Tres décadas después de su registro en la isla, el medicamento cubano conocido como PPG o Ateromixol amplía su espectro de utilización.
En particular, el policosanol, ingrediente activo del fármaco, ha demostrado su eficacia como un coadyuvante potencial para controlar la tensión arterial, detalló este jueves el periódico Granma.
Liderado por instituciones del Grupo Empresarial BioCubaFarma y del Ministerio de Salud Pública (Minsap), un ensayo clínico demostró tal beneficio en pacientes con prehipertensión arterial e hipertensión arterial grado I, considerados de bajo riesgo vascular.
Producto estrella del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) a fines de los años 80, el policosanol es un medicamento natural que se obtiene de la cera de la caña de azúcar.
Inicialmente prescrito para el tratamiento de la hipercolesterolemia, el PPG es un reductor del llamado colesterol malo (LDL) en sangre, además de un eficaz antiagregante plaquetario. Por esta razón se emplea para prevenir enfermedades vasculares, además de mejorar la calidad de vida en los adultos mayores.
Estadísticas
“El ensayo clínico involucró a 400 pacientes, divididos en dos estratos, prehipertensos e hipertensos grado I”, explicó a Granma la doctora en Ciencias Farmacéuticas Sarahí Mendoza Castaño, directora de Investigación, Desarrollo e Innovación del CNIC.
“Tras administrar 20 mg diarios del medicamento durante 12 semanas a ambos grupos, se observó, de manera general, una disminución significativa de los valores de la tensión arterial sistólica (máxima) y diastólica (mínima)”, apuntó la científica.
En el caso específico de los pacientes con hipertensión grado I, ese efecto comenzó a mostrarse a partir de las cuatro semanas de tratamiento, precisó.
Por otra parte, no se reportó en ambos grupos ningún evento adverso, lo que verifica “la seguridad del fármaco y su buen nivel de tolerancia”.
Hasta el presente, el Ateromixol no es considerado un antihipertensivo. Para demostrarlo se necesitan muchos más estudios, con más niveles de dosis y una mayor población para poder extrapolar los resultados, manifestó la experta.
Sin embargo Mendoza Castaño ponderó que en el ensayo clínico sí pudo corroborarse que su empleo resulta beneficioso en el manejo de pacientes de bajo riesgo.
Ictus y Ateromixol
En otro carril de investigación, el neurólogo Javier Sánchez se propuso investigar el efecto del Ateromixol en la recuperación de pacientes con ictus isquémico.
El tema, escogido por el experto para optar por el grado científico de Doctor en Ciencias Médicas, en 2015, ya exhibe resultados alentadores.
El empleo oral del PPG de 20 miligramos, combinado con la aspirina de 125 miligramos, favoreció la recuperación del déficit neurológico en pacientes que habían sufrido un ictus isquémico, y previno, de manera significativa, la recurrencia de tales eventos.
Igualmente, redujo la discapacidad resultante a corto, mediano y largo plazos, y la frecuencia de nuevos episodios severos vasculares, coronarios, cerebrovasculares y la mortalidad, según el especialista.
Por otra parte, según resaltó el actual Presidente de la Comisión Nacional de Enfermedades Cerebrovasculares, se pudo ratificar la potente acción del Policosanol como antiagregante plaquetario y antioxidante.
El PPG o Ateromixol fue registrado a inicios de los años 90 por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), la autoridad regulatoria cubana, y en 1996 recibió la Medalla de Oro otorgada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.
Actualmente el medicamento cubano se comercializa en unos 30 países.