La selección cubana de fútbol afrontará en los próximos días uno de sus compromisos internacionales más importantes. Este jueves 14 de noviembre y el próximo lunes 18 los Leones del Caribe se medirán a Saint Kitts y Nevis en partidos de ida y vuelta que definirán un boleto a las preliminares de la Copa Oro 2025.
Hace una semana la Asociación de Fútbol de Cuba (AFC) dio a conocer la lista de 23 convocados para estos duelos de máxima trascendencia. En el listado sobresale el regreso de piezas importantes en los esquemas del entrenador Yunielis Castillo, así como alguna cara nueva y varias ausencias de jugadores habituales.
Los cambios que podrían hacerse en la selección cubana de fútbol
Regresos
En el listado de Castillo y la AFC vuelve a aparecer el nombre del capitán Luis Javier Paradela, quien milita en el Universitatea de Craiova del fútbol rumano. El atacante se había ausentado a las dos últimas fechas FIFA, primero debido al proceso de adaptación a su nuevo entorno y luego como consecuencia de una lesión de abductores que lo alejó de las canchas varias semanas.
El regreso del ariete matancero, junto con la presencia de Onel Hernández, permite al plantel nacional volver a contar con sus dos principales referentes ofensivos de forma simultánea luego de dos años. Por disímiles razones, Paradela y Hernández no coincidían en una concentración de la selección desde 2022.
El otro regreso importante es el del zaguero Yosel Piedra. La espera para ver la vuelta del consolidado defensor central fue mucho más prolongada. Hace exactamente un año, en noviembre de 2023, el jugador del AD San Carlos de Costa Rica sufrió una grave lesión de rodilla que requirió intervención quirúrgica y un largo período de recuperación.
El retorno del villaclareño a la absoluta puede dotar al plantel de una mayor solidez defensiva. Aunque, eso sí, debido a la seriedad de su lesión y el prolongado tiempo de inactividad, habrá que ser pacientes para volverlo a ver a su máximo nivel.
Ausencias
En la relación de jugadores convocados también destacan algunas ausencias de piezas habituales. De antemano era conocido que Dairon Reyes no estaría tras haber terminado la última fecha FIFA con un esguince leve del ligamento colateral medial. Sin embargo, a la ausencia del mediapunta del Inter Miami se sumó la lesión del defensor central Cavafe (Unión Adarve en el fútbol español), habitual en las convocatorias antillanas.
Tampoco estará el desequilibrante Willian Pozo, extremo del Grorud IL en el fútbol noruego, quien al parecer aún no se ha recuperado de la lesión que le hizo bajarse de la pasada convocatoria.
Selección cubana de fútbol: la estrategia fallida y el descenso
A estas ausencias se suma la del atacante Daniel Díaz. Al margen de que trascienda alguna información esclarecedora, la no presencia del jugador del AD San Carlos tico en la lista de 23 parece responder a una decisión técnica.
La cara nueva
Unos de los principales reclamos de la afición y crónica deportiva en la isla, ante la falta de profundidad en la últimas convocatorias, fue la inclusión del polivalente Pedro Bravo, futbolista que lo hace para el Limón Black Star de la Liga de Ascenso de Costa Rica. La petición fue materializada en el último llamado a la absoluta.
Con capacidad para desempeñarse de forma correcta en las demarcaciones de defensor central y centrocampista defensivo, el artemiseño tiene todo el potencial futbolístico para convertirse en una pieza habitual en las selecciones nacionales. En estos dos partidos su presencia ofrece garantías, ya sea para cerrar un marcador o abrir como titular en caso de ser necesario.
Una mirada global
En términos generales, con esta convocatoria la selección se ve más fortalecida respecto a los llamados anteriores. Obviamente, poder contar con los referentes Onel Hernández y Luis Paradela, así como la vuelta de nuestro central más sólido, ofrece la posibilidad de plantear un once titular más robusto.
El punto más bajo sigue siendo la poca profundidad del banquillo, integrado en su mayoría por jugadores menores de 20 años. Lo que comenzó siendo una estrategia para foguear al núcleo duro de la selección sub-20, parece haberse convertido en un capricho para las autoridades futboleras en la isla.
Incluso cuando ya ha tenido consecuencias a nivel de resultados, se mantiene la apuesta por esta “estrategia”, que en la práctica debilita la selección y es injusta con el rendimiento de jugadores consolidados, quienes han sido sacrificados para cumplir con esta cuota autoimpuesta de juveniles por convocatoria.