La historia de Bodegas Torres en Cuba no comenzó dos décadas atrás, con la llegada (en verdad, el regreso) de sus vinos a la Isla a través de la distribuidora Sur Continente S.A. Es necesario retroceder más de un siglo, al mismísimo origen de la empresa.
Hasta La Habana vino Jaime Torres Vendrell buscando fortuna en 1855. Desde La Habana regresó a su natal Cataluña con el dinero necesario para fundar en 1870, junto a su hermano Miguel, las bodegas que son hoy reconocidas en todo el mundo.
Desde su primera exportación a Santiago de Cuba en 1876, Torres ha crecido hasta convertirse en una empresa sólida e innovadora, que exporta sus vinos y brandies a más 150 países y se encuentra entre las más admiradas del planeta según la revista especializada Drinks International.
Pero el mercado cubano sigue ocupando un lugar especial.
“En Cuba jugamos en casa –asegura a OnCuba Carlos A. Acosta, representante de Bodegas Torres en La Habana–. Para la empresa, hay mucho de sentimiento, mucho de filia, cuando se habla de este país.”
Estos vínculos afectivos no se remontan solo al pasado.
“El actual presidente de la Bodega fue gestado en Cuba, mientras sus padres estaban exiliados. Y aunque su madre fue a darlo a luz a España, él suele decir que es de fabricación cubana”, explica Acosta, un canario con más de una década al frente de los negocios de la empresa en La Habana.
“Por toda esa historia, la familia no ve netamente a Cuba como un mercado comercial –afirma–. Puede que en términos de dinero tengamos pérdidas, pero en cambio tenemos ganancias muy grandes en satisfacción. El reconocimiento que tenemos en Cuba es muy grato para la empresa.”
Entre vinos y Habanos
Sostenida a lo largo de cinco generaciones, Bodegas Torres es una empresa que no se cotiza en la bolsa y descansa su éxito en el legado transmitido de padres a hijos. Integra la asociación Primum Familiae Vini, que reúne a once de las familias centenarias fabricantes de vino más importantes del mundo.
Por varios años estuvo ausente de Cuba, pero desde su regreso ha venido afianzando su posición.
“Ha sido un trabajo arduo, porque en otros países con una campaña publicitaria bien amplia puedes inundar un mercado pero en Cuba no sucede así”, dice Acosta a OnCuba.
La constancia y la calidad han sido sus principales argumentos.
“Torres se ha caracterizado siempre por apoyar la difusión de la cultura del mundo del vino y los brandies –explica– y en Cuba hemos tenido que hacer un trabajo de fondo, de capacitación a los sommeliers.
“Todos los años programamos viajes para que los sommeliers puedan ver directamente nuestras vides, puedan tocarlas con su mano y conocer la tierra de dónde viene el vino, descubrir todo el proceso de su fabricación. Eso supone una capacitación constante, la realización de diferentes actividades y maridajes; es como una mancha de aceite, que va muy lenta pero se va propagando poquito a poco. Así hemos ido ganado un espacio.”
Un momento muy significativo para la empresa en la Isla es el Festival del Habano.
“Desde hace 13 años estamos colaborando activamente con el festival, al que consideramos el evento de Cuba –sostiene el representante de Bodegas Torres–. Para nosotros es una plataforma muy importante a nivel internacional para exponer nuestros productos de alta calidad y cada año tratamos de tener una presencia en sus jornadas y realizar diversas actividades.”
“Este año, por ejemplo, hicimos una cata en el Palacio de las Convenciones con cuatro brandies de nuestra marca (Torres 10, Torres 15, Torres 20 y Jaime I), y un maridaje de estos brandies con dos vitolas de Habanos de las marcas Romeo y Julieta (Short Churchills) y Partagás (Serie D No 4), que nos parece tuvieron buena acogida de los sommeliers participantes y en los que estuvo con nosotros Javier Reynoso, embajador mundial de nuestras bebidas espirituosas.
“Además, organizamos un concurso de coctelería y tuvimos participación en el menú de la cena de gala, con dos vinos y un brandy.”
Una primicia para el ron cubano
La apuesta de Torres por Cuba no se limita a sus reputados vinos y brandies; va más allá de sus productos tradicionales para enfocarse en las potencialidades de la Isla.
“Nuestra empresa también comercializa producto cubano –explica Acosta–; exportamos Ron Santiago para España y hemos exportado ron Caney también, pero queremos dar un paso mayor en nuestra asociación con Cuba.
“Ahora mismo estamos inmersos en nuevo proyecto para tener una marca compartida con Cuba que nos garantice también ser una plataforma para promover en el mundo las virtudes del ron cubano”, dice en primicia a OnCuba.
Según el representante de Bodegas Torres en la Isla, su empresa lleva varios años pensando este proyecto y “ahora la política de Cuba de promover las exportaciones facilita hacer realidad ese sueño”.
“Andamos todavía en el proceso –afirma–. Estamos estudiando cómo se llamaría y otros detalles, porque no sería una marca solo de Torres sino compartida, y es necesario negociar y considerar los requerimientos de la otra parte.
“Es un proceso que debe tardar todavía algunos meses, pero creo que a finales de este año o inicios del año ya podríamos tenerla lista –confirma la primicia–, así que estamos y seguiremos estando en Cuba.”