buscar la mayor cantidad de argumentos posibles sobre personas que lleven muchos años siguiendo el béisbol cubano” Exactamente eso hice.
Pero, primero, miremos las estadísticas.
Acá enumeré cada década de la Serie mientras tomaba la primera y última temporada de cada una:
Primera década: de 1961-1962 a 1970-1971
Segunda década: de 1971-1972 a 1980-1981
Tercera década: de 1981-1982 a 1990-1991
Cuarta década: de 1991-1992 a 2000-2001
Quinta década: de 2001-2002 a 2010-2011
Sexta década: de 2011-2012 a 2020-2021
Sobre la séptima década es injusto establecer una comparación porque solo lleva dos temporadas.
La primera tabla que mostramos a continuación es sobre el comportamiento de la ofensiva de la liga por décadas. En este caso, Daquinta me envió varios parámetros como la frecuencias de jonrones, de extrabases y el promedio de bateo. Además, dejamos las cifras totales, aunque hacemos la acotación de que hay diferencias notables entre varias décadas porque en diversos períodos se jugaron menos partidos que en otros.
La tabla está organizada por las décadas con mejores promedios de bateo y, si nos guiamos por ese criterio y por las frecuencias de extrabases y jonrones, entonces la época de mejor ofensiva fueron las 10 primeras campañas de este siglo. ¿Qué pasó en ese lapso? El promedio de bateo subió 13 puntos con respecto a la década anterior. Al mismo tiempo, la frecuencia de extrabases bajó de 14.07 a 12.66. Quizás, el éxodo comenzó a golpear más fuerte desde mediados de los 2000 y eso hizo que la calidad del picheo también cayera un poco.
Veamos ahora la segunda tabla, dedicada al desempeño de los lanzadores de la liga. Los criterios que tenemos son el PCL (promedio de carreras limpias), el SO/9 (la tasa de ponches por cada 9 innings), el BB/9 (la tasa de bases por bolas por cada 9 innings) y el SO/BB (la porción de ponches por boletos).
Los años 60 y 70 del pasado siglo fueron los únicos con una efectividad por debajo de 3.00, mientras entre 1971 y 1990 tuvimos la mejor porción de ponches por boletos. Hay algo llamativo: la primera década fue la mejor en cuanto a PCL, pero rozó los 4 boletos por encuentro, al igual que las primeras 10 temporadas del presente siglo, aunque en los 60 el picheo compensó el descontrol con un mejor porciento de ponches por cada 9 entradas.
La pasada década (2011-2021), desde mi punto de vista, es la de peor resultado en cuanto al trabajo de los serpentineros, pues tenemos menos ponches y más bases por bolas. Todo ello frente a una ofensiva que no tuvo un nivel tan alto.
Aún falta un argumento que no quise dejar fuera: la defensa. Tengo un criterio en contra del porciento de fildeo, debido a la cantidad de métricas modernas que miden de una manera más justa el rendimiento defensivo. Pero en la Serie Nacional y en muchos otros circuitos solo existe este indicador para evaluar el desempeño con el guante de los jugadores. De igual forma, creo que cuando se ve el average defensivo en una muestra de gran magnitud las señales no son tan engañosas.
Décadas | JJ | INN | PRO |
6ta | 879 | 97510.2 | .973 |
5ta | 900 | 125217 | .972 |
4ta | 733 | 103740 | .971 |
3ra | 540 | 85566.2 | .967 |
2da | 543 | 74272.2 | .962 |
1ra | 598 | 47473 | .951 |
Algo interesante de esta tercera tabla es que nos ayuda a derrumbar un mito: el bate de aluminio no provocó más fallos defensivos en la Serie Nacional. El aluminio entró en escena en 1977 (a mediados de la segunda década) y terminó en 1999 (a finales de la cuarta década). En los años 80, la primera década que se jugó completa con aluminio, el promedio defensivo subió 5 puntos porcentuales respecto a los 70. Este no es un salto tan grande como el que se vivió de los 60 a los 70 (11 puntos porcentuales), pero nos da la medida de que la llegada del aluminio no implicó un descenso en los promedios defensivos.
Otro detalle: después que el aluminio se cambió por la madera a finales del siglo pasado el promedio defensivo se ha mantenido casi idéntico en las dos últimas décadas, la mejor época en este apartado.
