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Vestido con su capa y su antifaz de superhéroe, el artista cubano Daldo Marte será el gran protagonista este jueves de la apertura de una auténtica invasión de exposiciones que tomarán el Grand Palais de París durante el verano en un viaje que abarcará desde la tapicería del siglo XVII hasta el Art Brut.
Nacido en La Habana en 1982, Marte está dentro de la muestra que el imponente palacio de exposiciones junto al Sena, en colaboración con el Centro Pompidou, dedica a ese último campo del arte bautizado en 1945 por el francés Jean Dubuffet.
La muestra engloba a los creadores marginales cuyas obras son imposibles de etiquetar y habitan fuera de las fronteras del statu quo cultural.
“Empecé en la niñez porque quería tener juguetes que no podía comprar. Entonces empecé a hacer muñecos con cartón, alambre, y por último con caucho, con goma reciclada. Fue un poco como resolver mis necesidades de tener cosas que no podía tener”, explica Marte a EFE, durante la presentación a la prensa de esta batería de muestras estivales.
Obra de Daldo Marte
Su obra incluye desde complejas figuritas escultóricas que él arma manualmente con piezas de caucho recortadas, hasta composiciones murales basadas en esos mismos motivos para articular mensajes de paz y de convivencia.
Es el caso de ‘La Guerra’, que no solo forma parte de esta nueva muestra de Art Brut, sino que es una de las tres obras de Daldo Marte que el Centro Pompidou ha incluido recientemente en su colección gracias a una donación realizada por Bruno Decharme, experto y coleccionista de este tipo de obras.
En los muros del Grand Palais el artista cubano compartirá protagonismo con cientos de nombres más, pero en la inauguración oficial de la noche de este jueves todos los focos serán primero para él.
Y es que, con su característico disfraz de superhéroe, confeccionado por él mismo con materiales reciclados, Marte hará una performance para invitar a los asistentes a cruzar las puertas del Grand Palais y descubrir las nuevas exposiciones de verano.
“El disfraz -explica Marte- fue una forma de expresar emociones porque las palabras no me salen, no se me dan tan natural a veces como otras personas. Entonces, es una forma artística, performática, de expresar lo que sentía dentro de mi ser”.
Entre tapices reales y máquinas de Jean Tinguely
Si el Grand Palais ya había presentado a principios de mes otro conjunto de exposiciones igualmente para este verano (dedicadas al brasileño Ernesto Neto y al francés Mohamed El Khatib, entre otros), en esta nueva batería de muestras se destaca, junto a la inmersión en el Art Brut, una nueva mirada a la relación entre el artista suizo Jean Tinguely y la francoamericana Niki de Saint Phalle.
Es un vínculo de amor y creación que el Grand Palais, de nuevo en colaboración con el Pompidou, presenta tamizada por la amistad de ambos con el coleccionista y conservador Pontus Hulten, figura clave entre bastidores del arte de la segunda mitad del siglo XX.
Ese experto sueco tomó parte en la creación del Pompidou -museo que este septiembre cierra sus puertas por reformas para cinco años, aunque sus obras recorrerán París y el mundo en iniciativas diversas como esta- y su relación con Tinguely y Niki de Saint Phalle fue esencial en la carrera de ambos artistas.
Los tres colaboraron en proyectos tan polémicos y exitosos como la muestra ‘Hon – en Katedral’, para el Moderna Museet de Estocolmo en 1966, que está protagonizada por una gigantesca construcción de una mujer tumbada -una de las ‘Nanas’ icónicas de la obra de De Saint Phalle- a la que los visitantes acceden a través de una puerta ubicada en su vagina.
Fue una obra efímera que no se puede recrear, por deseo de los autores, pero en el Grand Palais se podrá entender su historia y su magnetismo, de la misma forma que se podrá admirar las creaciones que ambos autores presentaron en retrospectivas del Pompidou en los ochenta.
El Grand Palais
Las propuestas estivales del Grand Palais se complementan con una exhibición para los niños, ‘Transparencias’, dedicada a esos efectos ópticos, y con otra muestra, llamada ‘Tapicerías reales’, con dieciséis tapices gigantes diseñados por artistas daneses y tejidos en Francia, desde los tiempos de Luis XIV a nuestros días.
Asimismo, este jueves se inauguró una nueva pieza clave del mobiliario del reformado Grand Palais: una cortina creada por artistas de la galería 19M que permitirá contemplar la majestuosa cristalera de la nave central desde los espacios laterales de exposición y no perderse el mayor atractivo del edificio.