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El Supremo Tribunal Federal de Brasil ordenó este lunes el arresto domiciliario del expresidente Jair Bolsonaro. La medida surge en plena instrucción de un proceso judicial que lo acusa de liderar un intento de golpe de Estado para mantenerse en el poder tras su derrota en las elecciones presidenciales de 2022.
El juez Alexandre de Moraes, a cargo del caso, argumentó que Bolsonaro incumplió las medidas cautelares al comunicarse a través de las redes sociales de sus tres hijos legisladores, y por ello decidió endurecer las restricciones.
Bolsonaro deberá permanecer en su residencia en Brasilia, privado del uso de teléfonos móviles, solo podrá recibir visitas de familiares y abogados, y estará bajo monitoreo electrónico.
Este arresto se produce en un momento crítico para Brasil, donde las tensiones políticas se han agudizado y el país enfrenta una crisis diplomática y comercial con Estados Unidos, que recientemente impuso aranceles del 50 % a productos brasileños, vinculando esta medida como represalia de la Casa Blanca por el proceso judicial contra Bolsonaro.
El presidente Donald Trump protestó contra lo que llamó una “cacería de brujas” judicial contra su aliado Bolsonaro, generando una oleada de nacionalismo y posicionamientos firmes de las autoridades brasileñas, incluido el propio presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Lula da Silva confirma su intención de reelegirse en 2026
El actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva confirmó su intención de presentarse como candidato en las elecciones presidenciales de 2026, siempre y cuando su estado de salud se lo permita, refirieron varias agencias de prensa, entre ellas Europa Press y Xinhuá.
El anuncio lo hizo en el marco del Encuentro Nacional del Partido de los Trabajadores (PT) en la ciudad de Brasilia.
“Para ser candidato, tengo que ser muy honesto conmigo mismo. Necesito estar completamente sano […] jamás engañaré al partido, ni al pueblo brasileño”, dijo el mandatario, quien en octubre del próximo año tendría más de 80 años, el mismo mes en que habrá elecciones generales.
Durante un discurso, el exlíder metalúrgico criticó duramente a sectores de la oposición y “líderes fascistas” que, según él, mantienen vínculos con Estados Unidos y apoyan medidas como los aranceles impuestos por la administración Trump contra Brasil.
En este contexto, el mandatario reafirmó la soberanía nacional y su voluntad de fortalecer relaciones comerciales diversificadas, buscando alternativas para disminuir la dependencia económica de Estados Unidos y promover una mayor autonomía y multipolaridad en la política internacional brasileña.
El presidente Lula ha intensificado su crítica contra figuras políticas como Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente detenido, a quien calificó de “enemigo de Brasil” por promover sanciones que afectaban directamente la economía y la estabilidad del país.
“Estamos viviendo una excrecencia política: un tipo que hacía campaña envuelto en la bandera brasileña ahora está envuelto en la bandera de Estados Unidos y pidiendo impuestos contra Brasil”, manifestó el mandatario en alusión al diputado de Sao Paulo por el Partido Liberal.
Frente a estas presiones externas, Lula enfatizó la necesidad de defender la democracia y construir un sistema político que respete los símbolos nacionales y los principios constitucionales.
Juicio a exjefes policiales y denuncias del canciller brasileño
Mientras Brasil atraviesa esta crispada coyuntura, la justicia también avanza en otros frentes delicados.
La primera sala del Supremo Tribunal Federal inició esta semana el juicio a siete exjefes de la Policía Militar del Distrito Federal, acusados por la Fiscalía General de omisión en los actos golpistas del 8 de enero de 2023.
Según la acusación, estos funcionarios no actuaron para prevenir la invasión y el vandalismo en las sedes de los tres poderes del Estado, a pesar de contar con medios y deberes constitucionales para hacerlo, convirtiéndose en responsables indirectos de delitos que también enfrentan los manifestantes pro-Bolsonaro.
Por otra parte, Mauro Vieira, canciller de Brasil, denunció una “colusión ultrajante” entre actores brasileños y fuerzas extranjeras para desestabilizar las instituciones y socavar la soberanía nacional.
En medio de la reciente escalada diplomática con Estados Unidos, Vieira afirmó que Brasil defenderá con firmeza su sistema democrático y rechazará toda injerencia externa que pretenda interferir en su orden constitucional.
Asimismo, resaltó la importancia del multilateralismo y la construcción de un mundo multipolar, contraponiéndolo al “arbitrarismo unilateral” y al “imperio de la ley de la selva”, comprometiendo a Brasil con un papel activo en la redistribución global del poder.