La Unión Cuba-Petróleo (CUPET) intenta recuperar la mayor cantidad del crudo derramado como consecuencia del accidente ferroviario ocurrido el pasado sábado en Sancti Spíritus.
Según aseguró este domingo la propia entidad, trabajadores de la Refinería Sergio Soto laboraban “intensamente” en la recuperación de ese crudo, vertido en la zona donde colisionaron dos trenes de carga, en el municipio espirituano de Cabaiguán.
El hecho sucede en momentos en que la isla padece una prolongada crisis económica y energética, en la que el déficit de combustible golpea con fuerza a sectores estratégicos como la generación eléctrica, el transporte y la producción de alimentos y otros bienes.
Uno de los trenes accidentados trasladaba petróleo desde la vecina provincia de Ciego de Ávila hasta esa refinería, situada en la propia localidad donde tuvo lugar el choque.
De acuerdo con lo informado inicialmente, uno de los seis vagones con crudo se dañó producto del impacto, al igual que ambas locomotoras, aunque afortunadamente no hubo víctimas.
Hasta el momento no se había precisado la cantidad de crudo vertido. Sin embargo, según un reporte del periódico Escambray, sería “una parte de los cerca de 60 000 litros de crudo cubano almacenados en uno de los vagones”.
El medio explicó para limitar el corrimiento del petróleo fueron construidas barreras de contención, al tiempo que la extracción está dirigida a los carros cisternas de la refinería.
Carlos Enríquez, director adjunto de esa industria, apuntó este fin de semana que las labores que se llevaban a cabo tiene a favor la topografía del terreno y los canales cercanos a la línea férrea cerca de la zona de Los Elevados, lo que posibilitó que el petróleo se escurriera a esas zanjas.
Por su parte, Leonel Díaz Camero, delegado del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en Sancti Spíritus, dijo a Escambray que, de acuerdo con las estimaciones preliminares, “los daños resultan poco significativos, gracias a la rápida actuación de las fuerzas que intervienen”.
No obstante, advirtió que debían realizarse estudios a los pozos de agua potable de la zona para determinar si sufrieron alguna contaminación por el derrame. Por ello, recomendó evitar el consumo de esas fuentes de agua “hasta tanto el dictamen evidencie lo contrario”.
Las causas del choque eran investigadas por especialistas de los ministerios del Interior y de Transporte, aunque aún no se habían revelado detalles al respecto. Tampoco se han ofrecido cifras sobre las pérdidas económicas resultantes, si bien Escambray las califica de “considerables”.