No fueron dispersándose. No es que hayan pasado de moda con el tiempo, sino que evaporaron de la televisión y la radio, de buenas a primeras, casi de un día para otro. En las casas de familia quedaron algunos de sus discos y en las emisoras comenzaron a enmohecer las cintas con sus grabaciones, con un lacónico membrete, en mayúsculas, con bolígrafo: NO PONER. Más tarde, cintas y discos desaparecieron también. Se les llamaba baladistas, aunque no solo cantaban baladas. Algunos emigraron cuando aún eran muy populares.
Desde muy al comienzo de la década de 1960, y algunos años antes, arribó a Cuba la fiebre del rocanrol y con esta, las baladas-rock. Algunos ramalazos de twist llegaron también por la misma vía. El cuarteto Llópis-Dulzaides y Luisito Bravo hicieron versiones más o menos rocanroleras del repertorio de Bill Haley, Elvis Presley y Neil Sedaka desde los últimos años cincuenta. No fueron, por supuesto, los únicos. Antes de irse de Cuba, en el 61, La Lupe cantaba “Fever”, muy a su manera. A su manera, también, Celia Cruz, con la Sonora Matancera, interpretaba “Quiéreme siempre” –existe una grabación no profesional– y la orquesta Aragón “Only you” (Solamente tú), para RCA Victor. Luego la chilena Monna Bell se empezó a escuchar en la radio con sus versiones (casi siempre traslaciones en castellano) de sonados éxitos de los festivales de San Remo, Benidorm y de cantantes franceses: “Il mondo” (Un mundo / a la medida de tus besos), “Háblame de él”, “No pienses en mí”, “Una casa en la cima del mundo”… Charles Aznavour, Raphael y Paul Anka sembraron unos cuantos epígonos en el patio.
Ciertos baladistas en caricatura: puños, ceños apretados y ojos cerrados bajo una luz, en cono, cenital. Los brazos doblados, fijados en el pecho para interpretar letras que a menudo hablan del Dolor –que rima invariablemente con Amor–, del papel trágico del Destino. Narran desventuranzas, forzosas separaciones, hiperbólicas pasiones nacidas para durar hasta la eternidad. Y más allá, incluso. Ritmo lento, obstinado, que marca la batería, el piano, la guitarra eléctrica. Cuando se cuenta con orquesta: campanazos, coros, un colchón nutrido de cuerdas, arpas, platillazos, tímpanis, triángulos, gongs… En Youtube he encontrado montones de baladas de esta clase, de Europa y América Latina, baladistas “en su salsa” en cortos musicales de hace cincuenta años por lo menos.
En Cuba, 1964 es el año de “Sans toi”, de Michel Legrand y “El torrente” (Lao y Carmi) por Los Meme y “My prayer” (Mi oración), por Los Zafiros. Bobby Jiménez graba por esos días “Al di la” (Más allá) balada de Donida y Mogol. Bobby me comenta desde Bélgica:
“Mira, yo he incursionado en diferentes géneros de la música que para mí haya tenido una calidad, de Brasil, de Cuba, por supuesto. Yo amo las baladas italianas, ese ritmo de balada-bolero italiano es muy agradable para poder jugar con él. En mis inicios cantaba toda la música norteamericana y después comencé a interesarme mucho en la italiana. Fue la época de Katyna Ranieri, Jula de Palma, Bonino, Nilla Pizzi… Después, en los 60, de la gigantesca Mina, que creo influenció a mi queridísima La Strada. Para comenzar a hablar del asunto te digo que, para mí, la más genialmente loca y genuina baladista cubana fue y será Martha Strada”.
La presentaban como “La primera baladista de Cuba”, en sus actuaciones en teatro, televisión y cabaret desde mitad de los 60. Fotografiada en varias ocasiones por Korda (la llamaban “nuestra Anna Magnani”), discípula de la soprano Mariana de Gonitch, consiguió éxito con una balada italiana con letra en español: “Abrázame fuerte”, desde entonces, su teatral carta de presentación. En una entrevista, en 1991, en Miami expresó: “…me di a la tarea de buscar canciones extrañas, diferentes… Mariana, mi maestra rusa me decía que no, que así no se podía cantar. Yo le decía que así es como yo lo siento y no lo puedo hacer de otra forma. Me dejó por incorregible”.
