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En su primer encuentro oficial en Washington, el primer ministro de Canadá, Mark Carney, dejó claro al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que su país no contempla formar parte del territorio estadounidense.
“Canadá no está a la venta”, afirmó Carney durante una conversación distendida en la Casa Blanca, según refirieron varios medios de prensa internacionales.
Trump, por su parte, respondió con su habitual tono informal: “Nunca digas nunca” y añadió que “me encanta Canadá”.
En un momento del diálogo, incluso manifestó su preferencia porque Canadá se integre como el estado número 51 de la Unión, una idea que ha reiterado en varias ocasiones y que Carney ha rechazado categóricamente desde su reciente victoria electoral.
El presidente estadounidense argumentó que una eventual unión con Estados Unidos traería “beneficios impresionantes” para los canadienses, refirió EFE.
Entre ellos, Trump destacó “impuestos más bajos y un ejército gratuito”, y describió la posible integración como “un matrimonio maravilloso entre dos países que se llevan bien”.
Carney, sin embargo, respondió haciendo alusión al pasado empresarial de Trump en el sector inmobiliario:
“Como sabe por experiencia en el mercado inmobiliario, hay lugares que simplemente no están a la venta. Este en el que estamos es uno de ellos. Igual que el Palacio de Buckingham que usted visitó”.
Trump concedió: “Es cierto”.
Tratado entre México, EEUU y Canadá

En otro momento del encuentro, el mandatario estadounidense adelantó su intención de renegociar próximamente el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Aunque valoró positivamente el acuerdo comercial firmado en 2018 y vigente desde 2020, Trump afirmó que sus socios no han cumplido completamente con los compromisos asumidos.
“El T-MEC ha funcionado bien, pero debe respetarse. Y ese es el problema: no se ha respetado”, señaló. Trump añadió que el tratado “caduca pronto” y aseguró que se abrirá una nueva etapa de renegociación en un futuro cercano.
Según lo estipulado por los países firmantes, el acuerdo debe revisarse antes de julio de 2026.
En la reunión, que marcó el inicio de una nueva etapa en las relaciones bilaterales, Carney y Trump abordaron la posibilidad de eliminar los aranceles impuestos por Washington a productos canadienses.
Trump insistió en que Estados Unidos no necesita las exportaciones de su vecino del norte, como los automóviles o el petróleo, subrayando que el país tiene autosuficiencia energética y capacidad industrial.
La industria automotriz canadiense mirando el diálogo
La industria automotriz canadiense siguió con atención los primeros pasos del diálogo bilateral entre el primer ministro Mark Carney y el presidente de Estados Unidos, refirió CBC.
En un contexto marcado por un arancel del 25 % impuesto por Washington a piezas de vehículos que no cumplen con los requisitos del T-MEC, no se esperaba una resolución inmediata del conflicto.
“La realidad es que no esperábamos salir de hoy con un acuerdo o con el levantamiento de los aranceles, pero es un comienzo”, declaró Brian Kingston, presidente de la Asociación de Fabricantes de Vehículos Canadienses.
Durante el encuentro, Trump reiteró que Estados Unidos no necesita importar automóviles desde Canadá, una afirmación que se considera desconectada de la realidad de la industria.
“Tenemos una cadena de suministro profundamente integrada que se ha desarrollado durante más de 60 años. De hecho, los estadounidenses necesitan al mercado canadiense tanto como nosotros necesitamos a Estados Unidos”, explicó.
Kingston subrayó además que Canadá es el principal destino de exportación de vehículos fabricados en Estados Unidos, y que, en términos comerciales, Washington mantiene un superávit en el intercambio de automóviles y autopartes con su vecino del norte.
“Esta es una relación que funciona, y que en muchas métricas beneficia más a Estados Unidos que a Canadá”, concluyó.
Tras el encuentro al que tuvo acceso la prensa, ambos políticos se reunieron a puerta cerrada durante el almuerzo.