La Guardia Costera de Estados Unidos repatrió a 152 balseros cubanos este sábado, como resultado de cinco operaciones de rescate realizadas durante esta semana.
Los migrantes ilegales, de los cuales no se detallan sexo y edad, fueron interceptados entre martes y miércoles en los mares al sur de la Florida, y devueltos a Cuba por los guardacostas Raymond Evans y Charles David Jr., según detallaron las autoridades estadounidenses.
Una vez a bordo de las embarcaciones de la Guardia Costera, los balseros recibieron alimentos, agua, refugio y atención médica básica, de acuerdo con la propia entidad.
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“Estos eventos ilustran cómo las misiones integradas y nuestras sólidas asociaciones son tan fundamentales para proteger este país”, dijo sobre las operaciones Gerald Burgess, oficial de Operaciones Aéreas y Marinas de Aduanas y Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
Las autoridades estadounidenses han insistido en el peligro de migrar de esta manera, y afirman que desde el 1 de octubre a la fecha han interceptado ya un total de 2982 migrantes cubanos en el mar.
De esta forma, en poco más de dos meses se ha superado la tercera parte de todos los capturados durante el año fiscal 2022, finalizado en septiembre, en el cual se interceptaron 6182 balseros provenientes de la isla.
Cuba atraviesa una sostenida oleada migratoria, multiplicada no solo en el número de balseros que se aventuran a atravesar el estrecho de la Florida, sino también por quienes hacen el recorrido por tierra a través de Centroamérica hacia la frontera de México y Estados Unidos.
El Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras de EE.UU. (CBP, en inglés) registró la llegada de 224 607 cubanos a ese país desde octubre de 2021 a septiembre de 2022, según reportes de la agencia española EFE.
La Habana apunta a la Ley de Ajuste Cubano como un motivo para que sus ciudadanos intenten llegar a suelo norteamericano de forma irregular, por tierra o mar. Esta normativa permite acceder a la residencia permanente a quienes permanezcan al menos un año en su territorio.
A ello habría que añadir la grave crisis económica que vive el país, agudizada por la pandemia de COVID-19, las sanciones estadounidenses y las dificultades e ineficiencias internas, situación que motiva a muchas personas a salir de la isla en busca de mejores condiciones de vida.