Hay en Cuba –no faltaba más– una producción nacional de baladas; algunas integran el repertorio no sólo de solistas, grupos, y combos, también de orquestas y conjuntos de baile. A veces se trata de canciones y boleros que introducen en la segunda parte un rock-slow, como para ponerse a tono con lo que impera en todas partes. Omara Portuondo canta “Como un milagro”, de Juanito Márquez, como balada, y Rolito, con el conjunto de Roberto Faz, como bolero. Con signo baladístico el binomio Piloto y Vera da a conocer “Solo tú y yo”, “Ni aquí ni allá” y “Perdóname conciencia” (que hace suya Moraima Secada). Tito Gómez, respaldado por la misma Riverside de tantos chachachás, mambos, guarachas y rumbas, va a popularizar “Voy a ser feliz”, de Jorge Estadella: una de sus canciones favoritas, lo dijo siempre.
Entre los baladistas que aparecen resalta la también actriz Luisa María Güell, quien además compone. Su versión de “No tengo edad” alcanza increíble popularidad, al punto que Pello el Afrokán la traslada a su ritmo mozambique. Meme Solís hasta el fin de la década va a interpretar con su cuarteto muchas baladas-rock de su autoría y de Carol Quintana, Armando Larrinaga, Pedraza Ginoris… (“Estos días de lluvia”, “Traigo mi voz”, “Fue tu bendición”, “La orquídea”, “La razón de sufrir”, “Mía la felicidad”).
Marta Valdés es autora de magníficas canciones y de la balada “Hacia donde” (Toma esta flor, dime tu nombre / quédate un poco, vuelve después), que es magistral, y está Meme con su “Otro amanecer” entre las mejores cosas de esa época… Hay que recordar a Jorge Pais, excelente cantor de baladas… Qué lástima que esta conversación no sea en persona, chico –me dice Bobby.
Acaba de aparecer un disco compacto bajo el sello Egrem –colección Memorias– que reúne una veintena de grabaciones de Martha Strada y Luisa María Güell bajo el título Dos baladistas de los 60. Se vende a un precio super módico en los estudios Areito, en la calle San Miguel, de Centro Habana. Hay gente que se entera que existe y no lo puede creer hasta que tiene el disco en sus manos.
De la Strada el CD incluye: “Abrázame fuerte” (Donida-Mogol), “Días como hoy”, “Sésamo” (Moreau-Algueró); “Perdóname, mi vida” (Zorrilla-Ruíz); “La mamma”, de Aznavour… De Luisa María Güell: su credencial “No tengo edad” (Nisa-Pandero), “Dio como ti amo”, de Modugno; “Tema que no fue” (Tony Taño, de la película El huésped, de 1965, de Eduardo Manet); “Puppy”, de Chucho Valdés; “Bachiana”, de Reembert Egües; “Cuando el sol”, de Teresita Fernández y “Estás lejos”, de Pablo Milanés.
“El autor de una de las baladas cubanas –que considero la más bella– era buen amigo mío en la época en que la compuso. Él cantaba en los momentos musicales del Oasis de Varadero y una mañana me tocó a la puerta. Pablito ¿qué haces aquí? Y me contestó: mira, Bobby, anoche compuse una balada-rock y he venido para que la escuches: ‘Estás lejos y creo ver / tu figura ya por doquier…’ Fui el primero que tuvo la fortuna de conocer la balada más bella que, en mi opinión, oídos humanos hayan escuchado”.
Caramba, que clase de artículo !!!!!!!!!!!!!!! Muchísimas gracias al autor !!!
Faltan montones de intérpretes por mencionar de esa época, casi todos en el exilio, por no decir todos.
