Goya, pintor de la realeza, cuyos cuadros y grabados tienen hoy un valor incalculable, no nació en cuna de oro. El afamado artista aragonés vino al mundo en una humilde casa, en el pueblo de Fuendetodos, muy cerca de la ciudad de Zaragoza.
Fuendetodos es un pueblo más de la España rural, sin nada que destaque, excepto el hijo ilustre que lo ha puesto en el mapa y por el que cada año vienen miles de visitantes a esta villa de unos 150 habitantes en la que apenas vivían 40 personas al nacer Goya. Antaño tierra de ganaderos, hoy el turismo goyesco es su principal industria. Por todo el pueblo se ven carteles que hacen alusión al pintor, hay un museo del grabado, panaderías y restaurantes con referencias a Goya en sus ofertas, un mural con las diferentes firmas que usó el artista.
Francisco José de Goya y Lucientes vino al mundo en Fuendetodos, en 1746, en casa de su tío materno Miguel Lucientes, por puro azar, pues la vivienda familiar en Zaragoza estaba siendo remozada. El que después sería un pintor de talla universal vivió en esta casa rural sus primeros años.
Con el paso del tiempo la casa donde nació Goya, construida en el siglo XVIII y ubicada en la calle de la Alhóndiga #15, pasó de mano en mano y hasta se usó como posada del pueblo. Nadie se acordaba que en ella había nacido el gran Goya.
Fue el pintor Ignacio Zuloaga quien en 1913 la identificó como la casa donde había nacido el pintor de las majas (vestida y desnuda). Él y otros artistas colocaron una lápida en la fachada que reza: “En esta humilde casa nació para honor de la patria y asombro del arte, el insigne pintor Francisco Goya Lucientes. 31 Marzo 1746 – 16 Abril 1828. La admiración de todos rindió este homenaje a su imperecedera memoria”. Posteriormente, en 1916 Zuloaga compró la casa.
Hace algún tiempo visité la casa más famosa de Fuendetodos (lindo nombre que viene de la fuente pública del pueblo). De escasas ventanas y poco iluminada, húmeda y fría, la vivienda consta de tres plantas: en la baja tenemos zaguán, cuadra y cocina, mientras que en la superior se encuentran una sala y dos habitaciones y sobre estas, en el tercer nivel, el granero. Actualmente la decoración es austera, sobria, como la que debió tener cuando el pequeño Goya corría por sus escaleras.
Como buena parte de España la casa de Goya sufrió “los desastres de la guerra”. Fue parcialmente destruida y saqueada durante la guerra civil. Se reconstruyó en 1945 y en 1982, al ser declarada “Monumento Histórico Artístico Nacional”, se realizó un proceso de restauración más radical que la llevó a los años de Goya. Esa es la casa que encuentra hoy el visitante.
El hogar donde nacemos y pasamos los primeros años nos marca para siempre. Goya, después de haber vivido en palacios, rodeado de lujo y boato, escribía a un amigo esta definición de hogar: “Para mi casa no necesito de muchos muebles, pues me parece que con una estampa de Nuestra Señora del Pilar, una mesa, cinco sillas, una sartén, una bota y un tiple y asador y candil, todo lo demás es superfluo”.