El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, dio por rotas este lunes las relaciones con Brasil, y cargó contra su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y el Vaticano.
Durante una cumbre virtual de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), Ortega criticó a Lula por su postura sobre el controvertido resultado de los recientes comicios en Venezuela, ganados por Nicolás Maduro según la autoridad electoral.
Lula, como el presidente colombiano Gustavo Petro y otros líderes internacionales, ha llamado reiteradamente a la publicación de las actas por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE). Además, se ha mostrado partidario de repetir las votaciones, algo que tanto el chavismo como la oposición —que proclama como ganador a su candidato Edmundo González— rechazan.
En este escenario, y durante una cumbre del ALBA que dio su respaldo a Maduro, Ortega incluyó a Lula entre los mandatarios latinoamericanos “serviles, traidores, arrastrados” que han tenido una “reacción brutal” y “cobarde” tras las elecciones venezolanas, reporta la agencia EFE.
Es un “gobierno que se ha presentado como muy progresista, como muy revolucionario” y que “de una forma vergonzosa” anda “repitiendo las consignas de los yanquis y de los europeos, y de los Gobiernos arrastrados de América Latina”, cuestionó el líder sandinista.
“¡Te estás arrastrando también, Lula!”, afirmó Ortega, que ironizó sobre los “alborotos” de corrupción como “los escándalos Lava Jato”, ocurridos durante el anterior mandato de Lula.
“Si querés que te respete, respétame, Lula. Si querés que te respete el pueblo bolivariano, respeta la victoria del presidente Nicolás Maduro y no andes ahí de arrastrado”, agregó.
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La ruptura
El pasado 8 de agosto, el embajador de Brasil en Nicaragua, Breno de Souza Brasil Días da Costa, salió del país tras ser expulsado por el Gobierno de Ortega.
De acuerdo con la versión oficial, su expulsión se debió a no asistir al acto de celebración del 45 aniversario de la revolución sandinista el pasado 19 de julio, apunta el medio español.
En reciprocidad, Brasilia decidió expulsar a la embajadora de Nicaragua, Fulvia Castro.
Tras este tenso episodio, las palabras de Ortega este lunes marcan la ruptura de un antigua relación entre ambos países y sus líderes, la cual data desde 1980 cuando Lula viajó a Managua para el primer aniversario de la revolución sandinista.
Sin embargo, en los últimos tiempos esa relación se ha deteriorado, sobre todo por la “persecución política” del Gobierno de Managua a antiguos sandinistas y religiosos, y la posición de Lula al respecto.
El propio presidente brasileño dijo el mes pasado a la prensa que Ortega no le atendía el teléfono desde que el papa Francisco le pidió que abogue por la situación de un obispo detenido en Nicaragua. En respuesta, Ortega afirmó que no lo hacía porque no necesitaba intermediarios para recibir mensajes del Vaticano, el cual dijo es un Estado “a favor del imperio”.
“No le pedimos a Lula que fuera intermediario. No le respondimos a Lula y él se molestó”, indicó.
El diferendo escaló al considerar Lula que hoy no sabe si la revolución liderada por Ortega en Nicaragua “fue porque quería el poder o porque quería mejorar la vida de su pueblo”. Y el sandinista le recriminó al brasileño sus varios períodos de Gobierno y el querer, a su juicio, convertirse en “representante de los yanquis en América Latina”.
“Por eso rompimos relaciones con Brasil”, porque a pesar de Nicaragua es un país pequeño, “tenemos dignidad”, aseguró Ortega.
Contra el Vaticano
De igual forma, el presidente de Nicaragua dijo este lunes que el Vaticano es parte del “conglomerado del fascismo”, en medio de crecientes tensiones con la Iglesia católica.
Ortega acusó a la Santa Sede de ser un Estado “que está claramente a favor del imperio”, en alusión a Estados Unidos y también de haber sido “cómplices de los nazis” de Alemania y de los fascistas de España e Italia en el siglo pasado.
“El Vaticano es un instrumento más en todas estas batallas que estamos librando (en el mundo), un instrumento más que es parte del conglomerado del fascismo que, en nuevas modalidades, quiere dominar el mundo”, dijo, citado por EFE.
El dardo de Ortega tuvo lugar un día después de que el papa Francisco animara al “amado” pueblo de Nicaragua a renovar su “esperanza” en Jesucristo, en medio de las tensas relaciones con el Gobierno de Daniel Ortega y el encarcelamiento y expulsión de sacerdotes, reseña la agencia.
(Con información de EFE)