El Jefe de la misión diplomática de Estados Unidos en Cuba Jeffrey DeLaurentis permanecerá como el más alto representante diplomático de ese país en Cuba, desde la posición de “encargado de negocios interino”, una vez que su Oficina de Intereses pase a ser una Embajada. La confirmación viene incluida en una hoja informativa emitida por el Departamento de Estado, donde también se descarta una pronta alteración o cambio de la Ley de Ajuste Cubano o en el resto de la actual política migratoria entre los dos países: el cubano que emigren ilegalmente y toquen suelo estadounidense no podrá ser deportado.
La promoción de DeLaurentis en su nuevo cargo le ahorra a la Administración Obama una disputa y letargo parlamenatario con Ted Cruz o Marco Rubio. Ambos senadores cubanoamericanos del Partido Republicano prometieron bloquear la nominación de cualquier aspirante que enviase la Casa Blanca para su ratificación. La Cámara de Representantes intentó un movimiento similar, bloqueando los fondos para una sede diplomática en el proyecto de presupuesto para el Departamento de Estado. El presidente Barack Obama vetaría esa ley, si es también aprobada por el Senado.
La oficina de John Kerry da a entender que su personal diplomático en Cuba podrá desplazarse por el país bajo las mismas condiciones que en otras “sociedades restrictivas”, operando “en sincronía con nuestras valores y la política del Presidente (Obama).”
El Departamento de Estado insiste en que la normalización será un proceso largo que requerirá “interacción continua y diálogo entre los dos gobiernos, basados en el respeto mutuo”, una línea en común con los discursos y declaraciones habituales del presidente cubano Raúl Castro.
“Donde tengamos diferencias, un compromiso más profundo a través de las relaciones diplomáticas nos permitirán articular esas discrepancias de manera clara, directa, y cuando proceda, públicamente”, indica el texto de la hoja informativa.
Los temas de futuras pláticas no son ningún secreto. Un alto funcionario del Departamento de Estado explicó en una teleconferencia cuáles son los asuntos ya en agenda, que ambas partes podrán sobre la mesa en el futuro cercano.
“Hemos acordado tener conversaciones sobre fugitivos y aplicación de la ley. También conveníamos discutir acerca de las reclamaciones de cada parte, ya sea las expropiaciones o reclamos de propiedad o las demandas del gobierno cubano contra Estados Unidos por los daños (causado) bajo el embargo” comentó en anonimato un diplomático involucrado en el proceso.
La administración Obama quería conversar con el gobierno cubano acerca de la implementación de las regulaciones aprobadas por Barack Obama en enero de 2015, y que cambian parte de la aplicación del programa de sanciones y restricciones económicas que la parte más afectada denomina como ‘el bloqueo’. El Departamento de Estado espera llevar los temas ante los ministros cubanos que atienden las áreas de mutuo interés.
The Wall Street Journal sugiere que la Casa Blanca deposita confianza en actores privados y de la sociedad civil para presionar la alineación del Congreso con su nueva política hacia el país caribeño, en referencia a iniciativas como la coalición Engage Cuba.
Aunque tal vez Jeffrey DeLaurentis no ostente el título del embajador de Estados Unidos en Cuba por un largo tiempo, sí tendrá el rango diplomático que lo acredite como tal y, a partir del 20 de julio, su despacho estará ubicado en una embajada.
Era una de las opciones de la administracion Obama para poder seguir adelante con el proceso. No expresa la voluntad del gobierno y país norteño que preferirían un Embajador con todas las de la ley, pero deja en ridículo, cosa común en diplomacia, a los extremistas detractores de un proceso que podrá tener y tendrá altas y bajas, pero que a largo plazo es irreversible.
Yo estoy de acuerdo tantos años en lo mismo y al final nuestras familias y pueblo en general es el que sufre las consecuencias d dicho embargo que todo sea por un mundo mejor