Rick Crawford es un hombre perseverante. Por varios años, el congresista republicano por Arkansas, junto a otros legisladores y organizaciones de Estados Unidos, ha abogado por un mayor comercio de productos agrícolas con Cuba. Y aunque el proyecto de ley que defiende no ha tenido éxito, no ceja en lo que considera una “prioridad” en su programa político.
Así lo confirmó este jueves en la primera Conferencia Agrícola EE.UU.-Cuba que se desarrolla hasta el 10 de noviembre en el Hotel Nacional, en La Habana.
“Vamos a continuar enviando este mensaje cada vez que tengamos la oportunidad, y a tratar de focalizar la mayor atención”, respondió Crawford a OnCuba durante una rueda de prensa, junto a otros miembros de una coalición bipartidista estadounidense de más de 60 asociaciones, compañías agrícolas y políticos que respaldan un mayor intercambio comercial con la Isla.
Aunque no limitan sus acciones al plano legislativo –y esta Conferencia en La Habana es prueba de ello–, para la coalición y particularmente para Crawford, quien fue reelegido esta semana, el Congreso es el escenario principal para coronar sus esfuerzos.
“Seguiremos insistiendo en lograr todo el apoyo posible para nuestro proyecto de ley. Lo introdujimos en el Congreso pasado y esperamos hacerlo en el próximo y lograr un respaldo aún mayor; creo que estamos más cerca que nunca”, dijo el congresista, quien aseguró que su principal objetivo es “levantar las prohibiciones de crédito que existen para las empresas y entidades cubanas”.
“En el pasado mucha gente obviaba el tema; en el presente, por el contrario, hablan sobre mejorar el acceso al mercado cubano, sobre aumentar los intercambios y también sobre los elementos que obstaculizan la relación comercial, y no solo en una parte concentrada del país sino en muchos lugares”, opinó.
Crawford considera que el cambio de liderazgo en el Congreso, cuya Cámara de Representantes pasó a manos del Partido Demócrata, abre “una oportunidad” para la mejoría en las relaciones con Cuba, particularmente en el sector agrícola, y sostiene que en el Senado existe “un amplio apoyo” a un mayor intercambio comercial.
En junio, el Comité de Agricultura del Senado aprobó mayoritariamente una enmienda a la Ley Agrícola de 2018, para autorizar que los fondos de promoción comercial de EE.UU. pudieran ser utilizados para un mayor acceso comercial en la Isla, aunque encontró el rechazo del senador cubanoamericano Marco Rubio, quien prometió bloquear su avance.
En cambio, el Secretario de Agricultura de Estados Unidos, Sonny Perdue, dijo en 2017 que respaldaría el proyecto legislativo de Crawford durante una audiencia del Comité de Agricultura de la Cámara.
El republicano por Arkansas es consciente de que las relaciones políticas entre ambos países no atraviesan el mejor momento, y de que los vínculos con Cuba “no son una prioridad ” para la actual Administración estadounidense, pero no cree que por ese motivo “deba existir una barrera en cuanto al comercio”.
Dijo que las autoridades cubanas “han sido bastante receptivas”, pero aseguró que “no se trata de una posición que va solamente de gobierno a gobierno sino también de pueblo a pueblo, y acceder con más facilidad al mercado cubano sería muy significativo para los productores estadounidenses y, a su vez, tendría un impacto en la seguridad alimentaria de los cubanos”.
Incluso, piensa que podría atraer la atención del presidente Donald Trump, apelando a su lado pragmático, por los beneficios económicos que reportaría un mayor intercambio con la Isla .
“Hemos conversado con él y es un hombre orientado hacia los negocios. Precisamente estamos basados en el interés comercial, así que creo que existe una oportunidad de apertura, y esperamos que en próximas sesiones legislativas e incluso con el presidente Trump podamos discutir este tema”, dijo Crawford, quien estima que de levantarse las restricciones EE.UU. podría obtener alrededor de 1,500 millones de dólares anuales en ventas al mercado cubano.
El congresista se refirió a las posibilidades que ofrecen productos como el arroz: “Cuba solía ser el primer destino para el arroz estadounidense; ahora es México, pero me encantaría ver a Cuba tener nuevamente esa posición. Además, sabemos en el consumo per cápita acá es mayor que el promedio mundial, y eso es una oportunidad que están perdiendo los productores estadounidenses”.
No obstante, comentó que la propuesta estadounidense no se limita solamente a ese producto sino a un amplio portafolio que incluye muchos otros productos en los que EE.UU tiene un reconocido liderazgo a nivel internacional como el pollo o el trigo.
Sus palabras fueron apoyadas por Doug Keesling, empresario agrícola de Kansas y miembro de la coalición, quien explicó que el el mercado cubano podría recibir cada año hasta un 10 % de las producciones de trigo de Kansas, lo que representaría ganacias de unos 300 millones de dólares.
Por su parte, David Frederickson, Comisionado del Departamento de Agricultura de Minnesota, recordó que el intercambio agrícola con Cuba debería ser un “camino de dos vías” y que la iniciativa de la coalición no se basa solamente “en proveer comida a Cuba sino también en brindar oportunidades a sus campesinos para exportar sus producciones al norte”, algo que hasta ahora no permiten las leyes de EE.UU.
En la apertura de la Conferencia, autoridades cubanas se refirieron al impacto negativo del embargo, “princial obstáculo para los negocios” entre los dos países, y, en especial, en el sector agrícola de la Isla, cuyas producciones recaen en más de un 70 % en el sector cooperativo y privado.
Por su parte, Phil Peters, uno de los organizadores del evento, comentó sobre las comunicaciones mantenidas entre el Ministerio cubano y el departamento de Agricultura estadounidense, gracias a los acuerdos firmados durante la Administración Obama, y enfatizó en la necesidad de”fortalecer ese diálogo”.
Como parte de la Conferencia, los participantes estadounidenses visitarán entidades agrícolas cubanas, intercambiarán con productores locales, y conocerán sobre productos de la Isla que podrían exportarse hacia el mercado estadounidense si se levantaran las restricciones vigentes.
Ya lo reconoce el artículo: “Las relaciones no son una prioridad en USA”, conociendo el tamaño del mercado mexicano, pronto los “farmers” se van a cansar de tanto “esfuerzo” en vano. Llevan años tratando de convencer al Congreso y nada. Por otro lado los farmers son subsidiados por el gobierno, lo que les quita autoridad a la hora de cualquier reclamo y adivinen quienes en realidad pagan ese subsidio…, pues si, los tontos útiles comprando sus productos como Cuba
En vez de usar el dinero e invertirlo en nuestros propios campesinos pagándole como debe ser y dejándolos exportar e importar libremente para potenciar la producción nacional que sería mucho mas barata, preferimos ir a comprarle al “enemigo” del Norte. Quizá Cuba no podría producir trigo, pero arroz, maíz, frijoles y azúcar ?, los produjimos de siempre señores. Resulta ser que ahora importamos azúcar francesa y ni la basura en la Habana podemos recoger? Lo peor es que contamos con la Inversión extranjera como la solución de los problemas y esto es un grandísimo error.
La gran causa de esto es el miedo a potenciar el sector campesino que se haría independiente financieramente y al cual ya después sería bien difícil controlar.
El Estado cubano en lugar de fomentar el crecimiento de la produccion de alimentos quiere pagar para terminar de hundir a los productores nacionales.Los que piensan de ese modo no representan al pueblo cubano.