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En medio de la profunda crisis económica que atraviesa Cuba y el sostenido deterioro de numerosas viviendas y edificaciones, las autoridades cubanas confirmaron otra mala noticia: la marcha atrás de la producción de materiales en el país.
Según trascendió en el balance anual del Grupo Empresarial de Materiales de Construcción (Geicon), en 2024 ocurrió “una notoria disminución en la producción de áridos, elementos de pared, elaboraciones de barro y cemento, morteros, hierro fundido y cubiertas de asbesto, entre otros surtidos”.
En ese encuentro, destinado a pasar revista a lo sucedido el aña pasado, se informó que “se incumplieron los planes productivos de casi todos los surtidos de las 44 entidades del grupo, y de dos de sus oficinas centrales”, reseña una nota del diario Granma.
El reporte señala que se afectaron también las producciones de tejas infinitas, tanques moldeados, carpintería en general, marcos, puertas y ventanas, barrenación y voladura, entre otras, aunque no ofrece cifras sobre los incumplimientos ni de las producciones en sentido general.
La información tampoco hace referencia a las causas de ese retroceso, aunque augura una agravamiento de ese “complejo panorama” en 2025, debido —sostiene— a las “políticas recrudecidas contra Cuba del Gobierno de Estados Unidos”.
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Prioridades ante la crisis
Frente a la evidente crisis del sector, que se traduce a su vez en un importante atraso en el programa gubernamental para la construcción de viviendas y de otras obras de carácter económico y social, el ministro René Mesa Villafaña definió un grupo de prioridades.
Entre estas, según enumera Granma, se cuentan “la búsqueda de fórmulas de financiamiento nacional y externo, la aplicación de encadenamientos con vistas a la reinversión y a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y de sus familiares, con una remuneración superior”.
El titular del Ministerio de la Construcción (Micons) afirmó que “las perspectivas de 2025 requieren de mayor respaldo y asesoramiento al desarrollo local, de la expansión del comercio exterior, de los combinados de cerámica, de la sustitución de importaciones y del control interno, así como de la exigencia y la introducción de la Inteligencia Artificial”.
Sin embargo, más allá de estas consideraciones, el despacho periodístico no brinda detalles sobre cómo se implementarían las prioridades y perspectivas manejadas por el ministro.
La nota queda igualmente a deber sobre el resto de los temas abordados, a los que apenas enumera sin entrar en explicaciones sobre la planteado acerca de los mismos ni las estadísticas presumiblemente informadas.
Estos temas abordados fueron, según Granma, “las producciones físicas fundamentales, el desarrollo minero (frente de canteras), los portadores energéticos, la venta de materiales, los ingresos por exportaciones, los indicadores económicos, las inversiones, los proyectos de negocios y los vínculos con universidades y centros de investigaciones”.
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Impacto en el programa de la vivienda
Aunque la reseña oficial no hace mención al programa implementado por el Gobierno cubano para la construcción de casas en la isla, es evidente que el incumplimiento generalizado en la producción de materiales impacta de manera significativa en el mismo, a diferencia de lo que sucede con la sostenida construcción de hoteles y otras instalaciones para el turismo.
Ya el pasado año había trascendido que el número de viviendas construidas en los últimos cinco años se contrajo en más de 60 %, de acuerdo con las cifras recogidas en el Anuario Estadístico de 2023 que confecciona la Oficina Nacional de Información y Estadística (ONEI).
Y lejos de mejorar, el panorama empeoró en 2024, un año al que a las afectaciones derivadas del agravamiento de las crisis económica y energética en la isla se sumaron los daños causados por varios eventos naturales, como los huracanes Oscar y Rafael y los sismos que sacudieron al oriente cubano.
Hasta finales de agosto apenas se había cumplido el 39 % del plan de construcción de nuevas casas previsto para el año, una cifra que las autoridades elevaron —como pronóstico— al 55 % para el cierre del mismo, según confirmó en diciembre Delilah Díaz Fernández, directora general de la Vivienda.
En su intervención ante la Comisión de Industria, Construcción y Energía de la Asamblea Nacional, la funcionaria confirmó que los niveles de producción de materiales de la construcción eran “insuficientes” y los ritmos de ejecución “bajos”, en tanto el ministro Villafañas reiteró “la necesidad de la producción local de materiales, a partir del uso de componentes como la arcilla”.
El titular dijo entonces que su ministerio llevaba adelante un programa conjunto con los de Energía y Minas y el de Industrias para “la búsqueda de alternativas que permitan el mantenimiento de edificios multifamiliares” y “refirió la voluntad de rescatar las microbrigadas sociales y estatales”, un movimiento creado por Fidel Castro en los años 80.