Sigfredo, como siempre, riguroso y potable, lúcido, generoso. Me quedé con la miel en los labios por la información fresca de conciertos en Cuba (El Sexteto Habanero en el Palacio de la Rumba, lo de Silvio), pero intercalar artículos como este, también se agradece. Siempre se aprende leyendo a Sigfredo. Gracias y a esperar por el próximo.
…COMO SIEMPRE: MUY CERTERO el Señor SIGFREDO ARIEL EN ESTE -muy bien documentado artículo- “DE BALADAS Y BALADISTAS”. Soy testigo ocular y vivencial de todo lo que aquí ÉL expone con clara y meticulosa VERACIDAD (aquí OVACIONO). Y AGRADÉZCOLE A SU CLARO Y AFILADO ESTILO, “REFRESCARNOS” LA MEMORIA, CON LO QUE -desafortunadamente- PASÓ -en muchos casos- “INADVERTIDO” para el “RESPETABLE”.
Gracias, SýGFRE y aquí vá el DEBIDO abrazón desde Coral Gables, FL, USA.
Jaime Almirall-Suárez..
Sigfredo, qué bueno este espacio para que compartas el anecdotario de tu enciclopedia personal
Para los que pasamos la sesentena, un artícuo-crónica como este nos hace recordar y, ya lo sabemos, recordar es volver a vivir. Gracias al también poeta Sigfredo Ariel por este y sus trabajos anteriores. Dan vida.
Que nostalgia y que placer leer estos articulos de Sigfredo. Gracias por tu sabiduria y que vengan muchos mas articulos como estos.
tambien para mí, la más genialmente loca y genuina baladista cubana fue y será Martha Strada. Ver de nuevo a Bobby Jimenez, y no sabia que pertenecio a los Meme, asi dice el pie de foto, tampoco sabia que Voy a ser feliz era de Jorge Estadella, crei que era de Vera, siempre se aprende algo, este trabajo me ha encantado, de veras, estas muy en tema, gracias
Corro ahora mismo a comprar ese dico!!
bien por ariel. fue una hermosa epoca, que todos los que la vivimos disfrutamos muchisimo, mas los que tuvimos la oportunidad de llevar esos numeros a la radio.
solo dos cosas: no creo que monna bell fuera la responsable de esos temas. se le recuerdan “un telegrama”, “la montaña” y “aun te sigo amando”. probablemente refieras a renata, una española que entro en el pais muchismo mas que en el suyo.
otro: revisa lo de la aragon. no sera “quiereme siempre”, tema que mucho pongo de ejemplo para hablar de el interesante tema de las versiones que en la Isla ha casi desparecido?
Muy bueno Sigfre. Una época dorada muy olvidada que es savia y nutriente de mucho de lo que vino después. Me encanta que nos hagas recordar a muchos y enterarse a los mas jóvenes de lo bueno que fue y ya no es.
Magnifico. Que fue de Jorge Pais? Sabe La Guell que su musica se vuelve a vender en Cuba. Solo una observacion. No se evaporaron esos artistas. Los evaporaron. Esperaba encontrarme el nombre de Marta Justiniani. O me equivoco… Gracias Sigfred.
Es que, definitivamente, Cuba tuvo la suerte de que aterrizaras en Ella procedente de otra dimensión porque lo tuyo no tiene explicación terrenal. De verdad. Desde mis 75 puedo decir que no he conocido a alguien de tu generación con un conocimiento tan vasto y profundo de lo que no se ha vivido, del ingenio para compartirlo sin egos, ni prepotencia, ni pedantería y sí con una fluidez y una frescura que enamoran de inmediato. Eres genial, pequeño gigante y yo te quiero y admiro mucho desde que nos conocimos, por allá por los 80, en Radio Ciudad de La Habana. Te beso.
Olvidé comentar la indignación que me producía aquel NO PONER que privaba a los cubanos de conocer a sus grandes artistas . Y, algo más, nomencionas a Elena. Pienso que Ella conjugaba el feeling con la balada de manea excepcional.
