En la advertencia menos ponderada desde que comenzó la guerra contra Hamás hace un año, Estados Unidos instó a Israel a tomar medidas en un mes para mejorar la situación humanitaria en Gaza o enfrentar posibles restricciones de la ayuda militar.
El secretario de Estado, Antony Blinken, y el de Defensa, Lloyd Austin, enviaron una carta a las autoridades israelíes exigiendo medidas para hacer frente al deterioro de la situación en el enclave palestino, de acuerdo con reportes de prensa.
La misiva se da en medio de una nueva y no menos despiadada ofensiva en el norte de Gaza, donde se están registrando duros combates con grupos de la resistencia palestina, que no deja de reagruparse en el norte del enclave.
La carta citó las restricciones que Israel estaba imponiendo, incluidas las relacionadas a las importaciones, la denegación de la mayoría de los movimientos humanitarios entre el norte y el sur de Gaza y las restricciones “onerosas y excesivas” sobre qué bienes pueden entrar en la franja.
Para que Israel pueda seguir recibiendo financiación militar extranjera, el nivel de ayuda que llega a Gaza debe aumentar al menos a 350 camiones al día, en tanto el ejército debe instituir pausas humanitarias adicionales y proporcionar mayor seguridad a los asentamientos palestinos, dijeron Austin y Blinken, según los que Tel Aviv dispone de 30 días para responder a sus peticiones.
La ONU denunció este semana que desde el 1 de octubre no ha podido introducir en el norte de Gaza comida, medicamentos o combustible, debido al cierre por las autoridades israelíes de los dos cruces de Erez, en la divisoria norte de Gaza, informó la agencia EFE.
Washington matiza
Atenuando el mensaje, el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que la carta “no pretendía ser una amenaza”, pero reiteró la urgencia de aumentar la ayuda humanitaria en Gaza, donde la hambruna, las enfermedades y la falta de atención médica han convertido al enclave, desde hace meses y según la ONU, en un territorio humanamente inhabitable.
Fuertemente comprometida con Tel Aviv, la administración Biden se ha negado en la mayoría de los casos a imponer restricciones a los miles de millones de dólares de ayuda militar que Estados Unidos envía a Israel, incluso después de que advertencias anteriores sobre su conducta en la guerra no fueron atendidas.
El Ministerio gazatí de Sanidad elevó este martes a 42 344 muertos —la mayoría de ellos niños y mujeres— el número de víctimas en la franja desde que se inició la ofensiva israelí tras los ataques de Hamás el 7 de octubre, que dejaron más de 1200 fallecidos y 251 secuestrados.
Solo en las últimas 24 horas, 55 palestinos perdieron la vida en el enclave mediterráneo y 329 han resultado heridos, según el comunicado del ministerio, que sitúa la cifra de lesionados en 99 013.
La cifra de muertos se documenta con la llegada de los cuerpos a los hospitales que todavía funcionan, pero las autoridades estiman que hay muchas personas bajo los escombros, entre 8 000 y 10 000, cuyos despojos no han podido ser rescatados.
Jabalia, la batalla que no termina
Totalmente cercado por los tanques, el campamento de refugiados de Jabalia lleva más de 10 días siendo blanco de una ofensiva israelí, en la que las tropas están regresando a zonas del norte que fueron objeto de intensos bombardeos en los primeros meses de la guerra.
Las brigadas Ezzedin Al-Qassam, el brazo militar del grupo Hamás, notificaron este martes que sus combatientes están librando encarnizados combates con las fuerzas israelíes en Jabalia y sus alrededores, reveló un servicio de prensa de la cadena libanesa Al Mayadeen.
Hussam Abu Safiya, director del hospital Kamal Adwan, uno de los tres centros médicos del norte de Gaza, aseguró que se enfrentan a una grave escasez de alimentos, medicamentos y combustible, que pronto podría afectar a los pacientes de sus instalaciones.
El 53 % de los israelíes a favor de poner fin a la guerra en Gaza, a un año del ataque de Hamás
Frente libanés: Israel dispara también contra el norte
Un día después de un mortífero ataque aéreo israelí en el norte de Líbano que causó más de 20 muertos, y lejos de la principal zona de influencia de Hezbollah en el sur y el este, el líder en funciones del grupo miliciano afirmó que apuntaría cohetes contra más zonas de Israel.
En un discurso, el número dos de Hezbollah, Naim Qasem, afirmó que “la solución” para poner fin a la guerra en Líbano es “un alto el fuego”, y aseguró que su movimiento no será “derrotado”.
“Ya que el enemigo israelí apuntó contra todo Líbano, tenemos derecho, desde una posición defensiva, a apuntar contra cualquier lugar” de Israel, “ya sea el centro, el norte o el sur”, señaló Qasem.
El grupo chií indicó este martes que lanzó cohetes contra varias regiones del norte de Israel, incluyendo Haifa y Safed, y reportó combates con soldados “infiltrados” en el sur de Líbano.
También este martes en el pequeño pueblo de Aito, en el norte libanés, los equipos de rescate encontraron cadáveres y restos humanos.
Igualmente, Hezbollah denunció que las Fuerzas de Defensa de Israel lanzaron bombas de racimo en varios puntos del sur de Líbano, como la ciudad de Marjayoun y Almane, haciendo así uso de un tipo de municiones prohibidas por gran parte de la comunidad internacional, según reportes.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó este martes que había comunicado al presidente francés, Emmanuel Macron, que no aceptaría un acuerdo de alto el fuego que no impidiera el rearme y la reagrupación de Hezbollah.
El lunes, Francia rechazó las peticiones de Netanyahu para que la misión de paz de la ONU, conocida como FINUL, se retirara de su posición en Líbano, contra la que Israel ya ha disparado en tres ocasiones provocando varios heridos.
“Garantías israelíes”
El gobierno de Estados Unidos “cree” que obtuvo garantías por parte de Israel de que no atacará sitios nucleares o petrolíferos de Irán, mientras evalúa cómo responderá a la avalancha de misiles iraníes de hace unas semanas, según dijeron el martes dos funcionarios estadounidenses.
Sin embargo, las fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato, advirtieron que la garantía no es férrea y que las circunstancias podrían cambiar.
Los funcionarios también señalaron que el historial de Israel en el cumplimiento de las garantías en el pasado es desigual y a menudo ha reflejado la política interna israelí que ha defraudado las expectativas de Washington.
En septiembre, Netanyahu dijo que acogería favorablemente una iniciativa de cese del fuego temporal para Líbano encabezada por Estados Unidos y Francia, y dos días después pulverizó un barrio entero en el sur de Beirut para acabar con el líder Hassan Nasrallah y otras figuras del comando central de Hezbolá y asesores iraníes.