Anteriormente dijimos que solo llevamos dos temporadas de la séptima década, pero en este lapso se batea para .292 y el picheo ha sido el peor que se ha visto hasta ahora (PCL de 5.03), pero el fildeo ha sido similar (.969).
Por supuesto, en todo este proceso de análisis por décadas no podemos dejar de lado el factor del éxodo. ¿Cuánto ha afectado la constante y creciente salida de peloteros? Para saberlo contactamos con Francys Romero, especialista del béisbol cubano y experto en los datos migratorios sobre jugadores antillanos.
Sus cifras no son exactas, pero nos ofrecen una panorámica aproximada en su libro El sueño y la realidad: Historias de la emigración del béisbol cubano (1960-2018). Aquí les mostramos algunas evidencias:
* Desde 1991 hasta el año 2000 salieron de Cuba más de 130 jugadores.
* Desde 2001 hasta 2010 salieron de Cuba más de 250 jugadores.
* Desde 2011 hasta 2020 salieron de Cuba más de 800 jugadores.
Por lógica, si una gran parte de los talentos no llega a la Serie Nacional, esta perderá nivel, aunque no queda claro si el descenso ha sido tan abrupto como se esperaba a raíz del éxodo. Si nos guiamos por las estadísticas, en la sexta década se mejoró respecto a la quinta en varios apartados, y fue cuando más peloteros salieron de circulación rumbo a otros destinos. Desde mi punto de vista, si bien los números de la pasada década fueron mejores, creo que se vivió un descenso del nivel cualitativo del circuito en términos generales.
A eso lo llamaría efecto cíclico. Por ejemplo, en MLB se batearon más jonrones en la década pasada que en cualquier otra porque el juego cambió, la tecnología y los datos hicieron que el béisbol se enfocara en resultados directos. El swing de los peloteros igualmente cambió para aumentar la tasa de vuelacercas y también la de ponches. Ahora ¿por eso hay peor calidad en Grandes Ligas actualmente? La respuesta es un rotundo no. De hecho, quizás los peloteros de hoy estén más preparados física y estratégicamente que los de hace dos o tres décadas.
Algo similar ocurre con la Serie Nacional. Que los jugadores se vayan por centenas y que no lleguen a la Serie Nacional no dejará resultados muy diferentes al que hemos visto en los últimos años. Los cambios estadísticos de la liga se relacionan más con las tendencias y los enfoques de quienes se desempeñan en ella. Seguramente muchos pensaron que la década con mejor ofensiva fue en la que se implementó el bate de aluminio, sin embargo, vimos que no fue así.
El béisbol, como la vida, es muy variable. En ciertas ocasiones se complejiza ponerse de acuerdo con respecto a algún debate. Esta es una de estas ocasiones. En aras de aportar al debate, no quise cerrar esta columna de hoy sin conversar sobre el tema con dos profesores del béisbol cubano: José Manuel Cortina y Noelvis González.
Noelvis ha entregado toda su vida al béisbol, dirigió la Serie Nacional y es profesor de temas “sabermétricos”, además, funge como coach en una universidad de béisbol en Canadá. Al hacerle la pregunta de cuál era la mejor década de nuestros clásicos domésticos, puso las cosas en contexto.
“Mirándolo desde el punto de vista de la calidad del béisbol y teniendo en cuenta los mejores peloteros de la historia de la SNB por posición, creo que los mejores momentos fueron de la década de los 80 hasta los años 2003-2004. Eso encierra varios aspectos. Primero, una gran parte del talento estaba dentro del propio país. También, el nivel táctico era más elevado y había más motivación para integrar los equipos nacionales”, apuntó.
El profesor fue valorando cada época con diferentes puntos de vista. Después de mirar los años donde había más calidad, valoró cuáles fueron los mejores centrándose en los resultados internacionales.
“Si observamos los resultados internacionales, entonces tendríamos que decir que la mejor época fue la de 2006, principalmente porque comenzamos a medirnos con los verdaderos profesionales en el marco del primer Clásico. Hoy nuestros jugadores se enfrentan a lanzadores por encima de las 93 millas como media. Antes no era así. Eso nos dice que las técnicas deben ser mejores y perfeccionarse teniendo en cuenta la complejidad tanto de la acción de batear como la de lanzar con mayor velocidad”, aseguró.
