Guajira guantanamera. ¿Qué tienen estas dos palabras que le han dado la vuelta al mundo y las cantan personas de cualquier nacionalidad o idioma?
Joseíto Fernández —autor de la famosísima canción— comenzó su vida sin poder alcanzar estudios académicos, por lo cual, aparte de aprender un poco de música y cantar en fiesta y serenatas, no le quedó más remedio que ser limpiabotas, zapatero y vendedor de periódicos, para mantenerse y ayudar a la familia. En la década de los años 30 del pasado siglo se hizo popular la Guajira guantanamera de Joseíto Fernández, quien improvisaba versos sobre la melodía creada, que muchas veces ponían el dedo sobre peliagudos asuntos de la vida cubana de entonces. Como compositor tuvo otros éxitos, entre ellos: “Elije tú que canto yo”, interpretado por el gran Benny Moré.
Son incontables los artistas que han hecho versiones de la guajira de versos octosílabos pero la más famosa es, sin dudas, la creada por el compositor y pianista cubano-español Julián Orbón quien a finales de los años 40 experimentó sustituyendo los versos improvisados de Joseíto por los versos sencillos de José Martí. La Guajira guantanamera se ha paseado y con éxito, por el mundo entero, la han interpretado: Benny Moré, Demis Roussos, Libertad Lamarque, Paul Muriat, Luciano Pavarotti y Pete Seeger entre sus cientos de versiones.
En el barrio habanero Los Sitios, en Gervasio, no. 658, está la casa donde vivía Joseíto Fernández. Infinidad de veces lo vi sentado, en la puerta, desde donde saludaba sentado en su sillón a cuanta persona pasaba por ella. Algunas tardes lo vi pasear por la calle Reina, cuando pasaba por la acera de la Revista Cuba Internacional donde yo trabajaba.
El edificio Art Noveau, donde radicaba nuestra revista, estaba en la misma esquina de dicha avenida y la calle Lealtad. En diagonal y al otro lado de la avenida, a su izquierda la famosa Ferretería “Feíto y Cabezón”.
Muchas veces, grupos de periodistas y fotógrafos que salían a tomar café a la esquina se tropezaban con él y se detenían a conversar. Todo era tan cotidiano y amigable que se nos olvidaba quién era, seguramente perdimos muy buenas fotos e historias.
La primera vez que tuve conocimiento de la Guantanamera, tendría como seis o siete años, igual que millones de personas fue por un programa de radio que salía al aire a las tres de la tarde y se llamaba: “El Suceso de Hoy” y trataba de cuanta tragedia familiar ocurriese en la Isla. La audiencia era tremenda, de forma tal que, al igual que el cañonazo de las nueve, al caminar por la calle usted sabía que eran alrededor de las tres de la tarde cuando escuchaba que al ritmo de la Guantanamera, en la voz de Joseíto se narraban —a través de versos improvisados— los sucesos del día. El programa contaba con unas de las actrices más talentosas de la Radio: Marta Jiménez Oropesa, la Rita del legendario “Alegrías de sobremesa”.
Lo vimos antes, durante y después, de que la Guajira Guantanamera fuera interpretada por Pete Seeger en el Carnegie Hall de Nueva York. Era tan familiar para mi que casi no lo retrato. No fue hasta un día en que estábamos Antonio Conté, periodista y poeta, el fotógrafo Iván Canas y yo parados en el portal y llegó Joseíto Fernández. Nos saludó, y ya se marchaba cuando me di cuenta que nunca le había tomado una foto. Sin anunciarle mi intención le dije: “espérame aquí” y salí disparado a buscar la cámara. Aquí les muestro las fotos que hice aquel día, las únicas que tengo de nuestro amigo Joseíto Fernández, El Rey de la Melodía.
José Fernández Díaz, el autor de la canción cubana más popular de todos los tiempos, nació en La Habana el 5 de septiembre de 1908 y murió en esa misma ciudad el 11 de octubre de 1979. La última vez que lo vi fue en la puerta de la Revista. Quise preguntarle en qué fecha exactamente había compuesto la Guantanamera y de cuándo era la versión de Pete Seeger pues en aquella época nada salía de aquí, ni entraba tampoco y uno se enteraba de las noticias por fuera. Pero no lo hice.