El Ballet Español de Cuba (BEC) regresó a La Habana luego de una prolongada y exitosa gira por ciudades de China para mostrar el crisol de la cultura nacional, que incluye un no menos importante factor contributivo chino.
Bajo la dirección del maestro Eduardo Veitía, la compañía presentó el espectáculo Yo soy Cuba en una veintena de ciudades del gigante asiático, en kilométricos recorridos en ómnibus, tren o avión.
“Fue una bonita experiencia que acaban de vivir 30 artistas, entre músicos y técnicos que acompañaron la gira”, dijo Veitía en conferencia de prensa, según un reporte publicado por Radio Enciclopedia.
Durante la gira, el artista recibió varios reconocimientos, entre ellos el de la Academia de Ballet de Beijing, y el del teatro de Mundanjiang (provincia de Helionjiang) y en esta última locación fue nombrado Asesor de Arte de esa institución.
Los ensayos para la gira comenzaron en diciembre del pasado año, y se incorporaron Yessel Ramos, primer bailarín del Conjunto Folclórico Nacional, y dos integrantes del Ballet Rakatán, lo que permitió un espectáculo que incluyó en sus demostraciones escénicas bailes como el danzón, el danzonete, el bolero, el son y el chachachá.
¿Una habanera china?
Una de las novedades resaltadas por Veitía fue el baile de una habanera china, en la cual se utilizan abanicos, toda vez que en la cultura china ese objeto utilitario y decorativo simboliza mucho más que una simple herramienta para refrescarse. Se considera un símbolo de estatus social y se utiliza en ceremonias importantes, como bodas y festivales.
El ballet Yo soy Cuba integró, a su vez, escenas típicas de La Habana como su malecón, un parque, el solar, y un bar para reflejar de algún modo la vida nocturna de la ciudad.
Veitía, también bailarín y coreógrafo, resaltó la simpatía del público chino ante la propuesta cubana, la que tuvo momentos de simbiosis cuando “en algunos momentos de las escenas se mezclaba con los bailarines, y terminaba bailando con ellos”.
La delegación artística visitó lugares históricos, en tanto el maître Eddy Veitía impartió una clase magistral sobre bailes cubanos junto a cuatro integrantes del BEC.
Por otra parte, el periodista y crítico Toni Piñera, que acompañó el periplo, ofreció una conferencia acerca de la historia de la compañía, mientras que Yessel Ramos dictó una clase magistral de música cubana y latinoamericana a bailarines chinos.
“Las distintas escenas (El bar, El solar, El malecón, El parque y El carnaval) diseñan una magia que cautiva al espectador”, escribió Piñera en el diario Granma.
Factores del éxito
El experto resaltó el trabajo de los primeros bailarines Claudia González y Daniel Martínez, el bailarín principal Eduardo Arango y el cuerpo de baile del BEC, así como los artistas invitados: Yessel Ramos, primer bailarín del Conjunto Folclórico Nacional de Cuba, y Daunis Noblet/Yankro Y. Jiménez, del Ballet Rakatan.
Igualmente tuvo palabras de elogio para el grupo musical acompañante Son D’Estilo, liderado por el maestro Enrique Collazo, el director musical del espectáculo, e “integrado por otros cuatro excelentes músicos y cantantes, quienes con su quehacer, realzan la obra”.
Asimismo, ponderó los diseños escenográficos y el video mapping, de Tamine González, “que aderezan la pieza con sus imágenes de La Habana y otros rincones de la isla”, así como el vestuario de Maray Pereda, “que nos transporta visualmente a la nación caribeña y su rico folklor”.
Culíes, la semiesclavitud china en Cuba
Una de las plazas visitadas por la compañía fue Dongguan, “un lugar especial para Cuba” dado que a mediados del siglo XIX miles de inmigrantes chinos arribaron a la isla, “la gran mayoría de esta región, situada al noroeste de Hong Kong, en el río de las Perlas”, apuntó Piñera.
La cifra estimada de llegada de chinos a Cuba en el siglo XIX es de 150 mil, a partir de la total registrada por cargamentos de chinos denominados culíes, llegados en embarcaciones entre 1847 y 1874, que fue de 124 mil, según la estadística manejada por el historiador Juan Pérez de la Riva, un estudioso de la llamada trata amarilla.
Ballet Español de Cuba
Bajo los auspicios personales de Alicia Alonso, se crea en 1987 el Ballet Español de La Habana, que a fines de 2000 adoptó el nombre de Ballet Español de Cuba.
El núcleo inicial de lo que sería la compañía estuvo formado por siete mujeres jóvenes procedentes de la Sociedad Estudiantil Concepción Arenal.
La primera directora de la agrupación fue Olga Bustamante. En 1993 pasó a dirigirlo el maestro Eduardo Veitía.
En 2019 el BEC realizó una exitosa gira por la República Popular China, donde durante dos meses y en 31 ciudades presentó la obra El fantasma de la ópera con salas a lleno completo.