Después de los ensayos clínicos, las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna están demostrando su efectividad en millones de personas en todo el mundo, pero ¿cuántas dosis son necesarias para aquellas que han sufrido la COVID-19? Un nuevo estudio corrobora que solo un pinchazo.
El trabajo se publica en la revista ACS Nano y en él sus responsables también sugieren que los refuerzos de vacunas podrían ser necesarios para todos en el futuro.
Prior covid? Unless it's a severe case, one-dose mRNA vaccine adds considerable protection and nothing added by 2nd dose. This is now concordant w/ >20 studieshttps://t.co/8Qpuw193zk @acsnano pic.twitter.com/TJNbl8HPy9
— Eric Topol (@EricTopol) June 23, 2021
En los ensayos clínicos, las vacunas contra la COVID-19 de Pfizer-BioNTech y Moderna tuvieron una eficacia de alrededor del 95 % en la protección contra las infecciones sintomáticas.
Ambas vacunas de ARN mensajero hacen que el sistema inmunitario produzca anticuerpos contra el dominio de unión al receptor o RBD y son necesarias dos dosis para proporcionar inmunidad a las personas que no han padecido previamente la COVID-19.
El RBD, que está dentro de la proteína Spike, es la parte del virus que se adhiere a las células huésped.
La Sociedad Química Americana recuerda en un comunicado que en los ensayos clínicos participaron muy pocas personas que ya se habían recuperado de la enfermedad, por lo que la respuesta inmunitaria de estos individuos es menos conocida.
Además, agrega, no se ha caracterizado bien el curso temporal del desarrollo de anticuerpos en ambos grupos, ni cuánto tiempo persisten los anticuerpos neutralizantes del virus.
Por ello, Otto Yang y sus colegas de la Universidad de California (EE.UU.) quisieron comparar los niveles, la calidad y la persistencia de los anticuerpos tras una y dos dosis de la vacuna de ARN mensajero en personas con o sin infección previa por SARS-CoV-2.
Los investigadores utilizaron un ensayo inmunoenzimático para medir los anticuerpos contra el RBD en sujetos que recibieron los preparados de Pfizer-BioNTech o Moderna y en personas no vacunadas poco después de casos leves o graves de COVID-19.
En los 28 participantes sin infección previa, una dosis de cualquiera de las dos vacunas desencadenó niveles de anticuerpos similares a los observados tras las infecciones leves por COVID-19, mientras que se necesitaron dos dosis para obtener anticuerpos contra la RBD que se aproximaran a los observados tras los casos graves.
Por el contrario, en 36 participantes que tenían COVID-19 antes de la vacunación, la primera dosis produjo una respuesta fuerte de anticuerpos similar a la infección natural grave, pero la segunda dosis no proporcionó ningún aumento adicional de los niveles de anticuerpos.
La calidad de estos, indicada por su capacidad de neutralizar la proteína Spike del SARS-CoV-2 y su potencia (la que usa el virus para entrar en la célula) siguió patrones similares.
Después de la segunda dosis de la vacuna, los niveles de anticuerpos disminuyeron en ambos grupos de forma comparable a la infección natural, con una pérdida media del 90 % en 85 días.
Aunque se necesita más investigación sobre la respuesta de las células T a las vacunas —otro brazo de la respuesta inmune— este resultado sugiere que probablemente se necesiten vacunas de refuerzo para todos, concluyen los investigadores.