En medio de la reconciliación en proceso entre Cuba y Estados Unidos, con declaraciones sobre diplomacia comercial y apoyo priorizado a los emprendedores privados, se podría suponer que los empresarios norteamericanos desembarcarán en cualquier momento en los muelles del Mariel, disparando cientos de millones de dólares en el cuerpo de un país maltrecho por años de desaceleración y sanciones externas.
El Foro Económico Mundial para América Latina convocado en Cancún, demostró que el chance para invertir está en manos de cualquiera, siempre y cuando esté fuera de la jurisdicción del gobierno de los EE.UU. Mientras Barack Obama no siga las recomendaciones de Josefina Vidal de “vaciar el bloqueo” por medio de órdenes ejecutivas, crecen las posibilidades de que otros competidores internacionales capturen las oportunidades en la nueva economía cubana.
La ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza, viajó de La Habana a la Riviera Maya esta semana para hablar acerca de los cambios en los que su propia oficina trabaja, ya sea en los pasos intermedios en la transición hacia la unificación monetaria o llevando las cuentas nacionales y el presupuesto record de 54 mil millones de pesos, destinado a los gastos del Estado durante el año 2015.
Pedraza encabezó la primera delegación de su país invitada a uno de esos encuentros. Ofreciendo un diagnóstico del presente, indicó que su gobierno “ha alcanzado una estabilización de los indicadores macroeconómicos, está participando en negociaciones productivas con sus acreedores extranjeros y avanza para eliminar su sistema de dualidad monetaria”, según publicó la web del Foro Económico Mundial en una nota de prensa.
Su ponencia sobre la cartera de negocios para la inversión extranjera en su país abarrotó dos salas con empresarios, a quienes se sumaron dos altos cargos del gobierno mexicano en primera fila: Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, y de Relaciones exteriores, José Antonio Meade. Ambos la escucharon hablar de la apertura al capital foráneo, el deseo de modernización y de su primera área especial de desarrollo, que funciona como vitrina de toda la actualización.
“Las acciones emprendidas por el gobierno de Cuba con su nueva zona comercial expanden el potencial para las inversiones estratégicas provenientes de México. Las empresas mexicanas están muy entusiasmadas”, dijo Guajardo en declaraciones recogidas por el sitio web del evento.
El Foro Económico Mundial para América Latina, al igual que la Cumbre de las Américas, centró su atención en el invitado novato. Hasta el anfitrión del evento, el presidente azteca Enrique Peña Nieto, recordó la disposición de su gobierno para apoyar la metamorfosis económica de su vecino, hasta hace poco “perdido” al otro lado del Estrecho de Yucatán.
Peña Nieto dejó claro el interés de su país en participar dentro de un entendimiento que aportará beneficios concretos, en cuestiones tan delicadas como la definición de las fronteras marítimas en un Golfo de México rebosante de petróleo. México, junto con Brasil, es uno de los ganadores con la normalización entre Cuba y Estados Unidos.
Una inquietud similar surge en el otro lado del Atlántico. La Unión Europea le puso el acelerador a su propia normalización, alcanzando velocidades insospechadas. La Alta Representante Exterior del bloque comunitario, Federica Mogherini, viajó a La Habana en marzo de 2015 y el canciller cubano Bruno Rodríguez le devolvió la cortesía un mes después, haciendo una escala en Bruselas, durante su gira por algunas capitales del Viejo Continente.
Por su cuenta, algunos países buscan una vía propia. Francia da señales de explorar una relación más profunda con Cuba, al igual que Holanda, primer país europeo en proponer un nuevo comienzo en sus relaciones con la isla. España olvida disputas del pasado reciente y desempolva sus propios vínculos.
Tras su ponencia en Cancún, la ministra Pedraza les recordó en su cara a los empresarios estadounidenses que todavía no pueden comerciar o invertir libremente en y con Cuba, recomendándoles acabar de una vez con el aparataje de sanciones y restricciones todavía vigentes. No es extraño que el trabajo político realizado desde Washington hacia esa dirección, se haga en nombre del libre mercado.
Durante la Cumbre de las Américas en Panamá, la presidenta de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Alicia Bárcena, resumió la situación con un vaticino en tono de advertencia: “Es un momento único en la economía cubana, y por eso me parece muy bien lo que está pasando porque en el fondo, si no hay ese acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, en realidad el que se va a quedar fuera del proceso de modernización de Cuba va a ser Estados Unidos”.
Como profano en el tema no puedo hacer predicciones ni me parece que sean necesarias. Estados Unidos va a hacer las cosas al ritmo que le parezca oportuno. Puede que ciertas empresas pierdan oportunidades de hacer algunos negocios, pero en un balance reciproco de necesidades Cuba no representa nada esencial para la supervivencia de la economia norteamericana.
Creerse que el ombligo del mundo pasa por La Habana ha llevado a bastantes espejismos. Ah! y soy residente en La Habana, donde deseo permanecer. Me gustaria mucho que Cuba progresara con o sin los vecinos del norte.
La oportunidad de inventir en Cuba existe para todos menos Los CUBANOS mismos. Es como si estuviésemos aplicando las reglas neoliberales del Washington consensus. VAYA ironía macho!