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En Matanzas, las autoridades sanitarias y políticas salieron esta semana a desmentir rumores sobre una supuesta “enfermedad desconocida” y muertes asociadas a la actual crisis epidemiológica por un brote de arbovirosis.
El ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, aseguró durante una reunión de sostenibilidad del municipio cabecera que “ni el dengue ni el chikungunya son enfermedades nuevas, raras o desconocidas”.
Subrayó que “no hay fallecidos, ni casos graves, ni críticos” por esas causas, de acuerdo con el periódico Girón.
“Todo lo que estamos diciendo tiene un respaldo de laboratorio. Nadie puede esconder una epidemia ni los muertos”, afirmó el ministro, acompañado por las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia.
Portal Miranda explicó que el repunte de casos responde a la alta susceptibilidad de la población, luego de varios años sin circulación intensa de esos virus, y a las condiciones ambientales que favorecen al mosquito Aedes aegypti.

Matanzas frente a la crisis epidemiológica
Las autoridades sanitarias anunciaron un paquete de medidas que incluye refuerzo de policlínicos, apoyo con medicamentos e insumos, acciones de higienización y fumigación.
Asimismo, confirmaron la incorporación de más de 500 estudiantes de Ciencias Médicas a las labores de pesquisa y asistencia.
El objetivo, precisó Portal Miranda, es “transmitir seguridad a la población” y “salvar vidas”, en medio de las limitaciones actuales.
“Tenemos que transmitirle a la gente que no dejamos de saber que tenemos problemas, pero que estamos haciendo todo por salvarle la vida. Y eso tenemos que hacerlo entre todos”, concluyó.
Entre la confianza y la incredulidad
Sin embargo, el mensaje oficial no ha disipado las dudas ni el malestar de muchos matanceros, que en redes sociales y espacios comunitarios cuestionan la transparencia de la información y la gestión de las causas del brote.
Aunque no existen cifras verificables sobre fallecimientos asociados, varios usuarios en redes aseguran que sí ha habido muertes de personas con dengue o chikungunya, algunas de ellas con enfermedades previas agravadas por las arbovirosis.
Una internauta escribió bajo la nota del periódico Girón:
“Es indignante leer cómo refieren que la proliferación del mosquito se debe al cambio climático, cuando todos sabemos que la basura, los salideros y las fosas reventadas son los verdaderos criaderos”.
Otra usuaria agregó:
“A mí me consta al menos una persona fallecida. Tenía una enfermedad de base, sí, pero si no hubiera tenido chikungunya estaría viva. Estos casos se pudieron prevenir si el Gobierno cumpliera sus deberes con la población”.
La periodista Yirmara Torres, residente en la provincia, expresó en sus redes:
“No. No hay muertos, pero los hay. Eso lo saben muchas familias, vecinos y médicos. Cada día hay más desconexión con lo que vive la gente. Respeto para el pueblo. Solo un poco de respeto”.
Una crisis que va más allá del mosquito
El brote de arbovirosis en Matanzas se inscribe en un contexto marcado por el deterioro de los servicios de saneamiento, la escasez de recursos sanitarios y la percepción de desconfianza hacia la información oficial.
Las autoridades insisten en que la prioridad es “enfrentar las causas” mediante la participación popular y la optimización de los recursos existentes.
Pero para muchos ciudadanos, el problema trasciende y se asienta en una crisis estructural de higiene urbana y de gestión pública.
Mientras tanto, los equipos médicos, trabajadores sanitarios y estudiantes continúan recorriendo barrios y policlínicos, tratando de contener una crisis epidemiológica que, según la opinión popular, pudo haberse evitado.