Querida María Luisa: Es cierto que no menciono a Elena, y ella fue quien trajo de México muchas canciones, en tiempos de tremenda cerrazón en Cuba, entre ellas Llorar por dentro, de Arturo Castro, por mencionar una sola. Elena cantó muchas baladas, trayéndolas siempre a “su manera”. Se atrevió con todo. ¿Recuerdas que cantaba incluso, con Froilán y la Aragón “Romance andaluz”? Lo que pasa es que en tan poco espacio no se puede abundar demasiado, pues también uno corre el riesgo de aburrir. Sin ir más lejos ¿Acaso “He venido”, de Vergara, por Los Zafiros no era una balada estupenda, y muy cubana? Y de Larrinaga “Ilusión, Ilusión” y Por qué y por qué”… pero como el deporte nacional cubano es el olvido, no se puede “fundir” demasiado a la gente de ahora con cosas de hace un par de décadas o un poquito más. Pienso, de verdad, que hay una conspiración para que la gente olvide hasta como se llama, imagínate tú de las canciones. Un abrazo, con la alegría de encontrarte por aquí, gran voz de la locución cubana. Mi admiración de siempre. S.A.
Otra maravilla de las suyas. Gracias Sigfre
Hola S.A. (para nada anónimo tú)
Debías animarte y relatar la intrusión musico-eslava del siglo pasado en Cuba la que muy a nuestro pesar dejó escaras. Nombres que olvido, pero destacan Ala Pugachéva, Edita Piéja, Muslim Magomaiev, Karel Gott, etc. Y de los rockers “legales¨ en la radio y el teatro (cuando giraban) Locomotiv GT, Neuton, y otros menores de la esfumada RDA. Un abrazo.
Hola Sigfredo, no sabía que Bobby Jiménez y Moraima habían estado en la nómina de Meme Solís .Yo creía que ” Cuando el sol ” era de María Alvarez Rios , me pareció verlo en un disco..Un abrazo hermano. Dago
Para los que no lo vivimos nos aportas mucho. Nos viene bien saber que tuvimos para darnos cuenta de que estamos hechos.No pares sigue sigue
Daria lo que fuera por conseguir ese CD.pero no estoy en Cuba.Cuanta nostalgia,gracias!
Martha fue unica e inigualable.Nadie como ella para interpretar La Mamma.Perdonenme Aznavour,Raphael.Su forma de decir,su temperamento interpretation,la hicieron unica.tuve la suerte de concerns,cuando ella Vivia en 19 de Mayo y Ayesteran.yo Vivia una cuadra de Alli.sus hijos, Manolito y Tati fueron amigos en mi niñez.
SIGFREDO ARIEL, GRACIAS X TRAER A ESOS OLVIDADOS EN CUBA, YA LOS NOMBRASTE Y LOS HOMENAJEASTE, JAMAS LOS OLVIDAREMOS ASI COMO A OSCAR MARTIN, ORLANDO FIERRO, TOMAS MORALES CON “LA GRAN AVENTURA” DE GINORIS……TERESITA HERRERA “SER”, REGINO TELLECHEA CON DON FELIPE, ELSA RIVERO, OSCAR QUINTANA, …LA LISTA SERIA INTERMINABLE
GRACIAS PUES SIEMPRE TUS PROGRAMAS EN LA NOCHE DONDE ESCUCHE UN BELLO CD DE LA UNICA ELENA, TE LO JURO Q NUNCA QUERIA Q TERMINARA, ENTRE ELLA “LA BRUMA” DE UNO DE LOS HERMANOS RIOS, GRACIAS, GRACIAS……….PERO AMIGO NO SE DEBE OLVIDAR A UNO DE LOS Q MAS HIZO POR EL ROCK Y LAS CANCIONES MODERNAS Q FUE RAUL GOMEZ, LOS ASTROS, LOS BUCANEROS, MIRTHA Y RAUL Y LAS CANCIONES PARA SOLISTAS…..Y PABLO COMO DICE EL GRAN BOBBY “ESTAS LEJOS”…GRACIAS