Finalmente, Noelvis llegó a una conclusión sobre la comparación de las décadas: “Esto siempre es difícil porque cada época tiene su características específicas, estilos y técnicas. Los lanzadores más veloces son de la última época, los bateadores que más resultados han alcanzado a nivel profesional también. Creo que cada jugador en su etapa. De cada etapa sería bueno sacar a los mejores”.
“Si me dijeran que tomara a un jugador y lo comparara con otro, esa comparación sería subjetiva. Por ejemplo, algunos dicen que Germán Mesa es el mejor torpedero que ha pasado por la pelota cubana. Para otros es Rey Ordóñez, Alexis Ramírez o ‘Candelita’ Iglesias, por citar algunos nombres relevantes. Estos últimos han jugado en el mejor béisbol del mundo y con buenos resultados, pero acá no tuvieron tanto éxito en esa posición en el poco tiempo que estuvieron. Por tanto, lo mejor es poner a cada cual donde juega y en su respectiva época. Lo único cierto es que ahora hay menor calidad de jugadores en la Serie que antes. ¿Por qué? Porque los mejores están jugando en otro béisbol”.
José Manuel Cortina ha sido entrenador de picheo por más de cuatro décadas, además, fue uno de los descubridores del mejor cerrador en la historia de MLB, Mariano Rivera. El profesor Cortina dejó las siguientes consideraciones a OnCuba:
“Es una pregunta difícil. Hoy el éxodo ha obligado a traer jugadores inexpertos a la Serie Nacional sin el nivel emocional y técnico necesario. Eso ha roto el desarrollo natural del juego. ¿Qué ha pasado? Pongamos el siguiente ejemplo: imagínese que tenemos una tubería de agua a la cual solo le entra un mililitro de agua, pero, le salen tres. ¿Qué sucede? Seguramente se quedará vacía. Eso mismo ocurre con el béisbol cubano por el éxodo”.
“Existieron varias décadas, como la de madera, la de aluminio y ahora, nuevamente, la de madera, pero me atrevería a decir que en los tiempos de aluminio hubo una excelente constelación de estrellas. También, la Serie era más un show, se jugaba de noche y eso ayudaba bastante”.
“La primera fuga de talentos fue en la década de los años 70, pero se iban uno o dos. Hoy se van cientos de jugadores. Recordemos también que en la segunda y tercera década jugábamos un buen béisbol dentro y fuera, pero después de Atenas todo cambió, porque la era profesional se adueñó del mundo deportivo y nosotros comenzamos a descender. En fin, es una cadena de problemas que se enlazan entre sí: el éxodo, problemas económicos y el hecho de que no haya un cambio de mentalidad”
No podemos llegar a una respuesta final sobre cuál es la mejor década para el béisbol cubano, pero sí podemos llegar a una conclusión: hay menos talentos y menos calidad de jugadores en la Serie Nacional. Por tanto, muchos, entre los que me incluyo, alegamos que nuestro principal torneo está tocando fondo. Ojalá que vengan tiempos mejores, ojalá que no dejen morir a un evento que ha sido esencial para la cultura de los cubanos.
Leyenda de las tablas y nota del autor:
JJ: Juegos Jugados.
CA: Carreras anotadas.
EXT: Extrabases.
HR: Jonrones.
F/Ext: Frecuencia de extrabases por veces al bate.
F/HR: Frecuencia de jonrones por veces al bate.
CI: Carreras impulsadas.
AVE: Average ofensivo.
EL: Entradas lanzadas.
CL: Carreras limpias permitidas.
PCL: Promedio de carreras limpias.
SO: Ponches.
BB: Boletos.
SO/9: Promedio de ponches por cada 9 innings.
BB/9: Promedio de boletos por cada 9 innings.
SO/BB: Promedio de ponches por cada boleto.
INN: Innings jugados a la defensa.
PRO: Promedio defensivo.
* Todas las estadísticas utilizadas en este trabajo fueron proporcionadas por Benigno Daquinta en exclusiva para OnCuba.
Creo que no F/HR no da frecuencia de jonrones, da cuantas veces al bate son necesarias para ver un hr.
Se que se trata de beisbol, no de estadistica ….